Post by realeagle on Sept 22, 2009 13:38:20 GMT -5
“Me alegro de no ser el primer lugar”
LPG
Antes de que arrancara el torneo, a Eraldo Correia le llovieron palos de todos lados. Will Salgado, presidente del Águila, dijo que lo iba a mandar a la reserva, lo acusaron de no tener experiencia o de traer jugadores “paquetes”. Empero, siete jornadas van de torneo y el Águila es el único invicto, además del único equipo capaz de derrotar al FAS, que caminaba sólido hasta que los orientales los derrotaron el pasado sábado en el Óscar Quiteño. Después de siete fechas, Águila es el único invicto. ¿Cuál es la clave? Lo de invicto no es tan importante, es bueno no perder, pero vamos partido a partido. La clave más importante es la seguridad que uno tiene en Dios. El grupo es muy bueno, profesional, sabe lo que quiere y adonde va. Mencionaba que su método para trabajar en El Salvador no es con garrote. ¿Cuál es? Mis jugadores tienen derecho a opinar, a hablar. Eso hace un grupo unido. El sistema es secundario: ellos se sienten valorados, respetados, entonces rinden más. Sócrates —ex futbolista brasileño— dijo que “un grupo de amigos tiene mayores probabilidades de éxitos”, y eso es lo que trato de hacer en Águila. ¿Cómo hace para que nadie se le salga del huacal? Por la misma idiosincrasia que a un salvadoreño le dan la mano y se agarra el codo...R/ Algunos se salen del huacal, pero yo me salí del huacal cuando era jugador, por eso debo ser tolerante. El jugador tiene derecho a rebelarse, a no estar de acuerdo. Puedo perdonar, pero las consecuencias permanecen. Si un jugador sale enojado, lo saco del equipo y pierde su puesto. ¿Hasta dónde llega su tolerancia? Seré tolerante lo más que pueda; pero no soy dueño del Águila. Hay reglas internas, e incluso hay cosas que prefiero esconderlas de los que mandan por el bien de la armonía del grupo. Cosas que solo resolvemos cuerpo técnico y jugadores, que no le interesan ni a la directiva, al público o la prensa, códigos del fútbol. ¿Qué cosas podrían interesarle a los jugadores y cuerpo técnico que no le interesen a la directiva? Una riña entre dos compañeros por ejemplo; pero eso sucede en todo el mundo. Aquí una riña entre compañeros las tratamos de resolver nosotros. ¿Ha habido ese tipo de peleas este torneo en Águila? Sí. Siempre hay en todos los equipos. Algunos jugadores cuando pierden la titularidad, no todos, no les gusta y reaccionan mal. Yo tengo que estar preparado para esa reacción y lo estoy. ¿Cómo sabe que esas riñas que oculta no van a terminar siendo conocidas por otros medios por la directiva? No lo sé, pero corro el riesgo. La osadía marca la diferencia, tanto en la cancha como en la vida personal. Hay cosas que prefiero callar, pero me la juego, puede que lo sepan, lo veremos en el futuro. Hablando del clásico, usted manejó toda la semana de que iban por un empate y le tiró todo el favoritismo a FAS. ¿De verdad una victoria no entraba en los planes? (Sí) estaba en los planes. Yo nunca quiero ser favorito, hasta me alegro de no ser el primer lugar. Prefiero que todo el campeonato sea primero FAS. Lo importante es estar dentro de los cuatro, el primero tiene más responsabilidades. Toda la semana manejamos esa situación, a los jugadores les dije que si los entrevistaban dieran como favorito al rival. Incluso FAS sigue siendo favorito para el título. ¿Cómo ideó jugar con 4-1-4-1, tomando en cuenta que los equipos del país rara vez cambian esquema? No puedo jugar igual todo el torneo. Saqué a Murgas, aunque algunos no estaban de acuerdo. (Es) un excelente jugador, pero con un ritmo que a mí no me gusta para algún tipo de juego.
Los resultados obtenidos son mejores de lo que se esperaba por la pretemporada del equipo... Mejor de lo que esperaba la directiva, la afición y la prensa; pero no mejor de lo que esperábamos jugadores y cuerpo técnico. No hemos hecho nada de otro mundo. Tenemos 13 puntos de 21, y faltan dos partidos con equipos —Nejapa y Balboa— accesibles, no malos, (porque) no quiero faltarles el respeto. Después del primer juego de pretemporada —derrota con Vista Hermosa—, Will Salgado dijo que lo iba a mandar a las reservas. ¿Cómo cayó esa frase en ese momento? Me dolió, pero no reaccioné mal. Will Salgado no es muy prudente. Como buen político a veces suelta la lengua, pero yo no quiero ver su lado malo, prefiero ver el bueno: él quiere un Águila grande; pero también reconozcamos que es un principiante en fútbol. Soy yo quien tiene que tener paciencia con él, no espero que él la tenga conmigo. ¿Cómo es hoy su relación con Will? Somos amigos, pero los buenos amigos tienen diferencias, las nuestras son en cuanto al fútbol. ¿Todavía considera que Estevao Ferreiro y Rodrigo Fidalgo podían aportar algo a este Águila? Estoy seguro, no cambio de opinión de que tendríamos un Águila mejor. También se dijo que no tenía experiencia en primera división, y si ha estado en segunda y tercera, nunca ha ascendido un equipo...Yo no estoy comenzando ahora, quiero hacer énfasis en eso. Infelizmente hay poco espacio para segunda y tercera, pero ahí hay talento, tanto de entrenadores y jugadores. Yo no tengo experiencia, es cierto, pero en cuanto a la vista pública. No tengo ningún título, pero hay entrenadores que tuvieron títulos en el pasado que hoy no dan el ancho. Quiero ganar uno con Águila. Usted pudo haberse quedado como principal en 2007, luego del “Pelé” Zapata, cuando en San Miguel se dijo que él creyó que usted le quería quitar el puesto. ¿Qué pasó? No nos fue bien; aprendí mucho con Zapata, ojalá le vaya bien con Balboa. Dios es testigo y la gente que me conoce también de que yo quise ayudarlo, tanto que nos fuimos los dos; pero es que en San Miguel hay una cosa en contra: hay una prensa que vive del Águila. Águila es el plato más fuerte, entonces “pueblo pequeño, infierno grande”, todos quieren ser entrenador. Mucha gente anda atrás y si no hay noticia, la inventa. ¿Se han inventado noticias de usted? Con Fidalgo y Ferreiro que yo los había traído, muchos pensaron que yo tenía porcentaje. Simplemente a un sobrino le pedí que mandara dos jugadores. Pero entonces sí venían recomendamos por un familiar. En la pretemporada yo mismo le pregunté si era así, y me dijo que no...Hablé con mi sobrino, para que buscara un representante que conociera jugadores. Él buscó y mandó. Mi sobrino es de confianza mío. Lo que le pasó entonces fue exceso de confianza de su parte. ¿No cree que ese mismo exceso le pueda pasar con los jugadores? De acuerdo, ya fallé y aprendí una buena lección. Confié en personas que no debía de confiar, pero no cayó en saco roto, y tendré mucho cuidado en relación a los jugadores. Han habido entrenadores que le caen mal a todo el equipo, pero (en Águila) la mayoría están conmigo. Y así como hay entrenadores que caen mal, es cierto entonces que los jugadores se amotinan para que se vaya un técnico...No es que se amotinen. Es que es más fácil correr, barrerse, acalambrarse por un entrenador que es amigo que por uno que es turbio, y que anda con palo en la mano, esperando dar el garrotazo. ¿Cómo ve el camino que ha tomado el torneo, con los cinco grandes en las primeras cinco posiciones? Muy buen torneo. Si todos los equipos con más arrastre andan bien, entonces hay buenos torneos. Por el camino que está tomando, van en ruta de semifinales... Nada es imposible para Dios. No hablo por intuición, sino porque conozco a mi grupo. Si ponemos los pies sobre la tierra, las posibilidades de llegar son buenas. ¿Qué espera para cuando vengan las derrotas? ¿Otra vez críticas, amenazas? No sé, en el momento lo sabré. Pero así como venga la avalancha, así me protegeré, pero ya no creo, gracias a Dios, que me echen, que me vaya del Águila, por lo menos, para mientras, porque el equipo está caminando. Espero que cuando venga la caída, así como estoy con los pies sobre la tierra, estaré también cuando venga el mal momento.
LPG
Antes de que arrancara el torneo, a Eraldo Correia le llovieron palos de todos lados. Will Salgado, presidente del Águila, dijo que lo iba a mandar a la reserva, lo acusaron de no tener experiencia o de traer jugadores “paquetes”. Empero, siete jornadas van de torneo y el Águila es el único invicto, además del único equipo capaz de derrotar al FAS, que caminaba sólido hasta que los orientales los derrotaron el pasado sábado en el Óscar Quiteño. Después de siete fechas, Águila es el único invicto. ¿Cuál es la clave? Lo de invicto no es tan importante, es bueno no perder, pero vamos partido a partido. La clave más importante es la seguridad que uno tiene en Dios. El grupo es muy bueno, profesional, sabe lo que quiere y adonde va. Mencionaba que su método para trabajar en El Salvador no es con garrote. ¿Cuál es? Mis jugadores tienen derecho a opinar, a hablar. Eso hace un grupo unido. El sistema es secundario: ellos se sienten valorados, respetados, entonces rinden más. Sócrates —ex futbolista brasileño— dijo que “un grupo de amigos tiene mayores probabilidades de éxitos”, y eso es lo que trato de hacer en Águila. ¿Cómo hace para que nadie se le salga del huacal? Por la misma idiosincrasia que a un salvadoreño le dan la mano y se agarra el codo...R/ Algunos se salen del huacal, pero yo me salí del huacal cuando era jugador, por eso debo ser tolerante. El jugador tiene derecho a rebelarse, a no estar de acuerdo. Puedo perdonar, pero las consecuencias permanecen. Si un jugador sale enojado, lo saco del equipo y pierde su puesto. ¿Hasta dónde llega su tolerancia? Seré tolerante lo más que pueda; pero no soy dueño del Águila. Hay reglas internas, e incluso hay cosas que prefiero esconderlas de los que mandan por el bien de la armonía del grupo. Cosas que solo resolvemos cuerpo técnico y jugadores, que no le interesan ni a la directiva, al público o la prensa, códigos del fútbol. ¿Qué cosas podrían interesarle a los jugadores y cuerpo técnico que no le interesen a la directiva? Una riña entre dos compañeros por ejemplo; pero eso sucede en todo el mundo. Aquí una riña entre compañeros las tratamos de resolver nosotros. ¿Ha habido ese tipo de peleas este torneo en Águila? Sí. Siempre hay en todos los equipos. Algunos jugadores cuando pierden la titularidad, no todos, no les gusta y reaccionan mal. Yo tengo que estar preparado para esa reacción y lo estoy. ¿Cómo sabe que esas riñas que oculta no van a terminar siendo conocidas por otros medios por la directiva? No lo sé, pero corro el riesgo. La osadía marca la diferencia, tanto en la cancha como en la vida personal. Hay cosas que prefiero callar, pero me la juego, puede que lo sepan, lo veremos en el futuro. Hablando del clásico, usted manejó toda la semana de que iban por un empate y le tiró todo el favoritismo a FAS. ¿De verdad una victoria no entraba en los planes? (Sí) estaba en los planes. Yo nunca quiero ser favorito, hasta me alegro de no ser el primer lugar. Prefiero que todo el campeonato sea primero FAS. Lo importante es estar dentro de los cuatro, el primero tiene más responsabilidades. Toda la semana manejamos esa situación, a los jugadores les dije que si los entrevistaban dieran como favorito al rival. Incluso FAS sigue siendo favorito para el título. ¿Cómo ideó jugar con 4-1-4-1, tomando en cuenta que los equipos del país rara vez cambian esquema? No puedo jugar igual todo el torneo. Saqué a Murgas, aunque algunos no estaban de acuerdo. (Es) un excelente jugador, pero con un ritmo que a mí no me gusta para algún tipo de juego.
Los resultados obtenidos son mejores de lo que se esperaba por la pretemporada del equipo... Mejor de lo que esperaba la directiva, la afición y la prensa; pero no mejor de lo que esperábamos jugadores y cuerpo técnico. No hemos hecho nada de otro mundo. Tenemos 13 puntos de 21, y faltan dos partidos con equipos —Nejapa y Balboa— accesibles, no malos, (porque) no quiero faltarles el respeto. Después del primer juego de pretemporada —derrota con Vista Hermosa—, Will Salgado dijo que lo iba a mandar a las reservas. ¿Cómo cayó esa frase en ese momento? Me dolió, pero no reaccioné mal. Will Salgado no es muy prudente. Como buen político a veces suelta la lengua, pero yo no quiero ver su lado malo, prefiero ver el bueno: él quiere un Águila grande; pero también reconozcamos que es un principiante en fútbol. Soy yo quien tiene que tener paciencia con él, no espero que él la tenga conmigo. ¿Cómo es hoy su relación con Will? Somos amigos, pero los buenos amigos tienen diferencias, las nuestras son en cuanto al fútbol. ¿Todavía considera que Estevao Ferreiro y Rodrigo Fidalgo podían aportar algo a este Águila? Estoy seguro, no cambio de opinión de que tendríamos un Águila mejor. También se dijo que no tenía experiencia en primera división, y si ha estado en segunda y tercera, nunca ha ascendido un equipo...Yo no estoy comenzando ahora, quiero hacer énfasis en eso. Infelizmente hay poco espacio para segunda y tercera, pero ahí hay talento, tanto de entrenadores y jugadores. Yo no tengo experiencia, es cierto, pero en cuanto a la vista pública. No tengo ningún título, pero hay entrenadores que tuvieron títulos en el pasado que hoy no dan el ancho. Quiero ganar uno con Águila. Usted pudo haberse quedado como principal en 2007, luego del “Pelé” Zapata, cuando en San Miguel se dijo que él creyó que usted le quería quitar el puesto. ¿Qué pasó? No nos fue bien; aprendí mucho con Zapata, ojalá le vaya bien con Balboa. Dios es testigo y la gente que me conoce también de que yo quise ayudarlo, tanto que nos fuimos los dos; pero es que en San Miguel hay una cosa en contra: hay una prensa que vive del Águila. Águila es el plato más fuerte, entonces “pueblo pequeño, infierno grande”, todos quieren ser entrenador. Mucha gente anda atrás y si no hay noticia, la inventa. ¿Se han inventado noticias de usted? Con Fidalgo y Ferreiro que yo los había traído, muchos pensaron que yo tenía porcentaje. Simplemente a un sobrino le pedí que mandara dos jugadores. Pero entonces sí venían recomendamos por un familiar. En la pretemporada yo mismo le pregunté si era así, y me dijo que no...Hablé con mi sobrino, para que buscara un representante que conociera jugadores. Él buscó y mandó. Mi sobrino es de confianza mío. Lo que le pasó entonces fue exceso de confianza de su parte. ¿No cree que ese mismo exceso le pueda pasar con los jugadores? De acuerdo, ya fallé y aprendí una buena lección. Confié en personas que no debía de confiar, pero no cayó en saco roto, y tendré mucho cuidado en relación a los jugadores. Han habido entrenadores que le caen mal a todo el equipo, pero (en Águila) la mayoría están conmigo. Y así como hay entrenadores que caen mal, es cierto entonces que los jugadores se amotinan para que se vaya un técnico...No es que se amotinen. Es que es más fácil correr, barrerse, acalambrarse por un entrenador que es amigo que por uno que es turbio, y que anda con palo en la mano, esperando dar el garrotazo. ¿Cómo ve el camino que ha tomado el torneo, con los cinco grandes en las primeras cinco posiciones? Muy buen torneo. Si todos los equipos con más arrastre andan bien, entonces hay buenos torneos. Por el camino que está tomando, van en ruta de semifinales... Nada es imposible para Dios. No hablo por intuición, sino porque conozco a mi grupo. Si ponemos los pies sobre la tierra, las posibilidades de llegar son buenas. ¿Qué espera para cuando vengan las derrotas? ¿Otra vez críticas, amenazas? No sé, en el momento lo sabré. Pero así como venga la avalancha, así me protegeré, pero ya no creo, gracias a Dios, que me echen, que me vaya del Águila, por lo menos, para mientras, porque el equipo está caminando. Espero que cuando venga la caída, así como estoy con los pies sobre la tierra, estaré también cuando venga el mal momento.