Post by realeagle on May 1, 2006 11:25:27 GMT -5
Lo tiene en la punta de La Boca
Insúa anotó dos goles y fue la gran figura en la tarde de La Bombonera. Palacio y Guillermo Barros Schelotto hicieron los otros y así empieza a saborear el bicampeonato. Si gana el próximo domingo ante Independiente, dará en Avellaneda la vuelta olímpica. Sí, otra vez de la mano de Basile.
Boca estaba a un paso del título y su gente lo hacía sentir. Una multitud colmó La Bombonera para ver al equipo de Basile, que encaraba esta fecha 17 con cuatro puntos de ventaja sobre River y Lanús y la posibilidad de asegurarse el primer puesto en el Clausura. La vuelta de Sebastián Battaglia a la titularidad ofrecía un condimento adicional en esta presentación del conjunto xeneize.
Enfrente, Burruchaga ponía en cancha a un equipo alternativo, dejando bien en claro que todas las fichas de Estudiantes estaban puestas en el compromiso del próximo jueves ante Goiás, por la Copa Libertadores.
El partido arrancó muy parejo, con un Estudiantes que planteaba una dura lucha en el medio. Esmerado y Saucedo mordían en mitad de cancha y trataban de cortar el circuito creativo de Boca. El equipo de Basile, entonces, intentaba recargar el juego por las bandas. Así fue como Insúa apareció volcado sobre la izquierda en el comienzo y Palacio hizo lo propio a los 5 minutos. Los platenses, mientras, apostaban a la pelota parada para encontrar un cabezazo.
Pese a que los locales superaban a su rival en volumen de juego, la primera chance la tuvieron a partir de un tiro libre, cuando Bilos ganó de arriba y mandó la pelota apenas arriba del arco de Herrera.
Boca era el que buscaba, pero daba la impresión de que Estudiantes lo tenía bien controlado. Hasta que apareció Insúa e hizo explotar a La Bombonera. El volante aprovechó el adelantamiento de la última línea visitante y apareció solo por la izquierda. Acomodó la pelota con la zurda y con esa misma pierna enganchó para dejar en el camino a su marcador y pegarle rasante, al primer palo de un Herrera que nada pudo hacer para evitar la caída de su arco. Iban 20 minutos y el equipo de Basile daba un primer paso muy importante.
Los locales no se quedaron y rápidamente justificaron la diferencia. Primero lo tuvo Battaglia, con una excelente palomita tras un centro de Palacio, pero la pelota pegó en el palo. Y enseguida, Bilos ganó a pura velocidad por la izquierda y estuvo cerca de marcar el segundo. Cerca de la media hora de juego, el dominio de Boca era absoluto, sobre todo porque la defensa de Estudiantes daba muchas ventajas.
Ante tanta pasividad del equipo platense, Boca mostró su mejor cara. Ibarra, Gago, Insúa y Bilos manejaban la pelota y llegaban tocando hasta el área. Sin embargo, les faltaba la puntada final para plasmar en el resultado tanta superioridad en el juego. Si hasta Palacio pudo aumentar a los 45 pero eligió pegarle al arco en lugar de habilitar a un Palermo que aparecía solo para empujarla en el área chica.
¿Estudiantes? Poco y nada en ataque. Tuvo una sola oportunidad de convertir, y vaya si fue buena. Centro de Cardozo y aparición solitaria de Diego Galván. Era gol, pero el ex River le pegó muy mal y la mandó por arriba del travesaño de Abbondanzieri. Boca se salvaba milagrosamente.
La paridad de los primeros minutos del complemento abrió un interrogante sobre el resultado final del partido. Sin embargo, las dudas se disiparon a los 11 minutos cuando, a la salida de un córner, Palacio tomó un rebote y clavó la pelota arriba, en el segundo palo. Fue el gol de la tranquilidad para Boca y su gente ya vislumbraba la consagración. “En la cancha del Rojo vamos a ganar, y la vuelta vamos a dar”, bajaba desde las tribunas.
Estudiantes tuvo dos buenas chances en los pies de Carrusca, de tiro libre, pero la pelota, en ambos casos, se fue por arriba del horizontal. Llegando a los 25 minutos, los visitantes habían emparejado decididamente el trámite del partido y desnudaban algunas desinteligencias del mediocampo xeneize, aunque estaba claro que si Boca quería, aumentaba.
Y quiso nomás. Palacio volvió a desequilibrar a pura habilidad y la tocó para que Insúa la empujara. Se le fue larga al Pocho cuando quiso dominar la pelota, pero enmendó ese error con un taco sublime que se convirtió en el tercero.
Si alguien le hubiera preguntado a los hinchas de Boca qué más querían para que la fiesta fuera completa, seguramente la respuesta de la mayoría habría sido: “un gol de Guillermo”. Y también se les dio, ya que Barros Schelotto se escapó a los 42 y le pegó con potencia para vulnerar por cuarta vez el arco platense.
Quiso descontar Carrusca pero el travesaño se lo negó. Así llegó el final, con un 4-0 contundente, inapelable de este Boca que, cuando quiere, es mucho más que sus rivales. Hoy lo dejó bien claro al vencer con oficio a un Estudiantes que hizo lo que pudo. El equipo de Basile jugó a lo campeón y ya sueña con un nuevo título.
Insúa anotó dos goles y fue la gran figura en la tarde de La Bombonera. Palacio y Guillermo Barros Schelotto hicieron los otros y así empieza a saborear el bicampeonato. Si gana el próximo domingo ante Independiente, dará en Avellaneda la vuelta olímpica. Sí, otra vez de la mano de Basile.
Boca estaba a un paso del título y su gente lo hacía sentir. Una multitud colmó La Bombonera para ver al equipo de Basile, que encaraba esta fecha 17 con cuatro puntos de ventaja sobre River y Lanús y la posibilidad de asegurarse el primer puesto en el Clausura. La vuelta de Sebastián Battaglia a la titularidad ofrecía un condimento adicional en esta presentación del conjunto xeneize.
Enfrente, Burruchaga ponía en cancha a un equipo alternativo, dejando bien en claro que todas las fichas de Estudiantes estaban puestas en el compromiso del próximo jueves ante Goiás, por la Copa Libertadores.
El partido arrancó muy parejo, con un Estudiantes que planteaba una dura lucha en el medio. Esmerado y Saucedo mordían en mitad de cancha y trataban de cortar el circuito creativo de Boca. El equipo de Basile, entonces, intentaba recargar el juego por las bandas. Así fue como Insúa apareció volcado sobre la izquierda en el comienzo y Palacio hizo lo propio a los 5 minutos. Los platenses, mientras, apostaban a la pelota parada para encontrar un cabezazo.
Pese a que los locales superaban a su rival en volumen de juego, la primera chance la tuvieron a partir de un tiro libre, cuando Bilos ganó de arriba y mandó la pelota apenas arriba del arco de Herrera.
Boca era el que buscaba, pero daba la impresión de que Estudiantes lo tenía bien controlado. Hasta que apareció Insúa e hizo explotar a La Bombonera. El volante aprovechó el adelantamiento de la última línea visitante y apareció solo por la izquierda. Acomodó la pelota con la zurda y con esa misma pierna enganchó para dejar en el camino a su marcador y pegarle rasante, al primer palo de un Herrera que nada pudo hacer para evitar la caída de su arco. Iban 20 minutos y el equipo de Basile daba un primer paso muy importante.
Los locales no se quedaron y rápidamente justificaron la diferencia. Primero lo tuvo Battaglia, con una excelente palomita tras un centro de Palacio, pero la pelota pegó en el palo. Y enseguida, Bilos ganó a pura velocidad por la izquierda y estuvo cerca de marcar el segundo. Cerca de la media hora de juego, el dominio de Boca era absoluto, sobre todo porque la defensa de Estudiantes daba muchas ventajas.
Ante tanta pasividad del equipo platense, Boca mostró su mejor cara. Ibarra, Gago, Insúa y Bilos manejaban la pelota y llegaban tocando hasta el área. Sin embargo, les faltaba la puntada final para plasmar en el resultado tanta superioridad en el juego. Si hasta Palacio pudo aumentar a los 45 pero eligió pegarle al arco en lugar de habilitar a un Palermo que aparecía solo para empujarla en el área chica.
¿Estudiantes? Poco y nada en ataque. Tuvo una sola oportunidad de convertir, y vaya si fue buena. Centro de Cardozo y aparición solitaria de Diego Galván. Era gol, pero el ex River le pegó muy mal y la mandó por arriba del travesaño de Abbondanzieri. Boca se salvaba milagrosamente.
La paridad de los primeros minutos del complemento abrió un interrogante sobre el resultado final del partido. Sin embargo, las dudas se disiparon a los 11 minutos cuando, a la salida de un córner, Palacio tomó un rebote y clavó la pelota arriba, en el segundo palo. Fue el gol de la tranquilidad para Boca y su gente ya vislumbraba la consagración. “En la cancha del Rojo vamos a ganar, y la vuelta vamos a dar”, bajaba desde las tribunas.
Estudiantes tuvo dos buenas chances en los pies de Carrusca, de tiro libre, pero la pelota, en ambos casos, se fue por arriba del horizontal. Llegando a los 25 minutos, los visitantes habían emparejado decididamente el trámite del partido y desnudaban algunas desinteligencias del mediocampo xeneize, aunque estaba claro que si Boca quería, aumentaba.
Y quiso nomás. Palacio volvió a desequilibrar a pura habilidad y la tocó para que Insúa la empujara. Se le fue larga al Pocho cuando quiso dominar la pelota, pero enmendó ese error con un taco sublime que se convirtió en el tercero.
Si alguien le hubiera preguntado a los hinchas de Boca qué más querían para que la fiesta fuera completa, seguramente la respuesta de la mayoría habría sido: “un gol de Guillermo”. Y también se les dio, ya que Barros Schelotto se escapó a los 42 y le pegó con potencia para vulnerar por cuarta vez el arco platense.
Quiso descontar Carrusca pero el travesaño se lo negó. Así llegó el final, con un 4-0 contundente, inapelable de este Boca que, cuando quiere, es mucho más que sus rivales. Hoy lo dejó bien claro al vencer con oficio a un Estudiantes que hizo lo que pudo. El equipo de Basile jugó a lo campeón y ya sueña con un nuevo título.