Post by realeagle on Jun 11, 2009 13:49:19 GMT -5
Ingrata derrota
El Salvador perdió ante Honduras de visitante y volvió a salir de los puestos de clasificación al mundial. Otra derrota que hace presagiar más difícil que nunca la segunda vuelta de la hexagonal, cuando haya que jugar tres partidos fuera de casa. La sombra negra ya no existe en El Salvador, pero sí en Honduras. Ya no mata antisociales, solo selecciones. Y anoche, a la Azul le tocó sufrirla. Carlos Pavón, un ya clásico verdugo cuscatleco, volvió a aparecer para apagar la ilusión que se había encendido el sábado pasado con la victoria sobre México. Una pelota suelta en el área, tras un rechazo de Miguel Montes aun trallazo de Amado Guevara, fue lo único que encontró Pavón en todo el juego, pero le bastó para sentenciar el triunfo catracho, pese a que, antes de caer, El Salvador había logrado cuidarse del juego de los locales. Incluso tuvo las primeras oportunidades. Una escapada de Salvador Coreas y Julio Martínez terminó en un centro del de Vista Hermosa que la defensa hondureña no pudo reventar, dejando la pelota para Rudis, quien no tuvo espacio para dirigir su tiro. La afición salvadoreña que llegó al Olímpico de San Pedro Sula comenzaba a pensar que sí se podía —igual que contra México— con otro tiro de Corrales, fuera de área y sobre el horizontal. Empero, pronto se acabaría ese hilo de esperanza, cuando “el Lobo” mordió —luego de encontrar un espacio después de una falta sobre Alex Escobar que el árbitro no pitó—, Montes rechazó y una sombra negra sobrevoló San Pedro Sula. Pavón, el de los nueve goles contra los cuscatlecos, ayer anotó el décimo con un derechazo que ya no pudo contener nadie. El gol devolvió a la tierra la motivación que los salvadoreños tenían tras el triunfo sobre “el Tri”. Cada vez era más difícil para Corrales y Cheyo sobreponerse a la férrea marca catracha. No se sostenía la pelota y Honduras recurría al pelotazo para ganar en el físico a los nacionales y encontrar el espacio para volver a probar suerte con tiros de Ramón Núñez sobre el horizontal y una mala salida de Montes que casi le permite a Pavón anotar su segundo de la noche. Pese a que no se había conseguido crear peligro evidente sobre la portería de Noel Valladares se mantuvo el mismo esquema de juego en la Azul, y el segundo tiempo siguió siendo una batalla de querer y no poder, que terminaba siempre con la pelota en posesión de Honduras que volvía a tirar el pelotazo para que Pavón se la prolongara a Costly, quien disparó dentro del área pero no anotó únicamente porque antes de rozar el poste, el esférico rozó el guante del “Mudo” Montes. La pelota estaba más tiempo en los pies de El Salvador, que no lograba traducir ese control en profundidad de ataque. Carlos De los Cobos llamaba a William Torres Alegría, pero ya solo hacían falta 20 minutos para intentar conseguir el milagro. Se creyó cerca cuando Alfredo Pacheco cobró un tiro libre por bajo que Valladares sacó con problemas, y más todavía con un centro de Manuel Salazar que no encontró pierna que la empujara. El Salvador insistía, Honduras cuidaba su gol y atacaba solo con pelotazos a la espera que Pavón volviera a resolver o que “Rambo” de León le atinara a una. Los cuscatlecos merecían el empate. Como no se pudo así, la Azul intentó volver a recurrir a la épica, a que entrara Williams Reyes, el hondureño nacionalizado salvadoreño que estaba en el ojo de más de un país, de dos países, pero el de Metapán tampoco fue solución. Además, el entrenador hondureño, el colombiano Reinaldo Rueda, cerró sus filas por completo a falta de cinco minutos. Conocidas de sobra los goles cuscatlecos de último minuto sacó a De León y metió otro par de piernas atrás para marcar. Aún así, los catrachos terminaron pidiendo el tiempo, que se le acabó a la visita para lograr lo que ya es imposible: empatar. Y ahí se acabó el partido. Con el regusto amargo de otra derrota en la hexagonal que, con la también victoria de México sobre Trinidad, vuelve a sacar a la Azul de la zona de clasificación. Ahora inicia la segunda vuelta, donde las visitas son las más y las localías las menos.
fiesta de hermanos
» El estadio Olímpico de San Pedro vivió ayer la buena vibra entre catrachos y salvadoreños y fue testigo de la unión centroamericana A pesar de no estar lleno, la fiesta en el estadio Olímpico, en San Pedro Sula, fue completa y de hermandad. Ganó el fútbol, los hondureños y los salvadoreños. En las gradas, fácilmente se encontraban juntos, sin importar los colores y formas (tan parecidos por cierto). Los catrachos se sacaban fotos con los guanacos, que se llevaron un 10 tras hacer un viaje de siete horas. Algunos cuscatlecos llegaron desde el lunes para calentar motores. Pero la gran mayoría se fue ayer mismo directo al estadio. De a poco fueron haciendo buen número, sobre todo en el sector Sol Norte, aunque originalmente se había establecido que los mandarían a todos a Silla Norte. Carteles como "Costa Rica, El Salvador y Honduras vamos al Mundial" reflejaban el sentimiento común de Centroamérica. Por eso, por el triunfo ante México reciente, el salvadoreño fue uno más en el Olímpico, no un intruso, sino un hermano al que las circunstancias obligó a enfrentar en la cancha. De poderse, todos los presentes firmaban una victoria para ambos cuadros. En las afueras del estadio, cuando no había un alma aún en las gradas, los revendedores de ambas nacionalidades posaban para los medios. Uno que otro se colaba entre los pocos salvadoreños que había a las 2:00 p.m. En son de broma, claro, decía recordar lo de 1969, no la guerra, no, el fútbol. A las 3:00 p.m., en el costado norponiente eran más los cuscatlecos que los locales, que fueron llegando en masa desde las 5:00 p.m. Aún así, no colmaron el Olímpico, que tenía más espacio para el fútbol en hermandad.
90 minutos Olímpico de San Pedro Sula
Honduras pasó serios aprietos anoche para derrotar a un El Salvador respondón y que mereció al menos el empate en territorio catracho. Sí, Honduras no fue mejor. Terminó pidiendo tiempo, pero los que valen son los tres puntos. Esos que tienen hoy a los catrachos una escala arriba de El Salvador y soñando con el mundial de fútbol en Sudáfrica 2010. El 1-0 fue quizá demasiado premio para los hondureños y un castigo injusto para los salvadoreños que por pundonor al menos merecieron el empate. Pero así es el fútbol, dadivoso con unos y cruel con otros. Al igual que contra México, Carlos De los Cobos apostó por su 4-5-1, un esquema que al menos, de entrada y al final del segundo tiempo, pudo darle un mejor dividendo. La idea del azteca fue poblar el medio terreno y sellar las bandas para impedir el ingreso de los hondureños; no obstante, el esquema se cayó apenas en el primer cuarto de hora. Y es que Honduras, lejos de apostar a las bandas, lo hizo por el centro y fue ahí donde entró la recompensa. Al '15, Amado Guevara se desprendió por el centro remató con potencia, le contuvo Miguel Montes y apareció Carlos Pavón para enviar la pelota al fondo de la red. Una vez descubierta esa carretera en el centro, Honduras fue superior y cuando El Salvador quiso protestar, lo ablandó. Los catrachos se bastaron de su potente físico y su velocidad para crear y llevar peligro en repetidas ocasiones. Tanto que al final de la primera parte la escuadra cuscatleca pudo irse al descanso con un marcador más abultado, o quizá con el empate. Y Rudis Corrales la tuvo, frente al marco, en el inicio del juego, pero su remate se fue a las nubes. Poca fortuna Sí, Honduras fue superior en la primera mitad, en el complemento fue al inverso. El Salvador, tocado en su amor propio, se comió a un cuadro hondureño caído físicamente, y que se valió de los distintos recursos para frenar la avalancha azul que, a diferencia de la primera mitad, administró mejor la pelota y tuvo mejor llegada por las bandas. Eso sí, aunque las subidas hondureñas fueron esporádicas llevaron más peligro que todas las concretadas por la Azul a lo largo de todo el encuentro. Anoche se extrañó más de la cuenta a Rodolfo Zelaya y también la ambición de De los Cobos. El mexicano se quedó corto con los cambios y los que hizo llegaron demasiado tarde.
El Salvador perdió ante Honduras de visitante y volvió a salir de los puestos de clasificación al mundial. Otra derrota que hace presagiar más difícil que nunca la segunda vuelta de la hexagonal, cuando haya que jugar tres partidos fuera de casa. La sombra negra ya no existe en El Salvador, pero sí en Honduras. Ya no mata antisociales, solo selecciones. Y anoche, a la Azul le tocó sufrirla. Carlos Pavón, un ya clásico verdugo cuscatleco, volvió a aparecer para apagar la ilusión que se había encendido el sábado pasado con la victoria sobre México. Una pelota suelta en el área, tras un rechazo de Miguel Montes aun trallazo de Amado Guevara, fue lo único que encontró Pavón en todo el juego, pero le bastó para sentenciar el triunfo catracho, pese a que, antes de caer, El Salvador había logrado cuidarse del juego de los locales. Incluso tuvo las primeras oportunidades. Una escapada de Salvador Coreas y Julio Martínez terminó en un centro del de Vista Hermosa que la defensa hondureña no pudo reventar, dejando la pelota para Rudis, quien no tuvo espacio para dirigir su tiro. La afición salvadoreña que llegó al Olímpico de San Pedro Sula comenzaba a pensar que sí se podía —igual que contra México— con otro tiro de Corrales, fuera de área y sobre el horizontal. Empero, pronto se acabaría ese hilo de esperanza, cuando “el Lobo” mordió —luego de encontrar un espacio después de una falta sobre Alex Escobar que el árbitro no pitó—, Montes rechazó y una sombra negra sobrevoló San Pedro Sula. Pavón, el de los nueve goles contra los cuscatlecos, ayer anotó el décimo con un derechazo que ya no pudo contener nadie. El gol devolvió a la tierra la motivación que los salvadoreños tenían tras el triunfo sobre “el Tri”. Cada vez era más difícil para Corrales y Cheyo sobreponerse a la férrea marca catracha. No se sostenía la pelota y Honduras recurría al pelotazo para ganar en el físico a los nacionales y encontrar el espacio para volver a probar suerte con tiros de Ramón Núñez sobre el horizontal y una mala salida de Montes que casi le permite a Pavón anotar su segundo de la noche. Pese a que no se había conseguido crear peligro evidente sobre la portería de Noel Valladares se mantuvo el mismo esquema de juego en la Azul, y el segundo tiempo siguió siendo una batalla de querer y no poder, que terminaba siempre con la pelota en posesión de Honduras que volvía a tirar el pelotazo para que Pavón se la prolongara a Costly, quien disparó dentro del área pero no anotó únicamente porque antes de rozar el poste, el esférico rozó el guante del “Mudo” Montes. La pelota estaba más tiempo en los pies de El Salvador, que no lograba traducir ese control en profundidad de ataque. Carlos De los Cobos llamaba a William Torres Alegría, pero ya solo hacían falta 20 minutos para intentar conseguir el milagro. Se creyó cerca cuando Alfredo Pacheco cobró un tiro libre por bajo que Valladares sacó con problemas, y más todavía con un centro de Manuel Salazar que no encontró pierna que la empujara. El Salvador insistía, Honduras cuidaba su gol y atacaba solo con pelotazos a la espera que Pavón volviera a resolver o que “Rambo” de León le atinara a una. Los cuscatlecos merecían el empate. Como no se pudo así, la Azul intentó volver a recurrir a la épica, a que entrara Williams Reyes, el hondureño nacionalizado salvadoreño que estaba en el ojo de más de un país, de dos países, pero el de Metapán tampoco fue solución. Además, el entrenador hondureño, el colombiano Reinaldo Rueda, cerró sus filas por completo a falta de cinco minutos. Conocidas de sobra los goles cuscatlecos de último minuto sacó a De León y metió otro par de piernas atrás para marcar. Aún así, los catrachos terminaron pidiendo el tiempo, que se le acabó a la visita para lograr lo que ya es imposible: empatar. Y ahí se acabó el partido. Con el regusto amargo de otra derrota en la hexagonal que, con la también victoria de México sobre Trinidad, vuelve a sacar a la Azul de la zona de clasificación. Ahora inicia la segunda vuelta, donde las visitas son las más y las localías las menos.
fiesta de hermanos
» El estadio Olímpico de San Pedro vivió ayer la buena vibra entre catrachos y salvadoreños y fue testigo de la unión centroamericana A pesar de no estar lleno, la fiesta en el estadio Olímpico, en San Pedro Sula, fue completa y de hermandad. Ganó el fútbol, los hondureños y los salvadoreños. En las gradas, fácilmente se encontraban juntos, sin importar los colores y formas (tan parecidos por cierto). Los catrachos se sacaban fotos con los guanacos, que se llevaron un 10 tras hacer un viaje de siete horas. Algunos cuscatlecos llegaron desde el lunes para calentar motores. Pero la gran mayoría se fue ayer mismo directo al estadio. De a poco fueron haciendo buen número, sobre todo en el sector Sol Norte, aunque originalmente se había establecido que los mandarían a todos a Silla Norte. Carteles como "Costa Rica, El Salvador y Honduras vamos al Mundial" reflejaban el sentimiento común de Centroamérica. Por eso, por el triunfo ante México reciente, el salvadoreño fue uno más en el Olímpico, no un intruso, sino un hermano al que las circunstancias obligó a enfrentar en la cancha. De poderse, todos los presentes firmaban una victoria para ambos cuadros. En las afueras del estadio, cuando no había un alma aún en las gradas, los revendedores de ambas nacionalidades posaban para los medios. Uno que otro se colaba entre los pocos salvadoreños que había a las 2:00 p.m. En son de broma, claro, decía recordar lo de 1969, no la guerra, no, el fútbol. A las 3:00 p.m., en el costado norponiente eran más los cuscatlecos que los locales, que fueron llegando en masa desde las 5:00 p.m. Aún así, no colmaron el Olímpico, que tenía más espacio para el fútbol en hermandad.
90 minutos Olímpico de San Pedro Sula
Honduras pasó serios aprietos anoche para derrotar a un El Salvador respondón y que mereció al menos el empate en territorio catracho. Sí, Honduras no fue mejor. Terminó pidiendo tiempo, pero los que valen son los tres puntos. Esos que tienen hoy a los catrachos una escala arriba de El Salvador y soñando con el mundial de fútbol en Sudáfrica 2010. El 1-0 fue quizá demasiado premio para los hondureños y un castigo injusto para los salvadoreños que por pundonor al menos merecieron el empate. Pero así es el fútbol, dadivoso con unos y cruel con otros. Al igual que contra México, Carlos De los Cobos apostó por su 4-5-1, un esquema que al menos, de entrada y al final del segundo tiempo, pudo darle un mejor dividendo. La idea del azteca fue poblar el medio terreno y sellar las bandas para impedir el ingreso de los hondureños; no obstante, el esquema se cayó apenas en el primer cuarto de hora. Y es que Honduras, lejos de apostar a las bandas, lo hizo por el centro y fue ahí donde entró la recompensa. Al '15, Amado Guevara se desprendió por el centro remató con potencia, le contuvo Miguel Montes y apareció Carlos Pavón para enviar la pelota al fondo de la red. Una vez descubierta esa carretera en el centro, Honduras fue superior y cuando El Salvador quiso protestar, lo ablandó. Los catrachos se bastaron de su potente físico y su velocidad para crear y llevar peligro en repetidas ocasiones. Tanto que al final de la primera parte la escuadra cuscatleca pudo irse al descanso con un marcador más abultado, o quizá con el empate. Y Rudis Corrales la tuvo, frente al marco, en el inicio del juego, pero su remate se fue a las nubes. Poca fortuna Sí, Honduras fue superior en la primera mitad, en el complemento fue al inverso. El Salvador, tocado en su amor propio, se comió a un cuadro hondureño caído físicamente, y que se valió de los distintos recursos para frenar la avalancha azul que, a diferencia de la primera mitad, administró mejor la pelota y tuvo mejor llegada por las bandas. Eso sí, aunque las subidas hondureñas fueron esporádicas llevaron más peligro que todas las concretadas por la Azul a lo largo de todo el encuentro. Anoche se extrañó más de la cuenta a Rodolfo Zelaya y también la ambición de De los Cobos. El mexicano se quedó corto con los cambios y los que hizo llegaron demasiado tarde.