Post by aguiluchomayor on Mar 5, 2006 18:50:14 GMT -5
River lo dio vuelta y se sube a la punta
Con goles de Gonzalo Higuain y Tula pasaron a ganarle a Estudiantes en el Monumental. Ganaban los visitantes con un tanto de Cominges. Con este resultado, el equipo de Passarella alcanza a Newell's.
Motivados por la sorpresiva derrota de Colón ante los jujeños, River y Estudiantes afrontaban el partido con muchas ilusiones. Los de Passarella con la chance de ser puntero, junto a Newell’s. Los de Burruchaga con la posibilidad de volver a prenderse en la pelea. Además, después del recital de U2 en el Monumental, el césped estaba en perfectas condiciones. En la víspera, un gran partido.
Con un ojo en el Clausura, y el otro en la Copa Libertadores (esta semana los de Núñez reciben a El Nacional de Ecuador, mientras que el conjunto platense visita a Santa Fe de Colombia), Burruchaga prefirió rotar a la mayoría de sus jugadores.
Y el plan le dio resultado enseguida. Porque enseguida, a los tres minutos, Sosa armó la jugada y el peruano Cominges la finiquitó con un precioso derechazo. Todo a pedir de boca para el pincharrata. River, herido en su alma, fue por el empate. Con vergüenza y mucho fútbol. Con la dupla Ferrari-Santana dejando surcos por la derecha y con Higuaín moviéndose por todo el frente de ataque.
El ex San Lorenzo avisó con un derechazo que dio en el travesaño. El local era una tromba. El empate estaba al caer, y cayó. Higuaín recibió la pelota afuera del área y tras ganarle la posición a Núñez con un derechazo (¿la acomodó con la mano?) marcó la igualdad. Era lo más justo en un partido vibrante.
La pelota, y por ende, el dominio era de River. Gallardo monopolizaba todos los ataques e Higuaín se retrasaba unos metros para completar el circuito futbolístico riverplatense. Augusto Fernández, que jugaba por la izquierda, alternaba buenas y malas y la sociedad con Domínguez no terminaba de dar sus frutos. Estudiantes apelaba al rigor físico y dependía mucho de lo que pudiera generar el Principito Sosa. Luguercio estaba solito arriba, lejos de sus compañeros.
Todo lo contrario sucedía con Lucho Figueroa, que era el punto de referencia de cada embate millonario. Si bien no podía concretar, el delantero se las ingeniaba para buscar, asistir y preocupar a la defensa estudiantil. Aunque también es cierto que salvo un remate de Augusto que Albil rechazó, los de Passarella no lograron inquietar demasiado.
Con goles de Gonzalo Higuain y Tula pasaron a ganarle a Estudiantes en el Monumental. Ganaban los visitantes con un tanto de Cominges. Con este resultado, el equipo de Passarella alcanza a Newell's.
Motivados por la sorpresiva derrota de Colón ante los jujeños, River y Estudiantes afrontaban el partido con muchas ilusiones. Los de Passarella con la chance de ser puntero, junto a Newell’s. Los de Burruchaga con la posibilidad de volver a prenderse en la pelea. Además, después del recital de U2 en el Monumental, el césped estaba en perfectas condiciones. En la víspera, un gran partido.
Con un ojo en el Clausura, y el otro en la Copa Libertadores (esta semana los de Núñez reciben a El Nacional de Ecuador, mientras que el conjunto platense visita a Santa Fe de Colombia), Burruchaga prefirió rotar a la mayoría de sus jugadores.
Y el plan le dio resultado enseguida. Porque enseguida, a los tres minutos, Sosa armó la jugada y el peruano Cominges la finiquitó con un precioso derechazo. Todo a pedir de boca para el pincharrata. River, herido en su alma, fue por el empate. Con vergüenza y mucho fútbol. Con la dupla Ferrari-Santana dejando surcos por la derecha y con Higuaín moviéndose por todo el frente de ataque.
El ex San Lorenzo avisó con un derechazo que dio en el travesaño. El local era una tromba. El empate estaba al caer, y cayó. Higuaín recibió la pelota afuera del área y tras ganarle la posición a Núñez con un derechazo (¿la acomodó con la mano?) marcó la igualdad. Era lo más justo en un partido vibrante.
La pelota, y por ende, el dominio era de River. Gallardo monopolizaba todos los ataques e Higuaín se retrasaba unos metros para completar el circuito futbolístico riverplatense. Augusto Fernández, que jugaba por la izquierda, alternaba buenas y malas y la sociedad con Domínguez no terminaba de dar sus frutos. Estudiantes apelaba al rigor físico y dependía mucho de lo que pudiera generar el Principito Sosa. Luguercio estaba solito arriba, lejos de sus compañeros.
Todo lo contrario sucedía con Lucho Figueroa, que era el punto de referencia de cada embate millonario. Si bien no podía concretar, el delantero se las ingeniaba para buscar, asistir y preocupar a la defensa estudiantil. Aunque también es cierto que salvo un remate de Augusto que Albil rechazó, los de Passarella no lograron inquietar demasiado.