Post by realeagle on Feb 8, 2006 0:19:08 GMT -5
Les metio un golazo el domingo, (3-1 Newell´s), y el otrora idolo de la banda ahora esta en el centro de la polemica.
¿Sin retorno?
El sueño de Ortega siempre fue volver a River, algo que ahora parece imposible. En Núñez dicen que a Aguilar le dolió el gesto y hasta lo comparan con Ramón...
MARTIN BLOTTO mblotto@ole.com.ar
Algunas despedidas son emotivas, programadas, anticipadas. Otras son traumáticas, dolorosas, sorpresivas. Pero también hay despedidas tácitas, ésas que las dos partes asumen sin haber consumado nunca el "chau" formal. Así, de esa manera, se aleja Ariel Ortega de River. Por las actitudes del Burrito y las sensaciones de los directivos millonarios, hoy las puertas del Monumental parecen cerradas para el jujeño.
La relación entre el ídolo y el club que más ama ya no se asemeja a una historia de amor: está más cerca de un divorcio. Sobre todo, porque el conflicto es con el padre de la familia, con el que manda. Es con los más altos directivos de River, según palabras del jujeño: José María Aguilar y Mario Israel. Ortega considera que ellos son los responsables de que la vuelta a Núñez no se haya concretado y lo hizo público hace poco menos de un mes. Y el domingo, con su actuación, su golazo y el posterior gesto, los dejó —literalmente— pagando delante de todos los hinchas. El festejo del Burrito no hizo más que quebrar algo que ya estaba rajado: si los dirigentes nunca estuvieron convencidos de invertir una fortuna (tendrían que haber puesto cerca de 4.000.000 dólares) para repatriar a Ortega, si Aguilar nunca tradujo en hechos su devoción por el jujeño y si el ídolo de River sigue en Newell´s...
¿Se puede imaginar un futuro retorno? Si bien en el fútbol todo es tan dinámico que el panorama puede variar en horas, hoy suena a utopía. Porque Newell´s no bajará el valor del jugador al menos en el próximo año y la deuda con el Fenerbahce (unos dos millones de dólares) seguirá vigente. Porque la política de River es comprar futbolistas con valor de reventa. Porque el jujeño cumple 32 años en marzo y tiene contrato hasta junio del 2007. Y porque el mandato de Aguilar termina en cuatro años. ¿Qué tiene que ver esto? Según los allegados al presidente y algunos miembros de la CD, "el gesto de Ortega le dolió". Esas fuentes explicaron: "Muchos hinchas no entienden que traer a Ortega era una locura, desde el punto de vista económico. Aguilar pensó en el bien de River y ahora Ortega lo hace quedar como el malo de la película. Es injusto. Después de esto, no creo que exista la posibilidad de que vuelva más adelante. Pasó algo parecido con Ramón Díaz", coincidieron casi todas las voces.
Con los hinchas, en cambio, todavía hay amor. No con todos. El fallo está dividido. Algunos no le perdonan que le amargue la vida a River cada vez que lo enfrenta (le hizo tres goles en tres partidos). Otros, son incondicionales. Pero el Burrito dejó en claro el domingo que su bronca, su pelea, su revancha, no es con ellos. Y tampoco con la camiseta. "No le voy a faltar el respeto a River".
Por ahora, el instinto de revancha de Ortega parece saciado. De hecho, ayer gozó de un permiso especial de Nery Pumpido para no entrenarse y no viajaría a Bolivia para el debut en la Copa ante The Strongest. Sin embargo, en su camino podría cruzarse otra vez River. Sí, en la Libertadores. Ahí tendría la chance de pegar donde más duele. Ese sí sería el final. Un final que ya empezó a escribirse... ¿No hay retorno?
Leo Farinella
Dios, Diablo o jugador
A lo mejor estoy equivocado y Ortega no es un jugador de fútbol sino Dios. A ese altar lo elevan las plegarias de orteguistas ofendidísimos con los dirigentes y con todo aquel pecador, como quien escribe, que se anima a la herejía de preguntarse por qué festejó así un gol contra River.
A lo mejor estoy equivocado y Ortega no es un jugador de fútbol sino el Diablo. Multitudes millonarias traicionadas lo satanizan y lo culpan de todo mal, cierran las puertas para futuros exorcismos y gritan vade retro, nunca más.
A lo mejor no estoy equivocado y Ortega es sólo un jugador de fútbol. Jugador-hincha de River, ídolo, pero que vive de esto y por lo tanto dos veces eligió irse a Europa, a Valencia y Fenerbahce, para un progreso económico y no tanto deportivo. En definitiva, para ganarse los mangos que le dieran de comer a sus hijos, nietos y bisnietos. Así como se fue dos veces y una vez pudo regresar, la segunda vez no se dio. Primero, porque no quisieron los turcos. Y después, porque la dirigencia de River considera que Ñuls pide demasiado.
No siempre te podés dar todos los gustos. A veces no queda otra que optar entre la camiseta y la plata. Hay que tener bastante más gambeta que Ortega para quedar bien con Dios y con el Diablo.
¿Sin retorno?
El sueño de Ortega siempre fue volver a River, algo que ahora parece imposible. En Núñez dicen que a Aguilar le dolió el gesto y hasta lo comparan con Ramón...
MARTIN BLOTTO mblotto@ole.com.ar
Algunas despedidas son emotivas, programadas, anticipadas. Otras son traumáticas, dolorosas, sorpresivas. Pero también hay despedidas tácitas, ésas que las dos partes asumen sin haber consumado nunca el "chau" formal. Así, de esa manera, se aleja Ariel Ortega de River. Por las actitudes del Burrito y las sensaciones de los directivos millonarios, hoy las puertas del Monumental parecen cerradas para el jujeño.
La relación entre el ídolo y el club que más ama ya no se asemeja a una historia de amor: está más cerca de un divorcio. Sobre todo, porque el conflicto es con el padre de la familia, con el que manda. Es con los más altos directivos de River, según palabras del jujeño: José María Aguilar y Mario Israel. Ortega considera que ellos son los responsables de que la vuelta a Núñez no se haya concretado y lo hizo público hace poco menos de un mes. Y el domingo, con su actuación, su golazo y el posterior gesto, los dejó —literalmente— pagando delante de todos los hinchas. El festejo del Burrito no hizo más que quebrar algo que ya estaba rajado: si los dirigentes nunca estuvieron convencidos de invertir una fortuna (tendrían que haber puesto cerca de 4.000.000 dólares) para repatriar a Ortega, si Aguilar nunca tradujo en hechos su devoción por el jujeño y si el ídolo de River sigue en Newell´s...
¿Se puede imaginar un futuro retorno? Si bien en el fútbol todo es tan dinámico que el panorama puede variar en horas, hoy suena a utopía. Porque Newell´s no bajará el valor del jugador al menos en el próximo año y la deuda con el Fenerbahce (unos dos millones de dólares) seguirá vigente. Porque la política de River es comprar futbolistas con valor de reventa. Porque el jujeño cumple 32 años en marzo y tiene contrato hasta junio del 2007. Y porque el mandato de Aguilar termina en cuatro años. ¿Qué tiene que ver esto? Según los allegados al presidente y algunos miembros de la CD, "el gesto de Ortega le dolió". Esas fuentes explicaron: "Muchos hinchas no entienden que traer a Ortega era una locura, desde el punto de vista económico. Aguilar pensó en el bien de River y ahora Ortega lo hace quedar como el malo de la película. Es injusto. Después de esto, no creo que exista la posibilidad de que vuelva más adelante. Pasó algo parecido con Ramón Díaz", coincidieron casi todas las voces.
Con los hinchas, en cambio, todavía hay amor. No con todos. El fallo está dividido. Algunos no le perdonan que le amargue la vida a River cada vez que lo enfrenta (le hizo tres goles en tres partidos). Otros, son incondicionales. Pero el Burrito dejó en claro el domingo que su bronca, su pelea, su revancha, no es con ellos. Y tampoco con la camiseta. "No le voy a faltar el respeto a River".
Por ahora, el instinto de revancha de Ortega parece saciado. De hecho, ayer gozó de un permiso especial de Nery Pumpido para no entrenarse y no viajaría a Bolivia para el debut en la Copa ante The Strongest. Sin embargo, en su camino podría cruzarse otra vez River. Sí, en la Libertadores. Ahí tendría la chance de pegar donde más duele. Ese sí sería el final. Un final que ya empezó a escribirse... ¿No hay retorno?
Leo Farinella
Dios, Diablo o jugador
A lo mejor estoy equivocado y Ortega no es un jugador de fútbol sino Dios. A ese altar lo elevan las plegarias de orteguistas ofendidísimos con los dirigentes y con todo aquel pecador, como quien escribe, que se anima a la herejía de preguntarse por qué festejó así un gol contra River.
A lo mejor estoy equivocado y Ortega no es un jugador de fútbol sino el Diablo. Multitudes millonarias traicionadas lo satanizan y lo culpan de todo mal, cierran las puertas para futuros exorcismos y gritan vade retro, nunca más.
A lo mejor no estoy equivocado y Ortega es sólo un jugador de fútbol. Jugador-hincha de River, ídolo, pero que vive de esto y por lo tanto dos veces eligió irse a Europa, a Valencia y Fenerbahce, para un progreso económico y no tanto deportivo. En definitiva, para ganarse los mangos que le dieran de comer a sus hijos, nietos y bisnietos. Así como se fue dos veces y una vez pudo regresar, la segunda vez no se dio. Primero, porque no quisieron los turcos. Y después, porque la dirigencia de River considera que Ñuls pide demasiado.
No siempre te podés dar todos los gustos. A veces no queda otra que optar entre la camiseta y la plata. Hay que tener bastante más gambeta que Ortega para quedar bien con Dios y con el Diablo.