Post by aguiluchomayor on Apr 4, 2005 9:32:10 GMT -5
Ayer se cumplieron 100 años de la fundacion del Club Boca Juniors de Argentina. Para celebrarlo se preparo un evento multitudinario en la bombonera, con la presencia de jugadores, cuerpo tecnico, celebridades, jugadores leyenda etc etc.. Sin embargo horas antes del evento Boca deberia solventar su partido ante Velez Sarsfield... el cual d\lo derroto y aguar un pco la celebracion Xeneise.
Aqui el parte de prensa.
CENTENARIO DE UNA PASION : BOCA TUVO SU FIESTA INOLVIDABLE
Fuego eterno
La Bombonera ardiente, un Maradona bien Maradona y una noche que tuvo todo para enamorar al hincha. Así festejó Boca sus primeros 100 años de gloria.
Enrique Gastañaga.
egastanaga@clarin.com
El corazón y la memoria no dejaron de levantar paredes inolvidables... Apelando en cada instante a la emoción, como se debe... En el escenario ideal, en ese estadio que no parece ser de cemento sino de carne y hueso, ¿o acaso no late?... Y con ese hombre tan especial, inigualable disparador de sensaciones...
Festejo del Xentenario. Boca en su máxima expresión. Bombonera ardiente. Maradona bien Maradona. Mejor, imposible. No hay dudas: fue una noche que enamoró, la del domingo 3 de abril de 2005.
Nació la celebración como correspondía, aferrándose a esa palabra de dos letras que enarbolan los hinchas de Boca desde siempre: fe. Es que no se ignoró el hecho que conmueve al planeta. A nadie se le ocurrió no escuchar al padre Sergio Flores, de la Parroquia San Pedro, del barrio de la Boca, claro. Entonces, se hizo un minuto de silencio-silencio y se rezó por Juan Pablo II, mientras se respiraba en el ambiente dolor y respeto total.
Lejos de la imprevisibilidad que rodea a un partido de fútbol, después se empezó a cumplir con la rutina de la fiesta, conducida con pasión auriazul por Ari Paluch, quien manejó la situación como un especialista, borrando de la escena a la derrota de hacía un ratito contra Vélez que alejaba a Boca de la punta del Clausura, invitando a cantar, empujando a los hinchas a interpretar ese estribillo que les brota desde el alma: "...aunque ganes o pierdas no me importa una mie...". Y ahí, sin que nadie lo solicitara, la gente gritó sus verdades desde las tribunas con esa fuerza que es marca registrada, que agranda a jugadores propios, que suele achicar a rivales. Que "somos la mitad más uno". Que "somos el pueblo". Que "somos el carnaval".Que "Boca te llevo en el alma". Que "te quiero cada día más". Que... Que todo lo que es y lo que siente la gente de Boca.
Entretuvo el video que semostró en la pantalla gigante con el objetivo de demostrar que el Sentimiento Boca no nació el 3 de abril de 1905, sino mucho pero mucho antes. Ex jugadores, futbolistas actuales e hinchas famosos aseguraban con humor que Beethoven, Van Gogh, San Martín, Cristóbal Colón, Tutankamón y Robin Hood, entre otros, eran hinchas de Boca. Y a Jesús lo calificaban como fanático obvio, "si siempre supimos que Dios era de Boca"...
La historia real se contó y se vio en una película que reflejó los 100 años, mientras se intercalaban diversas interpretaciones musicales. Ese fue el momento donde empezaron a tener el espacio que merecían aquellos ídolos que los bosteritos de última generación sólo conocen porque se lo contaron quienes les transmitieron la fiebre azul y amarilla. Aquellos hombres que le regalaron grandeza a Boca hace mucho tiempo, muy lejos de esta aldea global que les adosa chapa de crack a jugadores que ni siquiera se acercan a los de antes.
Hubo una montaña de aplausos para Esteban Baglietto, Alfredo Scarpatti, Santiago Sana y los hermanos Farenga, esos soñadores que cien años atrás fundaron Boca en la placita Solís, bajo un árbol. Choques de palmas también para Tesoriere, Varallo (el goleador histórico), Cherro, Lazatti, Roma, Rattín, Rojitas, Marzolini... Para el presidente del despegue, Alberto J. Armando...
Los aplausos se transformaban en ovaciones a medida que se dibujaban en las imágenes esos ilustres más cercanos a la actualidad, o actuales: el Toto Lorenzo, Gatti, Giunta, Márcico, Cabañas, Tapia, Manteca Martínez, el Virrey Bianchi (ayer en Panamá), Córdoba, Serna, Riquelme...
Hubo reconocimiento para los 100 ídolos y los jugadores de hoy, tratados como si un ratito antes no hubieran padecido una cruel derrota contra Vélez. Y...
Y la instancia suprema: apareció, por fin, "el" hombre. El muchacho de raíces pobres, de lucha y triunfo, de caída y volver a empezar, de desafío al poder, de magia que no se empata. Maradona, paradigma de Boca. Para erizar la piel. Para que los gritos de esas casi cincuenta mil personas alcanzaran volumen máximo. Caminó por el campo portando la antorcha del Xentenario que salió desde la Bombonera en manos de Barros Schelotto y Rattín, y que recorrió el país con penúltimo destino en la Antártida.
"¿Tengo que hablar?", preguntó Diego aunque sabía que debía hacerlo. Su gente lo esperaba. "Buenas noches, pueblo boquense", saludó. "...Hay que alentar a Maradó...", lo acariciaron. "Gracias, los quiero. Quería decir que me siento más que orgulloso de estar acá. También estoy orgulloso porque me eligieron el mejor jugador en la historia del club. Pero acá no hay mejores. Los mejores son los hinchas de Boca. Que le quede claro a todo el mundo, ¿ok? Nosotros sabemos lo que es sentir, lo que es la pasión", cerró Diego con razón, avalado por 100 años de fuego...
Aqui el parte de prensa.
CENTENARIO DE UNA PASION : BOCA TUVO SU FIESTA INOLVIDABLE
Fuego eterno
La Bombonera ardiente, un Maradona bien Maradona y una noche que tuvo todo para enamorar al hincha. Así festejó Boca sus primeros 100 años de gloria.
Enrique Gastañaga.
egastanaga@clarin.com
El corazón y la memoria no dejaron de levantar paredes inolvidables... Apelando en cada instante a la emoción, como se debe... En el escenario ideal, en ese estadio que no parece ser de cemento sino de carne y hueso, ¿o acaso no late?... Y con ese hombre tan especial, inigualable disparador de sensaciones...
Festejo del Xentenario. Boca en su máxima expresión. Bombonera ardiente. Maradona bien Maradona. Mejor, imposible. No hay dudas: fue una noche que enamoró, la del domingo 3 de abril de 2005.
Nació la celebración como correspondía, aferrándose a esa palabra de dos letras que enarbolan los hinchas de Boca desde siempre: fe. Es que no se ignoró el hecho que conmueve al planeta. A nadie se le ocurrió no escuchar al padre Sergio Flores, de la Parroquia San Pedro, del barrio de la Boca, claro. Entonces, se hizo un minuto de silencio-silencio y se rezó por Juan Pablo II, mientras se respiraba en el ambiente dolor y respeto total.
Lejos de la imprevisibilidad que rodea a un partido de fútbol, después se empezó a cumplir con la rutina de la fiesta, conducida con pasión auriazul por Ari Paluch, quien manejó la situación como un especialista, borrando de la escena a la derrota de hacía un ratito contra Vélez que alejaba a Boca de la punta del Clausura, invitando a cantar, empujando a los hinchas a interpretar ese estribillo que les brota desde el alma: "...aunque ganes o pierdas no me importa una mie...". Y ahí, sin que nadie lo solicitara, la gente gritó sus verdades desde las tribunas con esa fuerza que es marca registrada, que agranda a jugadores propios, que suele achicar a rivales. Que "somos la mitad más uno". Que "somos el pueblo". Que "somos el carnaval".Que "Boca te llevo en el alma". Que "te quiero cada día más". Que... Que todo lo que es y lo que siente la gente de Boca.
Entretuvo el video que semostró en la pantalla gigante con el objetivo de demostrar que el Sentimiento Boca no nació el 3 de abril de 1905, sino mucho pero mucho antes. Ex jugadores, futbolistas actuales e hinchas famosos aseguraban con humor que Beethoven, Van Gogh, San Martín, Cristóbal Colón, Tutankamón y Robin Hood, entre otros, eran hinchas de Boca. Y a Jesús lo calificaban como fanático obvio, "si siempre supimos que Dios era de Boca"...
La historia real se contó y se vio en una película que reflejó los 100 años, mientras se intercalaban diversas interpretaciones musicales. Ese fue el momento donde empezaron a tener el espacio que merecían aquellos ídolos que los bosteritos de última generación sólo conocen porque se lo contaron quienes les transmitieron la fiebre azul y amarilla. Aquellos hombres que le regalaron grandeza a Boca hace mucho tiempo, muy lejos de esta aldea global que les adosa chapa de crack a jugadores que ni siquiera se acercan a los de antes.
Hubo una montaña de aplausos para Esteban Baglietto, Alfredo Scarpatti, Santiago Sana y los hermanos Farenga, esos soñadores que cien años atrás fundaron Boca en la placita Solís, bajo un árbol. Choques de palmas también para Tesoriere, Varallo (el goleador histórico), Cherro, Lazatti, Roma, Rattín, Rojitas, Marzolini... Para el presidente del despegue, Alberto J. Armando...
Los aplausos se transformaban en ovaciones a medida que se dibujaban en las imágenes esos ilustres más cercanos a la actualidad, o actuales: el Toto Lorenzo, Gatti, Giunta, Márcico, Cabañas, Tapia, Manteca Martínez, el Virrey Bianchi (ayer en Panamá), Córdoba, Serna, Riquelme...
Hubo reconocimiento para los 100 ídolos y los jugadores de hoy, tratados como si un ratito antes no hubieran padecido una cruel derrota contra Vélez. Y...
Y la instancia suprema: apareció, por fin, "el" hombre. El muchacho de raíces pobres, de lucha y triunfo, de caída y volver a empezar, de desafío al poder, de magia que no se empata. Maradona, paradigma de Boca. Para erizar la piel. Para que los gritos de esas casi cincuenta mil personas alcanzaran volumen máximo. Caminó por el campo portando la antorcha del Xentenario que salió desde la Bombonera en manos de Barros Schelotto y Rattín, y que recorrió el país con penúltimo destino en la Antártida.
"¿Tengo que hablar?", preguntó Diego aunque sabía que debía hacerlo. Su gente lo esperaba. "Buenas noches, pueblo boquense", saludó. "...Hay que alentar a Maradó...", lo acariciaron. "Gracias, los quiero. Quería decir que me siento más que orgulloso de estar acá. También estoy orgulloso porque me eligieron el mejor jugador en la historia del club. Pero acá no hay mejores. Los mejores son los hinchas de Boca. Que le quede claro a todo el mundo, ¿ok? Nosotros sabemos lo que es sentir, lo que es la pasión", cerró Diego con razón, avalado por 100 años de fuego...