Post by aguiluchomayor on Mar 19, 2006 20:50:06 GMT -5
River recuperó la punta a puro gol
Fue 3 a 0 sobre Olimpo, en el Monumental. Gonzalo Higuaín (2) y Montenegro anotaron para el equipo de Passarella, que volvió a mostrar su poder ofensivo y desplazó a Boca en lo más alto del Clausura, a una semana del Superclásico
Por Sebastián Davidovsky, de la Redacción de Clarín.com
sdavidovsky@claringlobal.com.ar
Radio al oído e ilusión de punta en el pecho, luego del pobre empate de Boca ante Tiro, River se jugaba ante Olimpo la posibilidad de quedar solito arriba. Previo al Superclásico, una victoria enmarcaría una imagen ideal: ir a la Bombonera con un punto por encima del xeneize.
Con Rolfi Montenegro como manija y con Abán e Higuaín arriba, el millonario empezaba a hacerse propietario del partido. Los de Labruna la jugaban de inquilinos: se asentaban en campo rival por tiempo determinado. Así, sin embargo, el equipo de Passarella arriesgaba mucho (quedaba muy solo Lima en el medio) y se descuidaba atrás. Entonces, se hacía de ida y vuelta. Abán aprovechó un pase de Rolfi para rematar fuerte, alto y lejos de Roa. Pinto, de cabeza, asustó de contra.
Montenegro, otra vez, armó una pared con Higuaín, pero Roa se quedó con el mano a mano del enganche, futuro ídolo según el Kaiser. En la siguiente, probó de vuelta Rolfi, pero Lechuga volvió a controlar el tiro desde el borde del área. Había que esperar una más para el primero. Gerlo bajó un córner desde la derecha, Higuaín apareció solo por izquierda y definió al primer palo de Lechuga. Anillo al dedo, bufanda en invierno, el resultado le calzaba perfecto a River y al partido.
Se iba dando la lógica del triunfo: el local había ganado los siete partidos que disputó en el año en el Monumental. Los de Bahía habían caído en siete de los últimos ocho fuera de su casa. Datos al margen, Zapata metió un centro bárbaro y de vuelta el Pipita Higuaín, esta vez de cabeza, la mandó a la red.
Nada se modificaba en el complemento. Incluso, casi Abán pone el tercero si es que Roa no le quitaba la pelota en plena gambeta. River movía la pelota de lado a lado, llenaba de isóceles la cancha y Olimpo se veía como una figura sin relleno. El cambio de los factores (Ramírez por Delorte y Costela en lugar de Solana) no alteraba el producto y matemáticamente todo seguía igual.
Hasta que, claro, el local salió del punto muerto para poner tercera. Higuaín se la abrió a Montenegro que le pegó con zurda fuerte y abajo, al palo derecho del arquero visitante. Otro más. Figura clave, Passarella le regaló los aplausos de la gente y lo metió a Lucas Pusineri.
Tibio lo de Olimpo, un solo intento en todo el segundo tiempo, y baile lo de River, manejaba la pelota a gusto, el partidó se fue yendo como había llegado al complemento: con todo definido a favor del equipo del Kaiser. River se trepó a la punta, solo. La semana que viene, visita a Boca, ése que lo persigue y que lo quiere bajar. En principio, el millonario, para el Superclásico, tiene algo de ventaja.
Fue 3 a 0 sobre Olimpo, en el Monumental. Gonzalo Higuaín (2) y Montenegro anotaron para el equipo de Passarella, que volvió a mostrar su poder ofensivo y desplazó a Boca en lo más alto del Clausura, a una semana del Superclásico
Por Sebastián Davidovsky, de la Redacción de Clarín.com
sdavidovsky@claringlobal.com.ar
Radio al oído e ilusión de punta en el pecho, luego del pobre empate de Boca ante Tiro, River se jugaba ante Olimpo la posibilidad de quedar solito arriba. Previo al Superclásico, una victoria enmarcaría una imagen ideal: ir a la Bombonera con un punto por encima del xeneize.
Con Rolfi Montenegro como manija y con Abán e Higuaín arriba, el millonario empezaba a hacerse propietario del partido. Los de Labruna la jugaban de inquilinos: se asentaban en campo rival por tiempo determinado. Así, sin embargo, el equipo de Passarella arriesgaba mucho (quedaba muy solo Lima en el medio) y se descuidaba atrás. Entonces, se hacía de ida y vuelta. Abán aprovechó un pase de Rolfi para rematar fuerte, alto y lejos de Roa. Pinto, de cabeza, asustó de contra.
Montenegro, otra vez, armó una pared con Higuaín, pero Roa se quedó con el mano a mano del enganche, futuro ídolo según el Kaiser. En la siguiente, probó de vuelta Rolfi, pero Lechuga volvió a controlar el tiro desde el borde del área. Había que esperar una más para el primero. Gerlo bajó un córner desde la derecha, Higuaín apareció solo por izquierda y definió al primer palo de Lechuga. Anillo al dedo, bufanda en invierno, el resultado le calzaba perfecto a River y al partido.
Se iba dando la lógica del triunfo: el local había ganado los siete partidos que disputó en el año en el Monumental. Los de Bahía habían caído en siete de los últimos ocho fuera de su casa. Datos al margen, Zapata metió un centro bárbaro y de vuelta el Pipita Higuaín, esta vez de cabeza, la mandó a la red.
Nada se modificaba en el complemento. Incluso, casi Abán pone el tercero si es que Roa no le quitaba la pelota en plena gambeta. River movía la pelota de lado a lado, llenaba de isóceles la cancha y Olimpo se veía como una figura sin relleno. El cambio de los factores (Ramírez por Delorte y Costela en lugar de Solana) no alteraba el producto y matemáticamente todo seguía igual.
Hasta que, claro, el local salió del punto muerto para poner tercera. Higuaín se la abrió a Montenegro que le pegó con zurda fuerte y abajo, al palo derecho del arquero visitante. Otro más. Figura clave, Passarella le regaló los aplausos de la gente y lo metió a Lucas Pusineri.
Tibio lo de Olimpo, un solo intento en todo el segundo tiempo, y baile lo de River, manejaba la pelota a gusto, el partidó se fue yendo como había llegado al complemento: con todo definido a favor del equipo del Kaiser. River se trepó a la punta, solo. La semana que viene, visita a Boca, ése que lo persigue y que lo quiere bajar. En principio, el millonario, para el Superclásico, tiene algo de ventaja.