Post by realeagle on Mar 6, 2006 12:46:00 GMT -5
Noche Negra
El fútbol fue derrotado la noche del sábado sobre la grama del Barraza, y los responsables de su derrota son varios, porque una noche perfecta para ver buen fútbol, con un estadio repleto pintado de negro naranja, con un Águila jugando buen fútbol, fue malograda en primer lugar por una actitud arbitral triste y mediocre, sin el mayor sentido común para sobrellevar el partido, frenar el juego brusco de Alianza y su alarmante disposición a perder tiempo cada vez que la complicidad de Sibrián se lo permitía. En segundo lugar por los idiotas (seguramente alcoholizados) que no fueron capaces de darse cuenta que al tirar objetos a la cancha (mas allá si le pegan o no, tirar cosas al campo es causal de castigo), el mayor perjudicado fue Águila, da tristeza hablar de estos hechos cuando el equipo migueleño en la cancha siempre fue superior al rival y solo le falto el gol para premiar su buen funcionamiento colectivo.
Águila jugo a un gran nivel, monopolizo el control de la pelota, fue dueño absoluto del juego y solo la excluyente, polémica y hasta milagrosa actuación de Didier Ovono (o será Omono?) mantuvo el cero en el arco de los capitalinos. A pesar de un arranque dubitativo el equipo migueleño fue a partir del minuto 10 el que mandaba en la cancha, sobre todo cuando se jugaba al primer toque dándole dinámica al ataque aguilucho y haciendo ver lenta a la zaga aliancista al punto de recurrir a faltas violentas como la entrada infame y antiprofesional (de la que los medios no dicen nada, excepto “Foxy” Gómez, de FM Monumental) de Edwin González sobre Camilo Mejía, que a punto estuvo de fracturar al volante colombiano. Un mano a mano de Erazo que Ovono tapó con la cadera, un disparo de Salamanca de media vuelta que también contuvo el meta africano, un centro que Ulloa no cabeceo por muy poco, una serie de rebotes en el área visitante que Campos no supo capitalizar. El único asomo aliancista fue un desborde de Francisco Jovel que dejo la marca de Ulloa pero su centro no encontró el remate visitante.
Si Alianza había dado muestras de jugar a “no jugar”, en el primer tiempo, en la etapa complementaria reafirmo esa postura, porque a la casi perfecta aplicación defensiva de su zona baja, le sumo toda la marrullería posible para perder tiempo ante la cómplice mirada de Rodolfo Sibrián, y las patadas de González, Carrillo y “Zarco” Rodríguez que dejaron como víctima el tobillo derecho de Francisco Serrano, tuvo que ser sustituido. El único reproche que cabe hacerle a Águila fue la falta de tranquilidad para definir, porque Erazo y Campos tuvieron sendas oportunidades frente a Ovono, por lo demás el equipo emplumado tuvo un funcionamiento solvente, con la pelota pegada al piso, busco el gol de todas las formas posibles, las oportunidades se sucedían una tras otra, Campos ante Ovono no supo definir, Erazo también convertía en héroe al arquero de Gabón, un remate a quemarropa de Umanzor y otra tapada felina que ahogaba el grito de gol. La presión era incesante, Alianza tiraba la pelota a cualquier lado, el juez marcaba todas las pelotas divididas a favor de los blancos, les permitía perder todo el tiempo del mundo. Hasta que llego el minuto 87´ en una jugada intrascendente, normal que inicio el drama, en la que Campos saltó a buscar una pelota ante Ovono, la falta fue leve, sin embargo el arquero albo cayo fulminado como un rayo, revolcándose de “dolor”, en ese momento entraron en escena los malos aficionados, que le siguieron el juego al arquero albo y al tristemente celebro árbitro, empezaron a tira bolsas con agua y latas de cerveza, que sirvieron de excusa para suspender el juego por “falta de garantías”. Si el juez se decide a reiniciar el juego de inmediato y a solicitar el apoyo de la UMO, seguramente se podría haber concluido el partido. Parte de la responsabilidad cabe también en los organizadores por no contar con la presencia policial suficiente para controlar a los aficionados que con unas cervezas adentro recurren a manifestaciones violentas en los estadios de fútbol.
Una lastima el desenlace del juego, porque el ambiente era inmejorable, ese aire de fútbol y apoyo incondicional al equipo local que solo en San Miguel se respira, (en ningún estadio del país se vive el fútbol como se hace en el Barraza), lamentablemente el árbitro, la actitud ratonera y anti deportiva de Alianza y la mala educación de unos cuantos aficionados aguiluchos confabularon en contra del buen momento del equipo migueleño, que pase lo que pase seguirá una fecha más como puntero del Clausura 2006.
Saludos hermanos aguiluchos de todo el mundo.
realeagle
realeagle07@hotmail.com
LO BUENO: El equipo. Águila jugó uno de sus mejores partidos y solo le faltó el gol, domino en forma absoluta, con dinámica y buen volumen de fútbol al que solo le hizo falta anotar, en parte por la poca precisión de los delanteros, pero sobre todo por el arquero Didier Ovono, que tuvo una noche en la que los aficionados albos le tendrían que haber prendido una vela en señal de agradecimiento.
EL MALO: Aparte de los malos aficionados que tiraron objetos de la cancha, el malo de la película fue Edwin González, buscó siempre pegar antes que tocar la pelota, su obra maestra fue al minuto 29´ cuando hizo que Mejía volara por los aires con una salvaje entrada por atrás, Campos y Serrano también fueron víctima de su mala intención. A partir del minuto 29 estuvo jugando por cortesía del árbitro. Por cierto de lo anterior pocos medios dijeron algo.
EL ÁRBITRO: Rodolfo Alexander Sibrián. Con actuaciones así, nos preguntamos que diablos va ir a hacer a un mundial, parece que su mayor mérito es saber hablar inglés (es licenciado en idiomas); Porque actúa con una prepotencia total, y no es capaz de tener un poquito de sentido común para sacar el juego adelante y prefirió caer en la trampa de Ovono y la banca aliancista que le pedían que el juego se suspendiera.