Post by realeagle on Jul 20, 2006 2:05:30 GMT -5
DESPUES DE LA ERA PEKERMAN
¿Qué talco?
Basile es el hombre para la Selección. Sólo falta que Boca lo libere: lo hará aunque no le guste. El Virrey antes dijo no. La trama de la bomba que tenía el Jefe.
Gallego tiene en su contrato una cláusula que lo libera al instante del Toluca para dirigir a la Selección. Russo también firmó un papel que le abre la puerta de salida de Vélez. A Basile le queda un año de contrato sin vías de escape. El, a meses de cumplir 63 años, íntimamente no creía que lo llamarían para volver al banco que le cortó las piernas con Maradona...
"Hay que traer a Basile. Preguntale si quiere dirigir a la Selección", le pidió Grondona a Pompilio el martes por la noche. El vicepresidente de Boca, aunque se puso a disposición, no lo tomó como un honor sino como un desajuste para su club. Pero enseguida acordó un encuentro con el técnico que mezcla lunfardo con pocas palabras en inglés. Rond Point, cancha local para Basile, fue el lugar de Palermo Chico que quedará en la historia. Alrededor de las 14 de ayer, entonces, el momento que iba a ser para hablar de los refuerzos fue para anunciarle que había revancha.
"Si acepto, ya soy campeón del mundo", cuentan que dijo el Coco cuando salió del encuentro. Aunque allí, respetuoso de la gente y de la forma, contestó que él estaba en manos de Boca: "Yo no quiero cagar a Boca. Miento si digo que no me interesa la Selección, hasta pensé que me la iban a dar en el 2002. Pero lo que ustedes digan estará perfecto". El quiere dirigir al equipo argentino al que tuvo invicto durante 33 partidos. Macri, el primero que blanqueó el ofrecimiento, contó que Boca se tomará una semana para pensar si por primera vez le acerca un entrenador a la Selección. "Tenemos que asimilar el shock", cerró mientras decía que Basile viajará mañana a la gira en México (¿lo hará o volará sólo Ribolzi?). "Es difícil oponerse a que alguien vaya a la Selección", sumó Pompilio. Hasta que una voz en off definió la cadena de poder: "No le podés negar un técnico a Julio".
La llegada del Coco es una bomba mediática. Se podría decir que como se fue a buscar a Passarella —imagen de rigor— cuando muchos se pusieron la gorra con Basile, ahora se puede buscar la ficha del ofensivo para destruir la crítica de que a José le faltó vuelo en los cambios. Aunque en el círculo privado de Grondona se da otra mirada, más allá de que empiece con B... "El quería a alguien con quien pudiera hablar, necesita eso". Y así también buscó desarticular cierta movida de presión para que volviera Bilardo. ¡¿Cómo estará ahora el autopostulado Doctor?!
"El único problema que tuvimos con el Jefe fue en Unaited States (sic)", había salido del vozarrón de Basile hace un tiempo en TV. Esa noche, Grondona descartó el prejuicio de los hinchas de Boca que después de los triunfos debieron tragarse el hielo para el whisky. Otra forma de cerrar la resurrección del Coco, triunfo de Diego cuando se pedía que Boca contratara al defensivo Falcioni o a Alfaro. Aun ahora suena la chance de que se le busque una figura a Maradona dentro de la Selección, quien estaría controlado en este escenario. "Va a ser un tema de Basile. Diego siempre tuvo las puertas abiertas", se abrió el Jefe.
Igual, la cronología indica que la sucesión había arrancado el martes. Con el no indestructible de José, Grondona le pidió a Pompilio que hiciera el contacto políticamente correcto con Bianchi, aún en Europa. Entonces se comunicó con Daniel Comba, amigote del DT. "Dame unos minutos", pidió él, que cuando habló con el Virrey escuchó la respuesta previsible por la AFA: "Nooo. Ahora tengo otra prioridad: mi familia". Y así se corrió por cuarta vez: negativa por duplicado en el 98 y otra cuando Bielsa se quedó sin energizante. Que esté bloqueado hasta junio del 2007 por el Atlético de Madrid sería una excusa que se rompía con euros. Si bien hace unas semanas le dijo a Olé que "si tuviera otra vida, ésta me la juego con el fútbol, pero tengo una sola", él no aceptará compartir algo con Grondona. "Diferencias insalvables de principios", se escuchó en la intimidad. Igual que cuando un amigo le mandó un mensaje de texto felicitándolo y él respondió con ironía... Así, el otro nombre que se ahogó en la orilla fue el del Tolo.
"¿Por qué no me ponen como candidato en la encuesta?", se quejaba Basile al irse el Loco. Sus ganas y su ego no le permitían mirar la Selección de afuera. Igual que ahora, pese a que anoche no se haya dejado ver en La Raya. Mientras, Grondona querría anunciar el martes el nombre que le comentó a sus dirigentes cercanos. ¿Qué talco?
Lo pone a Messi
Con el Coco se viene un equipo con dos laterales, un solo cinco y mucha gente de ataque. Lionel incluido, obviamente.
LUIS CALVANO lcalvano@ole.com.ar
Alfio Basile es un baqueano, de esos tipos que están en medio del campo y sin ninguna antena satelital cerca, pero que apuntan su mirada al horizonte y le ganan de anticipo al Weather Channel: "Mañana llueve". Y, cantado está: mañana llueve. Para el fútbol, un seleccionador, propiamente dicho. Un DT preocupado por demostrar que este deporte no tiene muchos más secretos que apostar a ir al frente para ganar. Y que, con buenos jugadores, todo se resume a pautas claras y que las cosas fluyan. Alguno podrá espantarse por una situación así, ante un supuesto desparpajo futbolero sin un patrón de laboratorio, pero está dicho: para el Coco los secretos pasan por otro lado. Sencillez táctica, buena llegada a los jugadores y, fundamentalmente, el inodoro en el baño y el sillón en el living.
De la misma forma en que las estrategias las moldean los entrenadores y que con ellos se produce una metamorfosis con respecto a lo anterior, son varias las cosas que van a cambiar de Pekerman a Basile. De igual forma que con la llegada de José murieron los extremos y las estructuras fijas de Bielsa; con el Coco renace cierta rigidez táctica pero, en este caso, ligada a lo más convencional del fútbol argentino: vuelven los marcadores de punta, la defensa con cuatro, un cinco en el medio y dos volantes por afuera, y la flexibilidad llega en el último tramo: enganche y dos puntas o, directamente, tres delanteros, "con uno medio mentiroso, que se tira un poco atrás", como suele decir Basile, un convencido de que el equilibrio no pasa tanto por lo estratégico del juego sino por lo estratégico del grupo: gente grande y gente chica, experimentados y jóvenes. Si la balanza se va demasiado para alguno de los dos lados, llega el desequilibrio que él no quiere. Del otro, del que se puede producir en el juego, no se preocupa tanto si es por ir al frente. Ese es el fútbol que entendió desde que comenzó a trabajar a fines de la década del 70, cuando en la Argentina se jugaba un fútbol distinto al de ahora. Pero entre su Racing de Córdoba subcampeón del Nacional del 80, o el Vélez del 85 también segundo en el torneo Nacional, o la Selección campeona de las Copas Américas 91 y 93, o la que mordió el polvo en el Mundial del 94 o este Boca cuádruple campeón en un año, no hay diferencias estratégicas y mucho menos de actitud: todos jugaron igual, todos fueron al frente.
Esa es la Argentina que hay que esperar si Basile da el sí. "Hay un nuevo sistema de moda: 4-4-1-1. Dentro de dos meses la gente no tiene que ir más a la cancha, si no arriesgan", dijo hace unas semanas, en lo que fue una declaración de principios. Aunque su mejor declamación hay que verla en sus equipos. Como le gusta al Coco: sencillo, hablando poco y respetando sus creencias. El que no arriesga, no gana. Y la Selección Argentina hace mucho que no gana nada. Justamente, desde que Basile era el técnico.
¿Qué talco?
Basile es el hombre para la Selección. Sólo falta que Boca lo libere: lo hará aunque no le guste. El Virrey antes dijo no. La trama de la bomba que tenía el Jefe.
Gallego tiene en su contrato una cláusula que lo libera al instante del Toluca para dirigir a la Selección. Russo también firmó un papel que le abre la puerta de salida de Vélez. A Basile le queda un año de contrato sin vías de escape. El, a meses de cumplir 63 años, íntimamente no creía que lo llamarían para volver al banco que le cortó las piernas con Maradona...
"Hay que traer a Basile. Preguntale si quiere dirigir a la Selección", le pidió Grondona a Pompilio el martes por la noche. El vicepresidente de Boca, aunque se puso a disposición, no lo tomó como un honor sino como un desajuste para su club. Pero enseguida acordó un encuentro con el técnico que mezcla lunfardo con pocas palabras en inglés. Rond Point, cancha local para Basile, fue el lugar de Palermo Chico que quedará en la historia. Alrededor de las 14 de ayer, entonces, el momento que iba a ser para hablar de los refuerzos fue para anunciarle que había revancha.
"Si acepto, ya soy campeón del mundo", cuentan que dijo el Coco cuando salió del encuentro. Aunque allí, respetuoso de la gente y de la forma, contestó que él estaba en manos de Boca: "Yo no quiero cagar a Boca. Miento si digo que no me interesa la Selección, hasta pensé que me la iban a dar en el 2002. Pero lo que ustedes digan estará perfecto". El quiere dirigir al equipo argentino al que tuvo invicto durante 33 partidos. Macri, el primero que blanqueó el ofrecimiento, contó que Boca se tomará una semana para pensar si por primera vez le acerca un entrenador a la Selección. "Tenemos que asimilar el shock", cerró mientras decía que Basile viajará mañana a la gira en México (¿lo hará o volará sólo Ribolzi?). "Es difícil oponerse a que alguien vaya a la Selección", sumó Pompilio. Hasta que una voz en off definió la cadena de poder: "No le podés negar un técnico a Julio".
La llegada del Coco es una bomba mediática. Se podría decir que como se fue a buscar a Passarella —imagen de rigor— cuando muchos se pusieron la gorra con Basile, ahora se puede buscar la ficha del ofensivo para destruir la crítica de que a José le faltó vuelo en los cambios. Aunque en el círculo privado de Grondona se da otra mirada, más allá de que empiece con B... "El quería a alguien con quien pudiera hablar, necesita eso". Y así también buscó desarticular cierta movida de presión para que volviera Bilardo. ¡¿Cómo estará ahora el autopostulado Doctor?!
"El único problema que tuvimos con el Jefe fue en Unaited States (sic)", había salido del vozarrón de Basile hace un tiempo en TV. Esa noche, Grondona descartó el prejuicio de los hinchas de Boca que después de los triunfos debieron tragarse el hielo para el whisky. Otra forma de cerrar la resurrección del Coco, triunfo de Diego cuando se pedía que Boca contratara al defensivo Falcioni o a Alfaro. Aun ahora suena la chance de que se le busque una figura a Maradona dentro de la Selección, quien estaría controlado en este escenario. "Va a ser un tema de Basile. Diego siempre tuvo las puertas abiertas", se abrió el Jefe.
Igual, la cronología indica que la sucesión había arrancado el martes. Con el no indestructible de José, Grondona le pidió a Pompilio que hiciera el contacto políticamente correcto con Bianchi, aún en Europa. Entonces se comunicó con Daniel Comba, amigote del DT. "Dame unos minutos", pidió él, que cuando habló con el Virrey escuchó la respuesta previsible por la AFA: "Nooo. Ahora tengo otra prioridad: mi familia". Y así se corrió por cuarta vez: negativa por duplicado en el 98 y otra cuando Bielsa se quedó sin energizante. Que esté bloqueado hasta junio del 2007 por el Atlético de Madrid sería una excusa que se rompía con euros. Si bien hace unas semanas le dijo a Olé que "si tuviera otra vida, ésta me la juego con el fútbol, pero tengo una sola", él no aceptará compartir algo con Grondona. "Diferencias insalvables de principios", se escuchó en la intimidad. Igual que cuando un amigo le mandó un mensaje de texto felicitándolo y él respondió con ironía... Así, el otro nombre que se ahogó en la orilla fue el del Tolo.
"¿Por qué no me ponen como candidato en la encuesta?", se quejaba Basile al irse el Loco. Sus ganas y su ego no le permitían mirar la Selección de afuera. Igual que ahora, pese a que anoche no se haya dejado ver en La Raya. Mientras, Grondona querría anunciar el martes el nombre que le comentó a sus dirigentes cercanos. ¿Qué talco?
Lo pone a Messi
Con el Coco se viene un equipo con dos laterales, un solo cinco y mucha gente de ataque. Lionel incluido, obviamente.
LUIS CALVANO lcalvano@ole.com.ar
Alfio Basile es un baqueano, de esos tipos que están en medio del campo y sin ninguna antena satelital cerca, pero que apuntan su mirada al horizonte y le ganan de anticipo al Weather Channel: "Mañana llueve". Y, cantado está: mañana llueve. Para el fútbol, un seleccionador, propiamente dicho. Un DT preocupado por demostrar que este deporte no tiene muchos más secretos que apostar a ir al frente para ganar. Y que, con buenos jugadores, todo se resume a pautas claras y que las cosas fluyan. Alguno podrá espantarse por una situación así, ante un supuesto desparpajo futbolero sin un patrón de laboratorio, pero está dicho: para el Coco los secretos pasan por otro lado. Sencillez táctica, buena llegada a los jugadores y, fundamentalmente, el inodoro en el baño y el sillón en el living.
De la misma forma en que las estrategias las moldean los entrenadores y que con ellos se produce una metamorfosis con respecto a lo anterior, son varias las cosas que van a cambiar de Pekerman a Basile. De igual forma que con la llegada de José murieron los extremos y las estructuras fijas de Bielsa; con el Coco renace cierta rigidez táctica pero, en este caso, ligada a lo más convencional del fútbol argentino: vuelven los marcadores de punta, la defensa con cuatro, un cinco en el medio y dos volantes por afuera, y la flexibilidad llega en el último tramo: enganche y dos puntas o, directamente, tres delanteros, "con uno medio mentiroso, que se tira un poco atrás", como suele decir Basile, un convencido de que el equilibrio no pasa tanto por lo estratégico del juego sino por lo estratégico del grupo: gente grande y gente chica, experimentados y jóvenes. Si la balanza se va demasiado para alguno de los dos lados, llega el desequilibrio que él no quiere. Del otro, del que se puede producir en el juego, no se preocupa tanto si es por ir al frente. Ese es el fútbol que entendió desde que comenzó a trabajar a fines de la década del 70, cuando en la Argentina se jugaba un fútbol distinto al de ahora. Pero entre su Racing de Córdoba subcampeón del Nacional del 80, o el Vélez del 85 también segundo en el torneo Nacional, o la Selección campeona de las Copas Américas 91 y 93, o la que mordió el polvo en el Mundial del 94 o este Boca cuádruple campeón en un año, no hay diferencias estratégicas y mucho menos de actitud: todos jugaron igual, todos fueron al frente.
Esa es la Argentina que hay que esperar si Basile da el sí. "Hay un nuevo sistema de moda: 4-4-1-1. Dentro de dos meses la gente no tiene que ir más a la cancha, si no arriesgan", dijo hace unas semanas, en lo que fue una declaración de principios. Aunque su mejor declamación hay que verla en sus equipos. Como le gusta al Coco: sencillo, hablando poco y respetando sus creencias. El que no arriesga, no gana. Y la Selección Argentina hace mucho que no gana nada. Justamente, desde que Basile era el técnico.