Post by realeagle on Sept 23, 2009 13:40:59 GMT -5
Negocios migueleños azotados por extorsiones
Las gremiales empresariales de San Miguel no tienen un registro de los negocios que han cerrado, pero reconocen que ese flagelo está afectando, incluso, más que la crisis económica. “¿Extorsiones hasta cuándo?” Es la pregunta que se hace Rubén, un comerciante del centro de San Miguel, quien presuroso se responde: “Hasta que de verdad alguien haga algo”. Rubén —nombre ficticio— es solo uno más de la larga lista de víctimas que casi a diario son chantajeadas por pandilleros, que con la amenaza recolectan miles de dólares semanalmente. Asegura sentirse impotente. Lleva dos años en la mira de los pandilleros, a los que asegura haber entregado regulares cantidades de dinero. En este tiempo ha intentado evadir a los extorsionistas. En una oportunidad cambió de lugar su pequeño negocio. Estaba en el mercado y me salí de ahí porque de cobrarme $5 a la semana de un solo querían que les diera $25. Pase dos meses sin trabajar viviendo de prestado. Volví a poner la venta y más tardé en hacerlo... a los dos días ya me estaban pidiendo dinero otra vez.” Rubén está convencido de que la denuncia no es una opción para él, ya que quienes lo extorsionan lo conocen muy bien. Sospecha que hay vecinos, incluso familiares, en la pandilla que lo tienen en la mira. “Mientras me dejen trabajar, y si me queda para irla pasando”, se reconforta este comerciante, quien ha visto limitadas sus aspiraciones de ampliar su negocio. O como otros tantos comerciantes teme que las extorsiones le obliguen a cerrarlo. El hombre parece convencido, como muchos otros migueleños, de que si interpone su queja ante las autoridades competentes, estaría firmando su sentencia de muerte. Incluso recordó cómo a principio de año otro vendedor amigo suyo —dedicado a la venta de verduras— fue asesinado a tiros, cuando quienes lo extorsionaban se enteraron que los había denunciado. El juez Especializado de Instrucción de oriente, Jorge González, señaló que a pesar de que en los últimos seis meses se registra un aumento de casos de extorsión, las denuncias han disminuido. Observación que se refleja en las estadísticas policiales, que establecen que en julio hubo 181 denuncias y en agosto, 71. Precisamente la falta de denuncia oportuna es, según las autoridades, el principal obstáculo en el combate a los extorsionistas. Situación que se agrava por la falta de confianza que aún mantiene un significativo número de víctimas con relación a la vinculación que tienen ciertos agentes policiales con las mismas pandillas. Casos que, aunque no resultan muchos, son suficientes para cimentar la duda entre los afectados. Además de los casos en los que testigos han sido asesinados. Sin registros Los dirigentes de las principales gremiales de empresarios en San Miguel reconocen, a pesar de no contar con un registro de afectados, que la extorsión es uno de los problemas más graves que enfrentan cientos de comerciantes y empresarios migueleños, lo que ha provocado el cierre de negocios en la ciudad. “Es difícil llevar un registro, ya que los socios que se retiran de la gremial no especifican si lo hacen por el acoso de los extorsionistas y solo aducen como único motivo de salida la crisis económica”, indicó José Gilberto Herrera, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador, filial San Miguel. El presidente de la Asociación Oriental de Empresas (ASOES), Roberto Cubías, coincidió con Herrera al señalar que los extorsionistas han erosionado el ánimo y la economía de los empresarios y comerciantes, al punto que muchos de ellos prefieren dejar atrás sus inversiones.
Las gremiales empresariales de San Miguel no tienen un registro de los negocios que han cerrado, pero reconocen que ese flagelo está afectando, incluso, más que la crisis económica. “¿Extorsiones hasta cuándo?” Es la pregunta que se hace Rubén, un comerciante del centro de San Miguel, quien presuroso se responde: “Hasta que de verdad alguien haga algo”. Rubén —nombre ficticio— es solo uno más de la larga lista de víctimas que casi a diario son chantajeadas por pandilleros, que con la amenaza recolectan miles de dólares semanalmente. Asegura sentirse impotente. Lleva dos años en la mira de los pandilleros, a los que asegura haber entregado regulares cantidades de dinero. En este tiempo ha intentado evadir a los extorsionistas. En una oportunidad cambió de lugar su pequeño negocio. Estaba en el mercado y me salí de ahí porque de cobrarme $5 a la semana de un solo querían que les diera $25. Pase dos meses sin trabajar viviendo de prestado. Volví a poner la venta y más tardé en hacerlo... a los dos días ya me estaban pidiendo dinero otra vez.” Rubén está convencido de que la denuncia no es una opción para él, ya que quienes lo extorsionan lo conocen muy bien. Sospecha que hay vecinos, incluso familiares, en la pandilla que lo tienen en la mira. “Mientras me dejen trabajar, y si me queda para irla pasando”, se reconforta este comerciante, quien ha visto limitadas sus aspiraciones de ampliar su negocio. O como otros tantos comerciantes teme que las extorsiones le obliguen a cerrarlo. El hombre parece convencido, como muchos otros migueleños, de que si interpone su queja ante las autoridades competentes, estaría firmando su sentencia de muerte. Incluso recordó cómo a principio de año otro vendedor amigo suyo —dedicado a la venta de verduras— fue asesinado a tiros, cuando quienes lo extorsionaban se enteraron que los había denunciado. El juez Especializado de Instrucción de oriente, Jorge González, señaló que a pesar de que en los últimos seis meses se registra un aumento de casos de extorsión, las denuncias han disminuido. Observación que se refleja en las estadísticas policiales, que establecen que en julio hubo 181 denuncias y en agosto, 71. Precisamente la falta de denuncia oportuna es, según las autoridades, el principal obstáculo en el combate a los extorsionistas. Situación que se agrava por la falta de confianza que aún mantiene un significativo número de víctimas con relación a la vinculación que tienen ciertos agentes policiales con las mismas pandillas. Casos que, aunque no resultan muchos, son suficientes para cimentar la duda entre los afectados. Además de los casos en los que testigos han sido asesinados. Sin registros Los dirigentes de las principales gremiales de empresarios en San Miguel reconocen, a pesar de no contar con un registro de afectados, que la extorsión es uno de los problemas más graves que enfrentan cientos de comerciantes y empresarios migueleños, lo que ha provocado el cierre de negocios en la ciudad. “Es difícil llevar un registro, ya que los socios que se retiran de la gremial no especifican si lo hacen por el acoso de los extorsionistas y solo aducen como único motivo de salida la crisis económica”, indicó José Gilberto Herrera, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador, filial San Miguel. El presidente de la Asociación Oriental de Empresas (ASOES), Roberto Cubías, coincidió con Herrera al señalar que los extorsionistas han erosionado el ánimo y la economía de los empresarios y comerciantes, al punto que muchos de ellos prefieren dejar atrás sus inversiones.