Post by realeagle on Aug 19, 2009 13:51:46 GMT -5
"Solo Dios puede detener construcción de El Chaparral”
Nicolás Salume dice que le molesta la forma en la que se han multiplicado las protestas en contra del que fue uno de los proyectos estrella del Gobierno anterior: la construcción de la presa hidroeléctrica El Chaparral, sobre el río Torola, al norte de San Miguel. Esta presa inyectará 66 megavatios adicionales al sistema, los cuales equivalen al crecimiento de la demanda energética de El Salvador durante un año. Salume se queja de que se ha perdido mucho tiempo para echar a andar el proyecto, que implicará el desembolso de $219 millones, de los cuales $163 millones los prestará el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), y el resto, la CEL con fondos propios. Luego de que la SIGET hizo señalamientos por el tema de El Chaparral, ¿a usted le solicitaron informes al respecto? Con SIGET ya tuvimos una reunión en Casa Presidencial, donde estuvo el secretario técnico, el secretario de Asuntos Estratégicos, SIGET y nosotros, y se desvanecieron por completo todas las observaciones que tenía el documento interno de SIGET. ¿Hubo algún señalamiento adicional de SIGET, aparte de lo que decía este documento? Nosotros íbamos con los abogados, los ingenieros, el coordinador del proyecto, el coordinador técnico, nuestro director ejecutivo y yo, e hicimos una presentación de hora y 45 minutos, desvaneciendo punto por punto lo que decía el documento de SIGET. Aparte de esto, persisten las protestas en contra del proyecto. ¿Cuánta es la proporción de las tierras que les falta comprar en el área del proyecto? Solo nos falta comprar un 12% de las tierras. Sería ridículo que nosotros paráramos ese proyecto, ¿qué vamos a hacer con esas tierras? Porque son de CEL, la ley de CEL le prohíbe vender activos o inmuebles. Pero el presidente Mauricio Funes ha dicho públicamente que no se detiene el proyecto...Es que no se puede detener, ni el presidente Funes, solo Dios lo puede detener este proyecto, mandándonos un diluvio que se lleve toda la maquinaria que esté allí, en serio. Si Funes lo detiene, ¿sabe qué pasaría? Le costaría a El Salvador alrededor de $500 millones en arbitraje, por daños y perjuicios, que inmediatamente Astaldi (empresa encargada de la construcción de la presa) trabaría un arbitraje en contra del Estado de El Salvador. ¿Toda la oposición y las protestas en contra del proyecto tendrán algún efecto en el desarrollo de este? Sí tienen impacto en la opinión pública, pero en el proyecto no van a tener ningún impacto porque nosotros estamos trabajando día y noche. Estamos ahorita en la fase de obras preparatorias para la construcción. Estamos abriendo el túnel de desviación, ejecución física calculo que andamos por el 8%, llevamos un 14.7% de ejecución financiera, hemos pagado $37.2 millones, el 50% del anticipo, que lo ha dado CEL de sus fondos. El costo total actualizado son $289 millones.
¿No hay argumentos técnicos en contra del proyecto? Técnicos, si los hubiera, si ellos propusieran algo que produzca 66 megavatios con algo que no fuera búnker, yo aceptaría la protesta. ¿Qué posición ve en esta comisión que se ha conformado para evaluar el tema, cuál es la postura, por ejemplo, del ministro de Medio Ambiente? El ministro ya se pronunció, que El Chaparral tiene su concesión y está legal. ¿Que se hizo rápido? Sí, pero porque yo la apresuré, y el presidente Saca me dijo: “Sacá Chaparral”, y le dijo al ministro Nieto explícitamente: “Sacá Chaparral en mi período”. Y en diciembre de 2006 firmamos el contrato de concesión. ¿Entonces cuál será el rol de esta comisión? Esta comisión no existe, ¿para qué? No tiene razón de existir, o de crearse, ¿para qué? ¿Perder el tiempo? Yo no estoy para eso, ya me hicieron perder demasiado tiempo. Pero el tema de las protestas no deja de ser complicado...Sí, es bien complicado. Pero le voy a decir una cosa: ya tenemos la casa modelo, vamos a hacer primero 27 casas y llegarían a 50, que es el número de familias que vamos a mover, no 11,000, esas es una gran mentira, que vamos a mover 11,000 gentes que no van a tener a dónde irse. ¿Cómo le harán frente, entonces, a los cuestionamientos? Ya tenemos una estrategia comunicacional, solo estamos esperando la luz verde de Casa Presidencial para dar a conocer los beneficios que trae este proyecto a la zona. Pero hay mucha oposición, incluso, a que usted siga al frente de la CEL... Yo no necesito estar en la CEL, yo no vivo de lo que me paga aquí la CEL. Estoy aquí porque quiero hacer obra por el país, y esto es una buena obra.
Ala radical del FMLN veta El Chaparral
» Un conjunto de grupos y personas radicalizadas, con posiciones duras en relación a lo ecológico, con ideas contundentes en la búsqueda del socialismo en el país, han tomado como bandera oponerse a la construcción de la represa El Chaparral. Es un proyecto que no se detendrá, a pesar de las protestas de una minoría de afectados, azuzados en gran parte por organizaciones políticas y ecologistas radicalizadas. El presidente Mauricio Funes ha sido contundente, el Chaparral sigue; el partido FMLN no se ha opuesto a la obra, sí lo ha hecho un grupo de simpatizantes izquierdistas, que desde hace 10 meses ha aumentado la intensidad sus protestas, teniendo al frente al cura párroco de San Antonio del Mosco, Antonio Confesor Carballo Hernández. Carballo, junto a otros personajes como Ricardo Navarro, del Centro de Tecnología Apropiada (Cesta), ha tomado como estandarte de su lucha los daños ecológicos y las supuestas injusticias que la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (Cel) habría cometido contra lugareños al comprar sus tierras por debajo de los precios del mercado. Esa oposición contrasta con el sentir de la mayoría de pobladores de los cantones y caseríos de los tres municipios del norte de San Miguel (Carolina, San Luis de la Reina y San Antonio del Mosco) quienes serán afectados o beneficiados por la construcción del embalse, según el ángulo con que se mire. Para éstos, la inconformidad con el proyecto está ligada al incumplimiento de promesas hechas por la Cel, a la inconformidad de que muy pocos lugareños han sido contratados para trabajar en la obra, a una posible plaga de zancudos cuando el agua sea retenida y el hecho de que la Cel no se ha acercado a muchos de ellos para negociar la venta de los inmuebles que serán anegados. A parte de ello, los afectados o beneficiados parecen estar conscientes de que El Chaparral es una obra que ya está lo suficientemente avanzada como para poder detenerla. "Eso hubiera sido cuando empezaban a negociar las tierras", razona Alonso Posada, residente en el caserío San Antonio La Iglesia, de San Luis de la Reina. Una vez lleno el embalse, el agua llegará a unos 200 metros de su casa.
Tendencia revolucionaria tras bambalinas El sacerdote Carballo Hernández es enfático al decir que su oposición a la construcción de la represa El Chaparral nace tras estar ocho años al frente de la parroquia de San Antonio del Mosco y ver "el sufrimiento" que el proyecto ha causado en ese municipio, el cual ocupa el segundo lugar en extrema pobreza a nivel nacional. Confesor niega que su oposición esté ligada a intereses políticos. No obstante, junto a él, durante las actividades para manifestar el rechazo a El Chaparral, han sido visto personajes de la tendencia revolucionaria del FMLN o que durante años han estado vinculados a ese partido, tales como Dagoberto Gutiérrez; el reverendo luterano, Ricardo Cornejo, y otros dirigentes religiosos. El bastión más grande de esa oposición, según los lugareños, es el caserío El Bajío, de San Antonio del Mosco. Es allí donde las arengas de Confesor y de otros políticos opositores al proyecto han hecho mayor eco. A tal grado que ya han pasado a las acciones, causando daño a propiedades de la Cel, como ocurrió a finales de julio, cuando varios empleados de la entidad fueron retenidos y las llantas del pick up en el que se desplazaban fueron ponchadas. Paradójicamente, El Bajío es un caserío cuyos pobladores serán los menos afectados de todo el contorno del embalse, según lo manifiestan algunos lugareños disidentes a la oposición, pues la mayoría de casas está en las elevaciones que el agua no anegará. En ese sector habrá algunos puntos donde el embalse apenas tendrá la profundidad de un metro, según indicó un técnico de la Cel. Antes de la pinchadura de llantas, en septiembre de 2008, fue incendiada una bodega de la Cel durante una marcha encabezada por Confesor Carballo. Las pérdidas, según la autónoma, rondaron el millón de dólares. No obstante, el sacerdote se desliga de tal actividad aduciendo que fueron los pobladores quienes procedieron a quemar la construcción. Argumenta que cuando él se dio cuenta de lo que hacían los manifestantes, ya era tarde. Cuenta que la excusa que le dieron fue que "había que pasar de las palabras a las acciones", para que el gobierno entendiera que el rechazo era en serio. A pesar de ese discurso, el lunes anterior, durante una entrevista en Canal 21, Confesor dio un ultimátum al gobierno de Funes para que pare la construcción de El Chaparral.
Opositores, gente de afuera En San Antonio del Mosco, según constató El Diario de Hoy, pese a lo que dice el sacerdote, no todos ven con buenos ojos la campaña de oposición. Algunos pobladores consultados indican que muchos de los que asisten a las protestas no son vecinos de las áreas afectadas, sino gente foránea. Incluso, hay quienes se atreven a señalar con nombres a los lugareños seguidores de Carballo y el por qué esa gente es incondicional al sacerdote: "Es gente que ha sido beneficiada con la construcción de sus casitas, como por ejemplo esa que está allí (costado sur del parque de San Antonio del Mosco), o gente que trabaja con él (Confesor) en los quehaceres de la parroquia", afirmó un hombre que dice estar al tanto de las actividades de oposición a El Chaparral. En las conversaciones con los pobladores de los caseríos San Antonio La Iglesia y Cerro El Chaparral, del municipio de San Luis de la Reina; Bado Ancho, La Ceiba centro y Soledad Terrero, del municipio de Carolina; y El Bajío, Santa Rosa y Potrerillos, de San Antonio del Mosco, la mayor inconformidad que se percibe es que a algunos, la Cel aún no ha llegado a ofrecerles dinero por sus tierras. Es más, vecinos del cantón Santa Rosa, de San Antonio del Mosco, afirman que les constan las protestas pero sólo de oídas. Allí nadie ha llegado a decirles qué pasará con sus propiedades. De Confesor y su movimiento de oposición, afirman que pasa de largo, sin detenerse a platicar con los lugareños. Y éstos tampoco están interesados en escucharlo; para ellos, la mayor preocupación radica en que la presa comience a llenar y tengan que, por la fuerza del agua, abandonar sus propiedades sin recibir dinero a cambio. Sin embargo, de acuerdo con el coordinador de proyectos de Cel, Jaime Contreras, de la totalidad de terrenos que afectará el embalse, ya se ha adquirido un 82%. Del restante 18% casi la mitad está negociado y el resto en trámites de negociación. El ingeniero explicó que hay personas propietarias de 10 manzanas de las cuales Cel sólo utilizará una, media o un tercio de manzana. "Hay algunos que quieren vendernos las 10 manzanas y eso no se puede. Porque tampoco queremos impactar este tipo de territorio", explica. Para él, está claro, que quienes se oponen a la represa no son precisamente los habitantes de las zonas más afectadas.
Nicolás Salume dice que le molesta la forma en la que se han multiplicado las protestas en contra del que fue uno de los proyectos estrella del Gobierno anterior: la construcción de la presa hidroeléctrica El Chaparral, sobre el río Torola, al norte de San Miguel. Esta presa inyectará 66 megavatios adicionales al sistema, los cuales equivalen al crecimiento de la demanda energética de El Salvador durante un año. Salume se queja de que se ha perdido mucho tiempo para echar a andar el proyecto, que implicará el desembolso de $219 millones, de los cuales $163 millones los prestará el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), y el resto, la CEL con fondos propios. Luego de que la SIGET hizo señalamientos por el tema de El Chaparral, ¿a usted le solicitaron informes al respecto? Con SIGET ya tuvimos una reunión en Casa Presidencial, donde estuvo el secretario técnico, el secretario de Asuntos Estratégicos, SIGET y nosotros, y se desvanecieron por completo todas las observaciones que tenía el documento interno de SIGET. ¿Hubo algún señalamiento adicional de SIGET, aparte de lo que decía este documento? Nosotros íbamos con los abogados, los ingenieros, el coordinador del proyecto, el coordinador técnico, nuestro director ejecutivo y yo, e hicimos una presentación de hora y 45 minutos, desvaneciendo punto por punto lo que decía el documento de SIGET. Aparte de esto, persisten las protestas en contra del proyecto. ¿Cuánta es la proporción de las tierras que les falta comprar en el área del proyecto? Solo nos falta comprar un 12% de las tierras. Sería ridículo que nosotros paráramos ese proyecto, ¿qué vamos a hacer con esas tierras? Porque son de CEL, la ley de CEL le prohíbe vender activos o inmuebles. Pero el presidente Mauricio Funes ha dicho públicamente que no se detiene el proyecto...Es que no se puede detener, ni el presidente Funes, solo Dios lo puede detener este proyecto, mandándonos un diluvio que se lleve toda la maquinaria que esté allí, en serio. Si Funes lo detiene, ¿sabe qué pasaría? Le costaría a El Salvador alrededor de $500 millones en arbitraje, por daños y perjuicios, que inmediatamente Astaldi (empresa encargada de la construcción de la presa) trabaría un arbitraje en contra del Estado de El Salvador. ¿Toda la oposición y las protestas en contra del proyecto tendrán algún efecto en el desarrollo de este? Sí tienen impacto en la opinión pública, pero en el proyecto no van a tener ningún impacto porque nosotros estamos trabajando día y noche. Estamos ahorita en la fase de obras preparatorias para la construcción. Estamos abriendo el túnel de desviación, ejecución física calculo que andamos por el 8%, llevamos un 14.7% de ejecución financiera, hemos pagado $37.2 millones, el 50% del anticipo, que lo ha dado CEL de sus fondos. El costo total actualizado son $289 millones.
¿No hay argumentos técnicos en contra del proyecto? Técnicos, si los hubiera, si ellos propusieran algo que produzca 66 megavatios con algo que no fuera búnker, yo aceptaría la protesta. ¿Qué posición ve en esta comisión que se ha conformado para evaluar el tema, cuál es la postura, por ejemplo, del ministro de Medio Ambiente? El ministro ya se pronunció, que El Chaparral tiene su concesión y está legal. ¿Que se hizo rápido? Sí, pero porque yo la apresuré, y el presidente Saca me dijo: “Sacá Chaparral”, y le dijo al ministro Nieto explícitamente: “Sacá Chaparral en mi período”. Y en diciembre de 2006 firmamos el contrato de concesión. ¿Entonces cuál será el rol de esta comisión? Esta comisión no existe, ¿para qué? No tiene razón de existir, o de crearse, ¿para qué? ¿Perder el tiempo? Yo no estoy para eso, ya me hicieron perder demasiado tiempo. Pero el tema de las protestas no deja de ser complicado...Sí, es bien complicado. Pero le voy a decir una cosa: ya tenemos la casa modelo, vamos a hacer primero 27 casas y llegarían a 50, que es el número de familias que vamos a mover, no 11,000, esas es una gran mentira, que vamos a mover 11,000 gentes que no van a tener a dónde irse. ¿Cómo le harán frente, entonces, a los cuestionamientos? Ya tenemos una estrategia comunicacional, solo estamos esperando la luz verde de Casa Presidencial para dar a conocer los beneficios que trae este proyecto a la zona. Pero hay mucha oposición, incluso, a que usted siga al frente de la CEL... Yo no necesito estar en la CEL, yo no vivo de lo que me paga aquí la CEL. Estoy aquí porque quiero hacer obra por el país, y esto es una buena obra.
Ala radical del FMLN veta El Chaparral
» Un conjunto de grupos y personas radicalizadas, con posiciones duras en relación a lo ecológico, con ideas contundentes en la búsqueda del socialismo en el país, han tomado como bandera oponerse a la construcción de la represa El Chaparral. Es un proyecto que no se detendrá, a pesar de las protestas de una minoría de afectados, azuzados en gran parte por organizaciones políticas y ecologistas radicalizadas. El presidente Mauricio Funes ha sido contundente, el Chaparral sigue; el partido FMLN no se ha opuesto a la obra, sí lo ha hecho un grupo de simpatizantes izquierdistas, que desde hace 10 meses ha aumentado la intensidad sus protestas, teniendo al frente al cura párroco de San Antonio del Mosco, Antonio Confesor Carballo Hernández. Carballo, junto a otros personajes como Ricardo Navarro, del Centro de Tecnología Apropiada (Cesta), ha tomado como estandarte de su lucha los daños ecológicos y las supuestas injusticias que la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (Cel) habría cometido contra lugareños al comprar sus tierras por debajo de los precios del mercado. Esa oposición contrasta con el sentir de la mayoría de pobladores de los cantones y caseríos de los tres municipios del norte de San Miguel (Carolina, San Luis de la Reina y San Antonio del Mosco) quienes serán afectados o beneficiados por la construcción del embalse, según el ángulo con que se mire. Para éstos, la inconformidad con el proyecto está ligada al incumplimiento de promesas hechas por la Cel, a la inconformidad de que muy pocos lugareños han sido contratados para trabajar en la obra, a una posible plaga de zancudos cuando el agua sea retenida y el hecho de que la Cel no se ha acercado a muchos de ellos para negociar la venta de los inmuebles que serán anegados. A parte de ello, los afectados o beneficiados parecen estar conscientes de que El Chaparral es una obra que ya está lo suficientemente avanzada como para poder detenerla. "Eso hubiera sido cuando empezaban a negociar las tierras", razona Alonso Posada, residente en el caserío San Antonio La Iglesia, de San Luis de la Reina. Una vez lleno el embalse, el agua llegará a unos 200 metros de su casa.
Tendencia revolucionaria tras bambalinas El sacerdote Carballo Hernández es enfático al decir que su oposición a la construcción de la represa El Chaparral nace tras estar ocho años al frente de la parroquia de San Antonio del Mosco y ver "el sufrimiento" que el proyecto ha causado en ese municipio, el cual ocupa el segundo lugar en extrema pobreza a nivel nacional. Confesor niega que su oposición esté ligada a intereses políticos. No obstante, junto a él, durante las actividades para manifestar el rechazo a El Chaparral, han sido visto personajes de la tendencia revolucionaria del FMLN o que durante años han estado vinculados a ese partido, tales como Dagoberto Gutiérrez; el reverendo luterano, Ricardo Cornejo, y otros dirigentes religiosos. El bastión más grande de esa oposición, según los lugareños, es el caserío El Bajío, de San Antonio del Mosco. Es allí donde las arengas de Confesor y de otros políticos opositores al proyecto han hecho mayor eco. A tal grado que ya han pasado a las acciones, causando daño a propiedades de la Cel, como ocurrió a finales de julio, cuando varios empleados de la entidad fueron retenidos y las llantas del pick up en el que se desplazaban fueron ponchadas. Paradójicamente, El Bajío es un caserío cuyos pobladores serán los menos afectados de todo el contorno del embalse, según lo manifiestan algunos lugareños disidentes a la oposición, pues la mayoría de casas está en las elevaciones que el agua no anegará. En ese sector habrá algunos puntos donde el embalse apenas tendrá la profundidad de un metro, según indicó un técnico de la Cel. Antes de la pinchadura de llantas, en septiembre de 2008, fue incendiada una bodega de la Cel durante una marcha encabezada por Confesor Carballo. Las pérdidas, según la autónoma, rondaron el millón de dólares. No obstante, el sacerdote se desliga de tal actividad aduciendo que fueron los pobladores quienes procedieron a quemar la construcción. Argumenta que cuando él se dio cuenta de lo que hacían los manifestantes, ya era tarde. Cuenta que la excusa que le dieron fue que "había que pasar de las palabras a las acciones", para que el gobierno entendiera que el rechazo era en serio. A pesar de ese discurso, el lunes anterior, durante una entrevista en Canal 21, Confesor dio un ultimátum al gobierno de Funes para que pare la construcción de El Chaparral.
Opositores, gente de afuera En San Antonio del Mosco, según constató El Diario de Hoy, pese a lo que dice el sacerdote, no todos ven con buenos ojos la campaña de oposición. Algunos pobladores consultados indican que muchos de los que asisten a las protestas no son vecinos de las áreas afectadas, sino gente foránea. Incluso, hay quienes se atreven a señalar con nombres a los lugareños seguidores de Carballo y el por qué esa gente es incondicional al sacerdote: "Es gente que ha sido beneficiada con la construcción de sus casitas, como por ejemplo esa que está allí (costado sur del parque de San Antonio del Mosco), o gente que trabaja con él (Confesor) en los quehaceres de la parroquia", afirmó un hombre que dice estar al tanto de las actividades de oposición a El Chaparral. En las conversaciones con los pobladores de los caseríos San Antonio La Iglesia y Cerro El Chaparral, del municipio de San Luis de la Reina; Bado Ancho, La Ceiba centro y Soledad Terrero, del municipio de Carolina; y El Bajío, Santa Rosa y Potrerillos, de San Antonio del Mosco, la mayor inconformidad que se percibe es que a algunos, la Cel aún no ha llegado a ofrecerles dinero por sus tierras. Es más, vecinos del cantón Santa Rosa, de San Antonio del Mosco, afirman que les constan las protestas pero sólo de oídas. Allí nadie ha llegado a decirles qué pasará con sus propiedades. De Confesor y su movimiento de oposición, afirman que pasa de largo, sin detenerse a platicar con los lugareños. Y éstos tampoco están interesados en escucharlo; para ellos, la mayor preocupación radica en que la presa comience a llenar y tengan que, por la fuerza del agua, abandonar sus propiedades sin recibir dinero a cambio. Sin embargo, de acuerdo con el coordinador de proyectos de Cel, Jaime Contreras, de la totalidad de terrenos que afectará el embalse, ya se ha adquirido un 82%. Del restante 18% casi la mitad está negociado y el resto en trámites de negociación. El ingeniero explicó que hay personas propietarias de 10 manzanas de las cuales Cel sólo utilizará una, media o un tercio de manzana. "Hay algunos que quieren vendernos las 10 manzanas y eso no se puede. Porque tampoco queremos impactar este tipo de territorio", explica. Para él, está claro, que quienes se oponen a la represa no son precisamente los habitantes de las zonas más afectadas.