Post by realeagle on Sept 10, 2009 19:00:44 GMT -5
Con gol de RC - 8 la selecta obtuvo un merecido triunfo
Por hoy se vale soñar LPG
No importa que el siguiente juego sea contra México en el mismísimo Azteca. Lo que importa es que anoche la Azul le ganó 1-0 a Costa Rica y se apresta a cerrar la hexagonal de CONCACAF tal y como la inició: con vida. Nadie en el Cuscatlán quería moverse de sus lugares. Nadie. Todos aguantaron estoicamente 90 minutos. Bueno, en realidad fueron 93, sumando los tres que agregó el árbitro Armando Archundia. Pero nadie quería moverse porque todos celebraban. Celebraba en la cancha Rudis, celebraba De los Cobos, celebraba “el Mudo” Montes. Celebraba Julio, el vendedor de cervezas. Celebraba Gloria, la vendedora de yuquitas. Celebraba el policía, celebraba la bombero. Celebraba la hinchada. Y había que celebrar. La selección sigue viva. La selección, en casa, sigue sin perder. La selección volvió a unir a un país en un mismo sentimiento y, en el Cusca, los 11 titulares y los tres hombres de refresco que entraron a la cancha no defraudaron a nadie. Costa Rica, ese equipo que llegaba a tierras cuscatlecas sumamente golpeado tras caer 4-0 ante Honduras y 3-0 ante México, se fue con otro palo. No goleada, pero sí con otra derrota en el costal. Y los ticos tuvieron suerte. Pero es que la apuesta les salió mal. Venían por el empate, simple y sencillamente no querían perder. No podían perder. Pero El Salvador, aferrado a las matemáticas para alcanzar por lo menos el repechaje contra el quinto de Suramérica para buscar un boleto al mundial 2010, no podía dejar escapar más puntos. Tenía que ganar. Y ganó. Y lo hizo justo al minuto 90, con el tercer hombre de refresco que entró al terreno de juego. Rudis Corrales llegó en lugar de Deris Umanzor y en los 10 minutos que jugó, tuvo dos oportunidades claras. La primera la erró por poco. La segunda, la metió. Y cuando la metió, desató la locura en el Cusca. Es que ya era demasiada mala suerte para la Azul. El grito de gol estaba atorado en la garganta de los aficionados que ayer, tras confirmar que siguen siendo leales a su patria, llenaron en un 85% aproximadamente “el Coloso de Monserrat”. Los ticos, sin ser más que la Azul, se salvaron en cuatro ocasiones cantadas. La primera al '35, cuando Cristian Castillo se sacó de la chistera una espectacular chilena que el meta Ricardo González alcanzó a arañar, haciendo que el balón chocara contra el larguero. La segunda fue una jugada de riñón de Fito Zelaya, quien tras sacarse a media defensa tica y ya en el piso, dentro del área, alcanzó a meter la punta de su taco izquierdo, pero el disparo se fue apenas desviado. La tercera fue otra vez de Castillo, quien tras la jugada individual de un excelso Arturo Álvarez en combinación con Fito Zelaya —quien se perderá el juego contra México por acumulación de amarillas— cabeceó dentro del área un balón que, tras ver la acción en la televisión, traspasó la línea de gol. Sin embargo, el irregular Archundia no contó con la asistencia del línea 2 y dejó que la jugada siguiera. Pero hubo una cuarta ocasión en que todo mundo en el Cusca se quedó con la respiración cortada, de pie y lamentando el gol que no quería entrar. Y fue el mismo Rudis, un par de minutos después de entrar en lugar de Umanzor, quien pecó de egoísta y mandó el balón a un costado, aun y cuando Pacheco cerraba en óptima posición de disparo. Pero al santarroseño le viene bien Costa Rica. Y tal y como le marcó en la fase de grupos, anoche volvió a horadar la portería tica. Y lo hizo al filo de la navaja, cuando la visita también había tenido lo suyo pero chocaba y chocaba contra el muro azul de Sánchez, Salazar, Mardoqueo, Marvin, Deris y el espectacular Montes. Cuando la esperanza se apagaba, llegó Rudis, tras pase de Osael. Gol. Ocho puntos. Hay vida. Pero ojo: el 10 de octubre, en el Azteca, contra México...
90 minutos Miércoles en el Cuscatlán LPG
El delantero no podrá jugar ante México (en el estadio Azteca) por acumulación de dos tarjetas amarillas, mientras que ayer la Azul cumplió casi a la perfección su libreto táctico. ¿Cuánto pesa Rodolfo Zelaya en el ataque de la selección nacional? Mucho. Pelea, complica —en muchas ocasiones define—, asiste, crea y por sí solo es capaz de marear a toda una defensa. Lo hizo contra México en el Cuscatlán y ayer Costa Rica lo vivió. Y por eso es que entre toda la algarabía por la victoria de ayer ante los ticos —sufrida, pedida, rogada, soñada y esperanzadora—, la tarjeta amarilla que el árbitro Armando Archundia le mostró al minuto 54 —quizá de forma rigorista— es la mala noticia del partido, pensando en el próximo juego, ante México en el estadio Azteca. El resto es de destacarlo. De nuevo la selección se plantó sin miedo ante un rival que hoy amaneció con una alta dosis de nerviosismo sobre su espalda. Para los ticos, el boleto, que hace tres fechas atrás era casi una realidad, hoy es una incertidumbre y algo que se considera remoto. Sobre todo porque México ya se les despegó tres puntos a falta de seis para terminar la eliminatoria. Ramón Sánchez volvió a mostrarse solvente como único contención. No fue necesario llenar de marca el medio campo para cortar la creatividad de Bryan Ruiz y Walter Centeno, quien ingresó en el segundo tiempo. Él solo se dio abasto para cortar desde el medio terreno los intentos de los costarricenses, que no tuvieron más que apostar a entrar por las bandas, sin mayor trascendencia. Esto porque Manuel Salazar y Deris Umanzor también cumplieron una buena faena. No se desbocaron a colaborar con el ataque. Lo hicieron con medida y pensando más en su tarea de defender y no dejar desprotegidos a Marvin González y Mardoqueo Henríquez, otro que cumplió en un buen nivel. Así fue el mandato de Carlos De los Cobos, porque adelante siempre había ideas para desdoblarse. Arturo Álvarez —que salió lesionado, pero arropado por los aplausos de la afición—, Eliseo Quintanilla, Osael Romero y Cristian Castillo, aunque a veces con poca velocidad, supieron encontrar la forma de tocar la puerta tica. No en vano dos pelotas fueron al poste —una hasta traspasó la línea de gol—, cuatro pasaron rozando la meta y una dio la alegría con la que se amanece hoy.
el sueño está vivo EDH
» La Azul peleó hasta el final y tuvo su premio: ganó con gol de rudis corrales en el 90' y todavía se ilusiona con la clasificación ¿Cómo no comenzar el comentario por el final? ¿Cómo no iniciarlo con ese grito enloquecido de Rudis Corrales?, ¿con ese rugido en forma de gol de toda la afición? ¿Cómo no emocionarse con esa marea de color azul cada vez más intenso? El Salvador intentó todo el partido y encontró su premio en el final. Eso le pasa a los equipos que buscan como lo hizo ayer la Selecta. Un premio que todavía lo hace soñar con los que muchos ya daban como imposible. ¡Estamos vivos! No podía ser... Irse otra vez con las manos vacías después de dominar al rival, de jugar mejor, de que un gol legítimo no haya sido convalidado por el árbitro Archundia, el único mexicano que no quiere a De los Cobos. No podía ser.... Por eso Rudis, justo él, criticado y resistido por buena parte de los hinchas, fue el encargado de poner justicia y alimentar el sueño. Claro, no será fácil: de 6 puntos en disputa, Costa Rica lleva 4 (ver nota aparte). Pero, ante este hermoso sueño, ¿quién se atreve a despertarlos ?El partido arrancó con algunas sorpresas tácticas de ambos bandos: el Cheyo Quintanilla jugó más retrasado que de costumbre y le dejó su lugar de enlace a Osael Romero, más cerca de Fito Zelaya. Del lado tico, el "Paté" Centeno se quedó en el banco y dejó el armado en manos de Bolaños y Oviedo. Le costó hacer pie a El Salvador en el campo pero cuando lo hizo, fue consistente. ¿Los argumentos? Los de siempre: pelota al piso, orden y traslado aprovechando el buen pie que tienen todos los volantes azules, en especial Quintanilla y Arturo Álvarez. Un párrafo especial merece este último, nacido en Estados Unidos de padres salvadoreños y que hacía cerca de 20 años que no estaba en el país. Plasmó todo lo que había insinuado en los otros juegos: calidad técnica, personalidad, pero anoche contó con una aditamento extra: cada jugada suya fue aplaudida a rabiar. Eso pareció agrandarlo. ¡Bienvenido Arturo! En defensa, con línea de cuatro bien definida, El Salvador se mantenía ordenado y con firmeza, sobre todo con un Mardoqueo Henríquez que se mostró en su mejor nivel. Quizá el único pecado futbolístico que cometió la Selecta en ese lapso fue abusar de los pelotazos. A corregirlo. ¿Costa Rica? Poco y nada, también abusó de los pelotazos para Ruíz y Froylan Ledezma, un Cachorro que mostró peligro cada vez que lo dejaron. El dominio era equilibrado, aunque Costa Rica tuvo sus chances pero hubo una jugada que podría haber quedado en la historia como uno de los mejores goles de eliminatorias: un exquisito pase de Arturo Álvarez para Christian Castillo, que sacó una sorprendente chilena. Entre el portero González y el travesaño negaron que esa maravillosa jugada se traduzca en un gol de antología. Vibró el Cuscatlán con esa jugada y contagió al equipo. El "ole, ole" que bajaba de las tribunas ponía en su lugar a cada equipo: El Salvador, a buscar el partido y Costa Rica parado de contra. El segundo tiempo fue igual de intenso y electrizante al final. Al minuto recibió un Ledezma y Montes desvió al corner. Otro gran partido del portero, pilar fundamental de esta gran campaña azul. El partido fue ganando en intensidad y situaciones de riesgo. Cheyo pasó a jugar más adelantado y tirado a la derecha para juntarse con un Álvarez que, en una pierna, también hacía diferencia. Tanto que de un remate suyo terminó en la jugada polémica. Tras tapar González, Zelaya se equivocó ante el portero pero tiró un centro que Castillo cabeceó al gol. La pelota fue desviada por un defensor cuando había ingresado claramente en su totalidad y. El asistente Marvin Torrentera se quedó estático y el árbitro Archundia no lo convalidó. Un robo que podría haber tenido consecuencias graves si Castillo no definía al final. Ese final fue vibrante. Porque ninguno quería el empate: Mardoqueo sacó una pelota en la línea, se lo perdieron Rudis y Salvador Coreas un cabezazo increíble. Pero al final apareció Rudis, el vengador, el goleador, el héroe. Gol, justicia y sueño...
Rudis puso la cereza al pastel
» Brilló Corrales por el gol, pero el triunfo fue virtud de todos Marginado a la banca en los últimos partidos, Rudis Alberto Corrales marcó la diferencia ante Costa Rica anoche para darle el triunfo a El Salvador y una nueva satisfacción a la afición. El delantero de Águila tenía pocos minutos en cancha. Recién ingresó al minuto 81 por Deris Umanzor. Poco después, tuvo la primera ocasión, pero no le alcanzó el ángulo ante la salida del meta Ricardo González. Tampoco vio a Alfredo Pacheco, que venía más atrás cerrando. Lo tiró fuera. El atacante se reinvindicó, y de qué forma. Osael Romero le filtró un balón por el carril derecho en el minuto 90. Rudis le ganó la carrera a Júnior Díaz, quien se barrió sin poder alcanzar la pelota en una acción muy similar a la primera que tuvo. Esta vez definió bien con zurda, por debajo del meta González, quien salió desesperado a tratar de cerrarle el ángulo junto al defensa Marshall. Mérito también en el pase para "Osa", que apareció en la ofensiva cuando más se le necesitaba luego de 89 minutos de entrega. Sin duda la victoria también llegó por el buen trabajo en defensa. Mardoqueo Henríquez tuvo un gran partido, sobre todo en la segunda parte, donde ganó todos los duelos y hasta dio salida al cuadro. En el primero, también realizó un juego aceptable, aunque regaló dos balones. Uno terminó con un tiro peligroso de Froylán Ledezma. Junto a "Mardo", Marvin González también hizo otro gran juego. Seguro en el fondo, grande en los relevos. Eso sí, en la salida, a veces abusó del pelotazo. Fue su punto bajo. Y el otro clave para evitar goles fue, una vez más, Miguel Montes, quien le tapó sobre todo una muy clara a Bryan Ruiz en el segundo tiempo. Otro que deleitó fue Arturo Álvarez. Pese a su lesión (era notorio que no estaba al cien por ciento), fue uno de los hombres más desequilibrantes en el ataque, aunque a la hora de marcar dejó espacios porque no alcanzaba a correr con todo. Sin embargo, a la hora de ir al frente figuró. Fue el que le puso el pase a Christian Castillo (otro de buena factura y al que le anularon un tanto), en la chilena que casi termina el gol. Puso un par de asistencias más a Fito Zelaya, quien cerca estuvo de convertirse en la figura, pero aguantó demasiado para rematar en el 68'. Álvarez también regaló espectáculo. Estuvo muy fino en las paredes y en casi todos los pases fue correcto. Un par de caños a los ticos robaron los aplausos de la grada, que lo despidió con vítores cuando fue sustituido. Fueron los ejes del equipo. Pero Rudis marcó la diferencia y le dio a El Salvador el segundo triunfo en la hexagonal y en casa. El atacante ya lleva ocho tantos en la eliminatoria; es el que más veces ha mandado la bola al fondo para el país y es el líder de goleo de la ruta, con uno más que Luton Shelton, de Jamaica, quien, sin embargo, anotó uno de penalti, a diferencia del aguilucho.
Por hoy se vale soñar LPG
No importa que el siguiente juego sea contra México en el mismísimo Azteca. Lo que importa es que anoche la Azul le ganó 1-0 a Costa Rica y se apresta a cerrar la hexagonal de CONCACAF tal y como la inició: con vida. Nadie en el Cuscatlán quería moverse de sus lugares. Nadie. Todos aguantaron estoicamente 90 minutos. Bueno, en realidad fueron 93, sumando los tres que agregó el árbitro Armando Archundia. Pero nadie quería moverse porque todos celebraban. Celebraba en la cancha Rudis, celebraba De los Cobos, celebraba “el Mudo” Montes. Celebraba Julio, el vendedor de cervezas. Celebraba Gloria, la vendedora de yuquitas. Celebraba el policía, celebraba la bombero. Celebraba la hinchada. Y había que celebrar. La selección sigue viva. La selección, en casa, sigue sin perder. La selección volvió a unir a un país en un mismo sentimiento y, en el Cusca, los 11 titulares y los tres hombres de refresco que entraron a la cancha no defraudaron a nadie. Costa Rica, ese equipo que llegaba a tierras cuscatlecas sumamente golpeado tras caer 4-0 ante Honduras y 3-0 ante México, se fue con otro palo. No goleada, pero sí con otra derrota en el costal. Y los ticos tuvieron suerte. Pero es que la apuesta les salió mal. Venían por el empate, simple y sencillamente no querían perder. No podían perder. Pero El Salvador, aferrado a las matemáticas para alcanzar por lo menos el repechaje contra el quinto de Suramérica para buscar un boleto al mundial 2010, no podía dejar escapar más puntos. Tenía que ganar. Y ganó. Y lo hizo justo al minuto 90, con el tercer hombre de refresco que entró al terreno de juego. Rudis Corrales llegó en lugar de Deris Umanzor y en los 10 minutos que jugó, tuvo dos oportunidades claras. La primera la erró por poco. La segunda, la metió. Y cuando la metió, desató la locura en el Cusca. Es que ya era demasiada mala suerte para la Azul. El grito de gol estaba atorado en la garganta de los aficionados que ayer, tras confirmar que siguen siendo leales a su patria, llenaron en un 85% aproximadamente “el Coloso de Monserrat”. Los ticos, sin ser más que la Azul, se salvaron en cuatro ocasiones cantadas. La primera al '35, cuando Cristian Castillo se sacó de la chistera una espectacular chilena que el meta Ricardo González alcanzó a arañar, haciendo que el balón chocara contra el larguero. La segunda fue una jugada de riñón de Fito Zelaya, quien tras sacarse a media defensa tica y ya en el piso, dentro del área, alcanzó a meter la punta de su taco izquierdo, pero el disparo se fue apenas desviado. La tercera fue otra vez de Castillo, quien tras la jugada individual de un excelso Arturo Álvarez en combinación con Fito Zelaya —quien se perderá el juego contra México por acumulación de amarillas— cabeceó dentro del área un balón que, tras ver la acción en la televisión, traspasó la línea de gol. Sin embargo, el irregular Archundia no contó con la asistencia del línea 2 y dejó que la jugada siguiera. Pero hubo una cuarta ocasión en que todo mundo en el Cusca se quedó con la respiración cortada, de pie y lamentando el gol que no quería entrar. Y fue el mismo Rudis, un par de minutos después de entrar en lugar de Umanzor, quien pecó de egoísta y mandó el balón a un costado, aun y cuando Pacheco cerraba en óptima posición de disparo. Pero al santarroseño le viene bien Costa Rica. Y tal y como le marcó en la fase de grupos, anoche volvió a horadar la portería tica. Y lo hizo al filo de la navaja, cuando la visita también había tenido lo suyo pero chocaba y chocaba contra el muro azul de Sánchez, Salazar, Mardoqueo, Marvin, Deris y el espectacular Montes. Cuando la esperanza se apagaba, llegó Rudis, tras pase de Osael. Gol. Ocho puntos. Hay vida. Pero ojo: el 10 de octubre, en el Azteca, contra México...
90 minutos Miércoles en el Cuscatlán LPG
El delantero no podrá jugar ante México (en el estadio Azteca) por acumulación de dos tarjetas amarillas, mientras que ayer la Azul cumplió casi a la perfección su libreto táctico. ¿Cuánto pesa Rodolfo Zelaya en el ataque de la selección nacional? Mucho. Pelea, complica —en muchas ocasiones define—, asiste, crea y por sí solo es capaz de marear a toda una defensa. Lo hizo contra México en el Cuscatlán y ayer Costa Rica lo vivió. Y por eso es que entre toda la algarabía por la victoria de ayer ante los ticos —sufrida, pedida, rogada, soñada y esperanzadora—, la tarjeta amarilla que el árbitro Armando Archundia le mostró al minuto 54 —quizá de forma rigorista— es la mala noticia del partido, pensando en el próximo juego, ante México en el estadio Azteca. El resto es de destacarlo. De nuevo la selección se plantó sin miedo ante un rival que hoy amaneció con una alta dosis de nerviosismo sobre su espalda. Para los ticos, el boleto, que hace tres fechas atrás era casi una realidad, hoy es una incertidumbre y algo que se considera remoto. Sobre todo porque México ya se les despegó tres puntos a falta de seis para terminar la eliminatoria. Ramón Sánchez volvió a mostrarse solvente como único contención. No fue necesario llenar de marca el medio campo para cortar la creatividad de Bryan Ruiz y Walter Centeno, quien ingresó en el segundo tiempo. Él solo se dio abasto para cortar desde el medio terreno los intentos de los costarricenses, que no tuvieron más que apostar a entrar por las bandas, sin mayor trascendencia. Esto porque Manuel Salazar y Deris Umanzor también cumplieron una buena faena. No se desbocaron a colaborar con el ataque. Lo hicieron con medida y pensando más en su tarea de defender y no dejar desprotegidos a Marvin González y Mardoqueo Henríquez, otro que cumplió en un buen nivel. Así fue el mandato de Carlos De los Cobos, porque adelante siempre había ideas para desdoblarse. Arturo Álvarez —que salió lesionado, pero arropado por los aplausos de la afición—, Eliseo Quintanilla, Osael Romero y Cristian Castillo, aunque a veces con poca velocidad, supieron encontrar la forma de tocar la puerta tica. No en vano dos pelotas fueron al poste —una hasta traspasó la línea de gol—, cuatro pasaron rozando la meta y una dio la alegría con la que se amanece hoy.
el sueño está vivo EDH
» La Azul peleó hasta el final y tuvo su premio: ganó con gol de rudis corrales en el 90' y todavía se ilusiona con la clasificación ¿Cómo no comenzar el comentario por el final? ¿Cómo no iniciarlo con ese grito enloquecido de Rudis Corrales?, ¿con ese rugido en forma de gol de toda la afición? ¿Cómo no emocionarse con esa marea de color azul cada vez más intenso? El Salvador intentó todo el partido y encontró su premio en el final. Eso le pasa a los equipos que buscan como lo hizo ayer la Selecta. Un premio que todavía lo hace soñar con los que muchos ya daban como imposible. ¡Estamos vivos! No podía ser... Irse otra vez con las manos vacías después de dominar al rival, de jugar mejor, de que un gol legítimo no haya sido convalidado por el árbitro Archundia, el único mexicano que no quiere a De los Cobos. No podía ser.... Por eso Rudis, justo él, criticado y resistido por buena parte de los hinchas, fue el encargado de poner justicia y alimentar el sueño. Claro, no será fácil: de 6 puntos en disputa, Costa Rica lleva 4 (ver nota aparte). Pero, ante este hermoso sueño, ¿quién se atreve a despertarlos ?El partido arrancó con algunas sorpresas tácticas de ambos bandos: el Cheyo Quintanilla jugó más retrasado que de costumbre y le dejó su lugar de enlace a Osael Romero, más cerca de Fito Zelaya. Del lado tico, el "Paté" Centeno se quedó en el banco y dejó el armado en manos de Bolaños y Oviedo. Le costó hacer pie a El Salvador en el campo pero cuando lo hizo, fue consistente. ¿Los argumentos? Los de siempre: pelota al piso, orden y traslado aprovechando el buen pie que tienen todos los volantes azules, en especial Quintanilla y Arturo Álvarez. Un párrafo especial merece este último, nacido en Estados Unidos de padres salvadoreños y que hacía cerca de 20 años que no estaba en el país. Plasmó todo lo que había insinuado en los otros juegos: calidad técnica, personalidad, pero anoche contó con una aditamento extra: cada jugada suya fue aplaudida a rabiar. Eso pareció agrandarlo. ¡Bienvenido Arturo! En defensa, con línea de cuatro bien definida, El Salvador se mantenía ordenado y con firmeza, sobre todo con un Mardoqueo Henríquez que se mostró en su mejor nivel. Quizá el único pecado futbolístico que cometió la Selecta en ese lapso fue abusar de los pelotazos. A corregirlo. ¿Costa Rica? Poco y nada, también abusó de los pelotazos para Ruíz y Froylan Ledezma, un Cachorro que mostró peligro cada vez que lo dejaron. El dominio era equilibrado, aunque Costa Rica tuvo sus chances pero hubo una jugada que podría haber quedado en la historia como uno de los mejores goles de eliminatorias: un exquisito pase de Arturo Álvarez para Christian Castillo, que sacó una sorprendente chilena. Entre el portero González y el travesaño negaron que esa maravillosa jugada se traduzca en un gol de antología. Vibró el Cuscatlán con esa jugada y contagió al equipo. El "ole, ole" que bajaba de las tribunas ponía en su lugar a cada equipo: El Salvador, a buscar el partido y Costa Rica parado de contra. El segundo tiempo fue igual de intenso y electrizante al final. Al minuto recibió un Ledezma y Montes desvió al corner. Otro gran partido del portero, pilar fundamental de esta gran campaña azul. El partido fue ganando en intensidad y situaciones de riesgo. Cheyo pasó a jugar más adelantado y tirado a la derecha para juntarse con un Álvarez que, en una pierna, también hacía diferencia. Tanto que de un remate suyo terminó en la jugada polémica. Tras tapar González, Zelaya se equivocó ante el portero pero tiró un centro que Castillo cabeceó al gol. La pelota fue desviada por un defensor cuando había ingresado claramente en su totalidad y. El asistente Marvin Torrentera se quedó estático y el árbitro Archundia no lo convalidó. Un robo que podría haber tenido consecuencias graves si Castillo no definía al final. Ese final fue vibrante. Porque ninguno quería el empate: Mardoqueo sacó una pelota en la línea, se lo perdieron Rudis y Salvador Coreas un cabezazo increíble. Pero al final apareció Rudis, el vengador, el goleador, el héroe. Gol, justicia y sueño...
Rudis puso la cereza al pastel
» Brilló Corrales por el gol, pero el triunfo fue virtud de todos Marginado a la banca en los últimos partidos, Rudis Alberto Corrales marcó la diferencia ante Costa Rica anoche para darle el triunfo a El Salvador y una nueva satisfacción a la afición. El delantero de Águila tenía pocos minutos en cancha. Recién ingresó al minuto 81 por Deris Umanzor. Poco después, tuvo la primera ocasión, pero no le alcanzó el ángulo ante la salida del meta Ricardo González. Tampoco vio a Alfredo Pacheco, que venía más atrás cerrando. Lo tiró fuera. El atacante se reinvindicó, y de qué forma. Osael Romero le filtró un balón por el carril derecho en el minuto 90. Rudis le ganó la carrera a Júnior Díaz, quien se barrió sin poder alcanzar la pelota en una acción muy similar a la primera que tuvo. Esta vez definió bien con zurda, por debajo del meta González, quien salió desesperado a tratar de cerrarle el ángulo junto al defensa Marshall. Mérito también en el pase para "Osa", que apareció en la ofensiva cuando más se le necesitaba luego de 89 minutos de entrega. Sin duda la victoria también llegó por el buen trabajo en defensa. Mardoqueo Henríquez tuvo un gran partido, sobre todo en la segunda parte, donde ganó todos los duelos y hasta dio salida al cuadro. En el primero, también realizó un juego aceptable, aunque regaló dos balones. Uno terminó con un tiro peligroso de Froylán Ledezma. Junto a "Mardo", Marvin González también hizo otro gran juego. Seguro en el fondo, grande en los relevos. Eso sí, en la salida, a veces abusó del pelotazo. Fue su punto bajo. Y el otro clave para evitar goles fue, una vez más, Miguel Montes, quien le tapó sobre todo una muy clara a Bryan Ruiz en el segundo tiempo. Otro que deleitó fue Arturo Álvarez. Pese a su lesión (era notorio que no estaba al cien por ciento), fue uno de los hombres más desequilibrantes en el ataque, aunque a la hora de marcar dejó espacios porque no alcanzaba a correr con todo. Sin embargo, a la hora de ir al frente figuró. Fue el que le puso el pase a Christian Castillo (otro de buena factura y al que le anularon un tanto), en la chilena que casi termina el gol. Puso un par de asistencias más a Fito Zelaya, quien cerca estuvo de convertirse en la figura, pero aguantó demasiado para rematar en el 68'. Álvarez también regaló espectáculo. Estuvo muy fino en las paredes y en casi todos los pases fue correcto. Un par de caños a los ticos robaron los aplausos de la grada, que lo despidió con vítores cuando fue sustituido. Fueron los ejes del equipo. Pero Rudis marcó la diferencia y le dio a El Salvador el segundo triunfo en la hexagonal y en casa. El atacante ya lleva ocho tantos en la eliminatoria; es el que más veces ha mandado la bola al fondo para el país y es el líder de goleo de la ruta, con uno más que Luton Shelton, de Jamaica, quien, sin embargo, anotó uno de penalti, a diferencia del aguilucho.