Post by realeagle on Dec 16, 2006 1:17:18 GMT -5
BOCA: MIGUEL RUSSO
"Ojalá me vaya como a Basile"
Detallista al máximo, Miguel Russo arrancó su ciclo en Boca con elogios para el Coco y corbata azul y amarilla. Nada de rojo. No sea cosa de terminar como otros...
Estoy por Parque Lezama, camino al club. Contento, muy contento. Siempre dije que tenía que esperar mi momento. Y creo que es ahora. Boca es importantísimo a nivel nacional e internacional. Por suerte pude desvincularme bien de Vélez y ahora empiezo con todo el optimismo. Me tengo toda la fe". Lo que se había insinuado el miércoles a la noche, tras la catástrofe de Liniers, y lo que había tomado color tras el no de Guillermo Barros Schelotto en el primer día de duelo, finalmente se concretó hacia el mediodía y a las 18.00 se lo confirmó por teléfono a Olé el propio Miguelito. Fin del velatorio. Bienvenidos al parto de una nueva era: Miguel Russo ya es el técnico de Boca.
Toda esa energía que no se invirtió en retener a Bigotón, renunciador empedernido que al final se salió con la suya, se puso en la búsqueda del sucesor. Y muerto el rey, viva el rey, afeitado y con esa sonrisa que es una marca registrada, a las 18.20 apareció por La Boca el nuevo entrenador dispuesto a las primeras fotos, a la conferencia de rigor y a una amansadora de preguntas hasta dejar conforme al último movilero. De La Volpe, a esta altura, solamente quedan malos recuerdos.
Si quería diferenciarse de entrada, Miguelito lo consiguió con un sutil detalle. Zapatos y pantalón de vestir negro, camisa blanca, saco y... corbata con finas rayas azules y amarillas. No sea cosa de arrancar con el pie izquierdo y corbata roja, como el hombre que hasta ayer nomás ocupaba esa silla que lo mostró en la conferencia entre el presidente Mauricio Macri y el vice Pedro Pompilio. Primera muestra de un hombre que en los últimos años construyó exitosos ciclos en Central y Vélez con trabajo meticuloso y atención hasta en los más mínimos detalles.
Después de la presentación de Macri, en la que remarcó los 15 títulos de su gestión como para suavizar el golpe reciente, felicitó a la gente de Boca que aplaudió la vuelta de Estudiantes y le tiró la última palada de tierra a La Volpe ("Perdió el título más fácil"), tomó la palabra el hombre del día. Y le dedicó un párrafo de agradecimiento a Vélez, por la buena predisposición para entender lo especial del desafío y abrirle la puerta de salida, y gambeteó con sonrisas y medias palabras cuando la conferencia fue al terreno de los nombres propios. ¿Por ejemplo? Palermo: "¿Qué querés que te diga? Lo conozco desde hace mucho tiempo, pero recién estamos entrando... No es momento de hablar de ninguno. Primero quiero conocer al grupo. Me gusta promover juveniles, pero también sé la importancia que tienen en un plantel los jugadores consagrados. Hay que encontrar un equilibrio", explicó con diplomacia. Y cuando la pregunta vino caliente, o apuntó a la picadora de carne que es Boca, que se consumió en 88 días el contrato de un año de La Volpe, puso hielo... Y una sonrisa: "Tirame arroz, como a las novias...", respondió con un guiño.
Entre confirmaciones de fechas de arranque de pretemporada y de integrantes del cuerpo técnico, también tuvo una palabras para Alfio Basile. Así como el Coco, en sus primeros días en Boca declaró que quería que le fuera como a Russo, al principio insultado y a la larga ovacionado en Vélez tras la vuelta olímpica, Miguelito se la devolvió redonda: "Ojalá que a mí me vaya como al Coco...".
—¿Vas a ser campeón?
—Dios proveerá...
ANTONIO SERPA. aserpa@ole.com.ar
Cerca, como los extremos
Tampoco el fútbol queda al margen de la trampa de los polos. Aparentemente en las antípodas, los extremos se tocan y pueden escribir una historia tan paradójica como real. Para reemplazar a Basile, Boca eligió a La Volpe, confeso menottista. Y no hubo nada que se pareciera menos al Boca del Coco que la versión bigotona de ese grupo. Desapareció el equipo de memoria, empezaron los cambios vertiginosos a la media hora del primer partido, el equipo perdió su funcionamiento de relojito y terminó ahogado en un fracaso estridente.
Ahora, para reemplazar a Ricardo, un apostador compulsivo que siempre sorprendía buscando ese pleno que es plata o mierda (y ya se sabe qué fue), Macri opta sin hesitar por el alumno más aventajado de Bilardo, primer DT de su gestión. Miguel Russo es un orgulloso exponente de esa escuela, y aun así tiene muchos más puntos de contacto con Basile que La Volpe. Miguel es más clásico, es práctico para adaptarse a los jugadores, labura pero no un fanático tacticista. Y conoce de punta a punta el fútbol local. Dentro y fuera de la cancha. Como Coco.
"Ojalá me vaya como a Basile"
Detallista al máximo, Miguel Russo arrancó su ciclo en Boca con elogios para el Coco y corbata azul y amarilla. Nada de rojo. No sea cosa de terminar como otros...
Estoy por Parque Lezama, camino al club. Contento, muy contento. Siempre dije que tenía que esperar mi momento. Y creo que es ahora. Boca es importantísimo a nivel nacional e internacional. Por suerte pude desvincularme bien de Vélez y ahora empiezo con todo el optimismo. Me tengo toda la fe". Lo que se había insinuado el miércoles a la noche, tras la catástrofe de Liniers, y lo que había tomado color tras el no de Guillermo Barros Schelotto en el primer día de duelo, finalmente se concretó hacia el mediodía y a las 18.00 se lo confirmó por teléfono a Olé el propio Miguelito. Fin del velatorio. Bienvenidos al parto de una nueva era: Miguel Russo ya es el técnico de Boca.
Toda esa energía que no se invirtió en retener a Bigotón, renunciador empedernido que al final se salió con la suya, se puso en la búsqueda del sucesor. Y muerto el rey, viva el rey, afeitado y con esa sonrisa que es una marca registrada, a las 18.20 apareció por La Boca el nuevo entrenador dispuesto a las primeras fotos, a la conferencia de rigor y a una amansadora de preguntas hasta dejar conforme al último movilero. De La Volpe, a esta altura, solamente quedan malos recuerdos.
Si quería diferenciarse de entrada, Miguelito lo consiguió con un sutil detalle. Zapatos y pantalón de vestir negro, camisa blanca, saco y... corbata con finas rayas azules y amarillas. No sea cosa de arrancar con el pie izquierdo y corbata roja, como el hombre que hasta ayer nomás ocupaba esa silla que lo mostró en la conferencia entre el presidente Mauricio Macri y el vice Pedro Pompilio. Primera muestra de un hombre que en los últimos años construyó exitosos ciclos en Central y Vélez con trabajo meticuloso y atención hasta en los más mínimos detalles.
Después de la presentación de Macri, en la que remarcó los 15 títulos de su gestión como para suavizar el golpe reciente, felicitó a la gente de Boca que aplaudió la vuelta de Estudiantes y le tiró la última palada de tierra a La Volpe ("Perdió el título más fácil"), tomó la palabra el hombre del día. Y le dedicó un párrafo de agradecimiento a Vélez, por la buena predisposición para entender lo especial del desafío y abrirle la puerta de salida, y gambeteó con sonrisas y medias palabras cuando la conferencia fue al terreno de los nombres propios. ¿Por ejemplo? Palermo: "¿Qué querés que te diga? Lo conozco desde hace mucho tiempo, pero recién estamos entrando... No es momento de hablar de ninguno. Primero quiero conocer al grupo. Me gusta promover juveniles, pero también sé la importancia que tienen en un plantel los jugadores consagrados. Hay que encontrar un equilibrio", explicó con diplomacia. Y cuando la pregunta vino caliente, o apuntó a la picadora de carne que es Boca, que se consumió en 88 días el contrato de un año de La Volpe, puso hielo... Y una sonrisa: "Tirame arroz, como a las novias...", respondió con un guiño.
Entre confirmaciones de fechas de arranque de pretemporada y de integrantes del cuerpo técnico, también tuvo una palabras para Alfio Basile. Así como el Coco, en sus primeros días en Boca declaró que quería que le fuera como a Russo, al principio insultado y a la larga ovacionado en Vélez tras la vuelta olímpica, Miguelito se la devolvió redonda: "Ojalá que a mí me vaya como al Coco...".
—¿Vas a ser campeón?
—Dios proveerá...
ANTONIO SERPA. aserpa@ole.com.ar
Cerca, como los extremos
Tampoco el fútbol queda al margen de la trampa de los polos. Aparentemente en las antípodas, los extremos se tocan y pueden escribir una historia tan paradójica como real. Para reemplazar a Basile, Boca eligió a La Volpe, confeso menottista. Y no hubo nada que se pareciera menos al Boca del Coco que la versión bigotona de ese grupo. Desapareció el equipo de memoria, empezaron los cambios vertiginosos a la media hora del primer partido, el equipo perdió su funcionamiento de relojito y terminó ahogado en un fracaso estridente.
Ahora, para reemplazar a Ricardo, un apostador compulsivo que siempre sorprendía buscando ese pleno que es plata o mierda (y ya se sabe qué fue), Macri opta sin hesitar por el alumno más aventajado de Bilardo, primer DT de su gestión. Miguel Russo es un orgulloso exponente de esa escuela, y aun así tiene muchos más puntos de contacto con Basile que La Volpe. Miguel es más clásico, es práctico para adaptarse a los jugadores, labura pero no un fanático tacticista. Y conoce de punta a punta el fútbol local. Dentro y fuera de la cancha. Como Coco.