Post by realeagle on Aug 23, 2006 13:51:19 GMT -5
El riesgo de reemplazar a un ganador
SERGIO DUBCOVSKY sdubcovsky@ole.com.ar
Folletín post mundial, la designación del DT de Boca tuvo ayer su último capítulo. O el primero de una nueva historia, que comenzará a escribirse dentro de unas semanas cuando La Volpe asuma, se haga cargo del trabajo de campo y deje de lado las tediosas tareas de escritorio. Desconocido para el gran público hasta su excelente planteo con la selección de México ante Argentina, el DT argen-mex aprovechó ese momento de fama para saltear etapas en nuestro fútbol y meterse en uno de los grandes.
Con personalidad y capacidad probadas, La Volpe enfrenta este desafío agridulce de ocupar una silla que deja vacía un ganador. Títulos en las vitrinas y equipo armado que hasta ahora comanda otro forman parte de la pesada herencia que recibe de manos del Coco. Los antecedentes en el mismo club permiten entender la dificultad de la empresa. Las dos salidas de Bianchi dejaron enseñanzas que Macri supo capitalizar. Tabárez, Brindisi, el Chino Benítez tuvieron distinta suerte, pero los mismos fantasmas sobre sus cabezas. Basile, curtido y con la sabiduría popular que se requería, marcó el camino a seguir. La Volpe reúne algunas características similares a las del Coco. Experiencia, calle, personalidad. Tal vez menos ojo, pero sin dudas más constricción a las cuestiones tácticas.
No hay que dudar: La Volpe tiene más para perder que para ganar en esta historia. Como a todos los que suceden a los ganadores, una hinchada acostumbrada al éxito le exigirá sólo éxitos. Más allá de como juegue el equipo, los resultados se medirán por la cantidad de títulos que consiga. Ya acostumbrado a las presiones y a las críticas más duras en otro país, La Volpe lo sabe mejor que nadie y acepta ese riesgo.
"Ojalá me quede 10 años"
Chau suspenso: Ricardo La Volpe asumirá por Basile el 15/9, arregló hasta junio del 2007 y sueña con más: "En Boca puedo transformarme en uno de los mejores DT del mundo".
A falta de un técnico, el que parecía que no podía encontrar para reemplazar a Basile, ahora Boca tiene tres. Sí, uno en funciones, otro calentando motores y, como si fuera poco, todavía tiene en casa al de la Selección, que es el mismo que está, pero que se va. De locos. Al menos ayer se develó el que llega: Ricardo La Volpe, el que primero dijo que no, al final dio el sí. "El tren pasa y no me di cuenta. Claro que pensé que lo perdía. Pero gracias a Dios se paró de nuevo en esta estación y acá estoy. Poder dirigir a Boca debe ser la envidia de muchos. Y para mí es un orgullo", dijo, consciente de su particular situación.
Elegante, de saco gris, pantalón negro y corbata sobria, lejos de aquellas bien llamativas que mostró en el Mundial, el ex técnico de México volvió a mostrar un buen manejo de los medios, uno de los primeros exámenes que se necesitan, cada vez más, para saber desenvolverse en el mundo Boca. Ayer se sometió a un acoso periodístico infernal y casi no falló en un discurso correcto y ubicado. "Sé que la seguidilla de éxitos que trae este club no es fácil, pero son los retos de la vida. Esto es Boca. Esto es grande. Y los resultados deben ser inmediatos. Veremos cuánto tiempo puedo estar. Ojalá pueda quedarme 10 años acá", tiró, pensando más allá de este año que firmó.
Con sus manos acompañando enérgicamente sus conceptos, una de sus costumbres (dicen que, cuando se sienta hablar de fútbol en una mesa de café, mueve todo lo que tiene a mano para explicarse mejor), el nuevo DT de Boca, que asumirá en funciones el 15 de septiembre, dijo no sentirse condicionado en lo futbolístico. "Es difícil hablar de cuestiones tácticas o estratégicas ahora. Voy a intentar que los jugadores sigan haciendo lo mismo, que es perfecto, porque vienen ganando todo", explicó.
En ese sentido, en el plano futbolístico, ayer reconoció que tuvo un contacto con el Ruso Ribolzi, ayudante de Basile. "Fue una charla muy positiva. Me enteré de cómo trabaja Boca, del grupo, del convencimiento que tienen de ganar todo. Ahora me falta hablar con Basile. Es el punto Nø1. Espero que tenga la suerte de que él esté disponible para perderse dos o tres horas conmigo tomando un café. El llevó nuevamente a Boca a ganar todo. Y yo no quiero cometer errores", declaró con humildad. En ese sentido, aunque todavía no se encontraron, parece que va a tener suerte: el Coco está muy predispuesto a ayudarlo y tiene ganas de presentarlo él ante el plantel.
Después, volvió a aclarar que su estilo de juego no se chocará con el andar seguro de este Boca aceitado y sólido rumbo al Tri. "Estuve hablando con Ribolzi que el equipo arranca con un 4-3-1-2, con Marino de enganche, pero que pasó muchas veces al 4-4-2, con Ledesma por afuera y dos volantes de contención. Todo pasa por la confianza entre el DT y el jugador, que es lo que hay con Basile. Yo quiero entrar así en el plantel, que se sienta tranquilo, sin nervios y confiado. No tengo previsto ningún cambio. Pero todo se mejora: algún movimiento, más jugadas de córner, algún invento más allá de los que se conocen", comentó.
En ese aspecto, aseguró que este tiempo extra le servirá para ir conociendo aún más al plantel. Y así, descartó la posibilidad de agarrar antes de tiempo. Ayer, en la Bombonera, se hizo fuerte el rumor de que si el nuevo entrenador daba el okey, el Coco no tendría problemas en dejarle antes el cargo, incluso, sin jugar la Recopa. Pero hasta Macri desestimó esa posibilidad. "Sería improvisar arrancar antes de tiempo y si hay algo que buscamos fue evitar eso", declaró el presidente. Con esa banca, La Volpe continuó: "Sería dar una pequeña ventaja. El partido está muy cercano, la directiva y la gente quieren ganar este título internacional que es muy importante y yo no tengo el conocimiento ni el trato con el plantel que tiene Alfio, que viene de ganar todo. Con la entrada de un nuevo DT puede haber nerviosismo y para estos partidos se necesita la plena confianza de los que juegan", explicó.
Por momentos muy distendido teniendo en cuenta la presión mediática, no dejó a nadie sin atender. Comentó, con una sonrisa, que espera que no se le escapen muchos usos y costumbres de sus 27 años en México. "Que no me salga un ''mande''". Pero cayó inevitablemente cuando tuvo que hablar de las Inferiores, a las que nombró como "fuerzas básicas". Sólo trastabilló, apenas, con el rival de su debut, aunque se levantó pronto: "Ya hablamos que es de local con los jujeños... con Godoy Cruz", se corrigió. Confirmó que entre sus colaboradores no habrá, por ahora, ningún jugador histórico de paso reciente por el club. Y aseguró que, en este tiempo de preparación que aún tiene, se va a acercar a todos. Incluso a Maradona. "A Diego lo conozco y sé de la importancia de tener su apoyo. Voy a escuchar a todos", insistió. Sabe que Boca es un trampolín. Como él admitió: "En Boca me puedo transformar en unos de los mejores técnicos del mundo".
Viene del Tri y tri le van a pedir
Ricardo Antonio La Volpe Guarchoni es el octavo técnico de la gestión Macri (96 a la fecha). Como la mayoría de sus predecesores, el DT electo acredita experiencia en una selección. Repasemos: Basile iniciará el 3/9 su segundo ciclo con la nuestra; Brindisi dirigió a Guatemala, Tabárez a Uruguay (ha vuelto a hacerlo), Veira a Bolivia y Bilardo a Argentina y Libia... Ya sabrá el ex arquero —y si no, se enterará pronto— de que Boca es también una selección, por la calidad de su plantel y por la repercusión, aquí o en el exterior, de sus actuaciones. La candidatura de La Volpe —recordemos— creció después de que se confirmaran las faltas de energía de Bielsa y de interés de Martino. Lo ayudaron, además, un aceptable Mundial, su disponibilidad laboral y el hecho de que fuera argentino, más allá de haber vivido la mitad de sus 54 años en otro país. Si al Maestro, Miguelito y el Chino los perjudicó la comparación con el Virrey, a La Volpe le pesarán los antecedentes del Coco. La masa xeneize deberá tenerle paciencia a Ricardo. Los resultados de su trabajo se evaluarán en el primer semestre del 2007, tras la Libertadores. En el 2006, como máximo, disputará 21 partidos oficiales. No pretenda, amigo boquense, que los gane todos.
Devolvé el título
Detrás del DT detallista y de carácter fuerte, se guarda un arquero que le arruinó un campeonato y que, pretendido por el Toto Lorenzo, soñaba con jugar en Boca.
Se puede saber quién es este La Volpe? La pregunta no es nueva, se hizo por primera vez a fines de julio de 1975, cuando un arquero de Banfield desafió a la Bombonera y trabajó en forma detallista el cero ante un grupo de tipos que se jugaban la esperanza de un campeonato. Sin perder la memoria, cuatro años después la dirigencia de Boca fue por ese mismo arquero que ya estaba en San Lorenzo y tenía la medalla de campeón mundial. El Ciclón, en medio de una crisis, no quiso vendérselo, pero por necesidad tuvo que aceptar una oferta del Atlante de México. "Nunca quise irme", decía. A 27 años de aquella partida no deseada, Ricardo La Volpe, ese arquero que se convirtió en técnico sin volver nunca a su país, intentará saldar una vieja deuda.
Con una pinta y un atrevimiento medio a lo Loco Gatti, hasta en eso de jugar con bermudas, el 30 de julio de 1975, a cuatro fechas del final del Metropolitano, llegó a la Bombonera sintiendo la obligación de demostrar por qué había sido recientemente convocado a la Selección. "Sabía que todos los ojos iban a estar en mí y al final estaba tan agrandado que me parecía que aunque jugáramos una hora más no podrían hacerme un gol", dijo, ya con el 0-0 garantizado.
Las agarraba todas y, encima, se quedaba con la pelota entre las manos, mirando con un gesto que enardecía, como haciéndose el pensativo, para después dársela al marcador de punta, para que el marcador de punta se le devolviera, en una época en la que el arquero podía tomar con las manos el pase de un compañero. Así, mientras el tiempo avanzaba. Y las atajadas, claro. Un zurdazo a Felman, cuando ya había inclinado su cuerpo hacia la izquierda y el delantero le cambió el palo. Otra a Hugo Paulino Sánchez, otra a Cambón, otra...
Boca llevaba un invicto de 18 partidos (14 victorias y cuatro empates), se había metido en la pelea y necesitaba ganar para poder arrebatarle el título a River. Ese empate le cortó la ilusión, casi que le sacó una estrella al escudo y lo llevó a él a la fama. "El jugador más codiciado", se decía. Pronto, apareció San Lorenzo en su carrera, su nivel le posibilitó seguir en la Selección e ir al Mundial 78.
En el verano del 79, Boca lo fue a buscar. Admirador de Amadeo Carrizo y con un padre hincha de River, igual se desvivía por la chance. "Es mi ilusión. No tengo dudas de que actuando allí me convertiría en el mejor arquero del país". Llegó a hablar con el Toto Lorenzo. Estuvo ahí. El Ciclón le negó la chance y él, entonces, exigió un mejor contrato. Como había ofertas del exterior, prefirieron venderlo al Atlante y no a un archirrival. "Nunca quise irme afuera, no hay otra", dijo, sin imaginar que pasaría tanto tiempo en México, sus hijas Déborah y Sabrina se casarían con Flavio Davino y Chiquis García, dos futbolistas aztecas, y que tendría nietos mexicanos.
Ayer, a 27 años de su partida, con una larga trayectoria como DT, se oficializó su vuelta al fútbol argentino. Atrás quedan nueve clubes entre 1983 y el 2002 y cuatro años al frente del Tri. Con su fama de tipo que va al frente y no se calla, de detallista y cabulero, con el apodo de Ogro ganado por su carácter fuerte, está de vuelta para tratar de devolverle a Boca el título que le quitó.
SERGIO DUBCOVSKY sdubcovsky@ole.com.ar
Folletín post mundial, la designación del DT de Boca tuvo ayer su último capítulo. O el primero de una nueva historia, que comenzará a escribirse dentro de unas semanas cuando La Volpe asuma, se haga cargo del trabajo de campo y deje de lado las tediosas tareas de escritorio. Desconocido para el gran público hasta su excelente planteo con la selección de México ante Argentina, el DT argen-mex aprovechó ese momento de fama para saltear etapas en nuestro fútbol y meterse en uno de los grandes.
Con personalidad y capacidad probadas, La Volpe enfrenta este desafío agridulce de ocupar una silla que deja vacía un ganador. Títulos en las vitrinas y equipo armado que hasta ahora comanda otro forman parte de la pesada herencia que recibe de manos del Coco. Los antecedentes en el mismo club permiten entender la dificultad de la empresa. Las dos salidas de Bianchi dejaron enseñanzas que Macri supo capitalizar. Tabárez, Brindisi, el Chino Benítez tuvieron distinta suerte, pero los mismos fantasmas sobre sus cabezas. Basile, curtido y con la sabiduría popular que se requería, marcó el camino a seguir. La Volpe reúne algunas características similares a las del Coco. Experiencia, calle, personalidad. Tal vez menos ojo, pero sin dudas más constricción a las cuestiones tácticas.
No hay que dudar: La Volpe tiene más para perder que para ganar en esta historia. Como a todos los que suceden a los ganadores, una hinchada acostumbrada al éxito le exigirá sólo éxitos. Más allá de como juegue el equipo, los resultados se medirán por la cantidad de títulos que consiga. Ya acostumbrado a las presiones y a las críticas más duras en otro país, La Volpe lo sabe mejor que nadie y acepta ese riesgo.
"Ojalá me quede 10 años"
Chau suspenso: Ricardo La Volpe asumirá por Basile el 15/9, arregló hasta junio del 2007 y sueña con más: "En Boca puedo transformarme en uno de los mejores DT del mundo".
A falta de un técnico, el que parecía que no podía encontrar para reemplazar a Basile, ahora Boca tiene tres. Sí, uno en funciones, otro calentando motores y, como si fuera poco, todavía tiene en casa al de la Selección, que es el mismo que está, pero que se va. De locos. Al menos ayer se develó el que llega: Ricardo La Volpe, el que primero dijo que no, al final dio el sí. "El tren pasa y no me di cuenta. Claro que pensé que lo perdía. Pero gracias a Dios se paró de nuevo en esta estación y acá estoy. Poder dirigir a Boca debe ser la envidia de muchos. Y para mí es un orgullo", dijo, consciente de su particular situación.
Elegante, de saco gris, pantalón negro y corbata sobria, lejos de aquellas bien llamativas que mostró en el Mundial, el ex técnico de México volvió a mostrar un buen manejo de los medios, uno de los primeros exámenes que se necesitan, cada vez más, para saber desenvolverse en el mundo Boca. Ayer se sometió a un acoso periodístico infernal y casi no falló en un discurso correcto y ubicado. "Sé que la seguidilla de éxitos que trae este club no es fácil, pero son los retos de la vida. Esto es Boca. Esto es grande. Y los resultados deben ser inmediatos. Veremos cuánto tiempo puedo estar. Ojalá pueda quedarme 10 años acá", tiró, pensando más allá de este año que firmó.
Con sus manos acompañando enérgicamente sus conceptos, una de sus costumbres (dicen que, cuando se sienta hablar de fútbol en una mesa de café, mueve todo lo que tiene a mano para explicarse mejor), el nuevo DT de Boca, que asumirá en funciones el 15 de septiembre, dijo no sentirse condicionado en lo futbolístico. "Es difícil hablar de cuestiones tácticas o estratégicas ahora. Voy a intentar que los jugadores sigan haciendo lo mismo, que es perfecto, porque vienen ganando todo", explicó.
En ese sentido, en el plano futbolístico, ayer reconoció que tuvo un contacto con el Ruso Ribolzi, ayudante de Basile. "Fue una charla muy positiva. Me enteré de cómo trabaja Boca, del grupo, del convencimiento que tienen de ganar todo. Ahora me falta hablar con Basile. Es el punto Nø1. Espero que tenga la suerte de que él esté disponible para perderse dos o tres horas conmigo tomando un café. El llevó nuevamente a Boca a ganar todo. Y yo no quiero cometer errores", declaró con humildad. En ese sentido, aunque todavía no se encontraron, parece que va a tener suerte: el Coco está muy predispuesto a ayudarlo y tiene ganas de presentarlo él ante el plantel.
Después, volvió a aclarar que su estilo de juego no se chocará con el andar seguro de este Boca aceitado y sólido rumbo al Tri. "Estuve hablando con Ribolzi que el equipo arranca con un 4-3-1-2, con Marino de enganche, pero que pasó muchas veces al 4-4-2, con Ledesma por afuera y dos volantes de contención. Todo pasa por la confianza entre el DT y el jugador, que es lo que hay con Basile. Yo quiero entrar así en el plantel, que se sienta tranquilo, sin nervios y confiado. No tengo previsto ningún cambio. Pero todo se mejora: algún movimiento, más jugadas de córner, algún invento más allá de los que se conocen", comentó.
En ese aspecto, aseguró que este tiempo extra le servirá para ir conociendo aún más al plantel. Y así, descartó la posibilidad de agarrar antes de tiempo. Ayer, en la Bombonera, se hizo fuerte el rumor de que si el nuevo entrenador daba el okey, el Coco no tendría problemas en dejarle antes el cargo, incluso, sin jugar la Recopa. Pero hasta Macri desestimó esa posibilidad. "Sería improvisar arrancar antes de tiempo y si hay algo que buscamos fue evitar eso", declaró el presidente. Con esa banca, La Volpe continuó: "Sería dar una pequeña ventaja. El partido está muy cercano, la directiva y la gente quieren ganar este título internacional que es muy importante y yo no tengo el conocimiento ni el trato con el plantel que tiene Alfio, que viene de ganar todo. Con la entrada de un nuevo DT puede haber nerviosismo y para estos partidos se necesita la plena confianza de los que juegan", explicó.
Por momentos muy distendido teniendo en cuenta la presión mediática, no dejó a nadie sin atender. Comentó, con una sonrisa, que espera que no se le escapen muchos usos y costumbres de sus 27 años en México. "Que no me salga un ''mande''". Pero cayó inevitablemente cuando tuvo que hablar de las Inferiores, a las que nombró como "fuerzas básicas". Sólo trastabilló, apenas, con el rival de su debut, aunque se levantó pronto: "Ya hablamos que es de local con los jujeños... con Godoy Cruz", se corrigió. Confirmó que entre sus colaboradores no habrá, por ahora, ningún jugador histórico de paso reciente por el club. Y aseguró que, en este tiempo de preparación que aún tiene, se va a acercar a todos. Incluso a Maradona. "A Diego lo conozco y sé de la importancia de tener su apoyo. Voy a escuchar a todos", insistió. Sabe que Boca es un trampolín. Como él admitió: "En Boca me puedo transformar en unos de los mejores técnicos del mundo".
Viene del Tri y tri le van a pedir
Ricardo Antonio La Volpe Guarchoni es el octavo técnico de la gestión Macri (96 a la fecha). Como la mayoría de sus predecesores, el DT electo acredita experiencia en una selección. Repasemos: Basile iniciará el 3/9 su segundo ciclo con la nuestra; Brindisi dirigió a Guatemala, Tabárez a Uruguay (ha vuelto a hacerlo), Veira a Bolivia y Bilardo a Argentina y Libia... Ya sabrá el ex arquero —y si no, se enterará pronto— de que Boca es también una selección, por la calidad de su plantel y por la repercusión, aquí o en el exterior, de sus actuaciones. La candidatura de La Volpe —recordemos— creció después de que se confirmaran las faltas de energía de Bielsa y de interés de Martino. Lo ayudaron, además, un aceptable Mundial, su disponibilidad laboral y el hecho de que fuera argentino, más allá de haber vivido la mitad de sus 54 años en otro país. Si al Maestro, Miguelito y el Chino los perjudicó la comparación con el Virrey, a La Volpe le pesarán los antecedentes del Coco. La masa xeneize deberá tenerle paciencia a Ricardo. Los resultados de su trabajo se evaluarán en el primer semestre del 2007, tras la Libertadores. En el 2006, como máximo, disputará 21 partidos oficiales. No pretenda, amigo boquense, que los gane todos.
Devolvé el título
Detrás del DT detallista y de carácter fuerte, se guarda un arquero que le arruinó un campeonato y que, pretendido por el Toto Lorenzo, soñaba con jugar en Boca.
Se puede saber quién es este La Volpe? La pregunta no es nueva, se hizo por primera vez a fines de julio de 1975, cuando un arquero de Banfield desafió a la Bombonera y trabajó en forma detallista el cero ante un grupo de tipos que se jugaban la esperanza de un campeonato. Sin perder la memoria, cuatro años después la dirigencia de Boca fue por ese mismo arquero que ya estaba en San Lorenzo y tenía la medalla de campeón mundial. El Ciclón, en medio de una crisis, no quiso vendérselo, pero por necesidad tuvo que aceptar una oferta del Atlante de México. "Nunca quise irme", decía. A 27 años de aquella partida no deseada, Ricardo La Volpe, ese arquero que se convirtió en técnico sin volver nunca a su país, intentará saldar una vieja deuda.
Con una pinta y un atrevimiento medio a lo Loco Gatti, hasta en eso de jugar con bermudas, el 30 de julio de 1975, a cuatro fechas del final del Metropolitano, llegó a la Bombonera sintiendo la obligación de demostrar por qué había sido recientemente convocado a la Selección. "Sabía que todos los ojos iban a estar en mí y al final estaba tan agrandado que me parecía que aunque jugáramos una hora más no podrían hacerme un gol", dijo, ya con el 0-0 garantizado.
Las agarraba todas y, encima, se quedaba con la pelota entre las manos, mirando con un gesto que enardecía, como haciéndose el pensativo, para después dársela al marcador de punta, para que el marcador de punta se le devolviera, en una época en la que el arquero podía tomar con las manos el pase de un compañero. Así, mientras el tiempo avanzaba. Y las atajadas, claro. Un zurdazo a Felman, cuando ya había inclinado su cuerpo hacia la izquierda y el delantero le cambió el palo. Otra a Hugo Paulino Sánchez, otra a Cambón, otra...
Boca llevaba un invicto de 18 partidos (14 victorias y cuatro empates), se había metido en la pelea y necesitaba ganar para poder arrebatarle el título a River. Ese empate le cortó la ilusión, casi que le sacó una estrella al escudo y lo llevó a él a la fama. "El jugador más codiciado", se decía. Pronto, apareció San Lorenzo en su carrera, su nivel le posibilitó seguir en la Selección e ir al Mundial 78.
En el verano del 79, Boca lo fue a buscar. Admirador de Amadeo Carrizo y con un padre hincha de River, igual se desvivía por la chance. "Es mi ilusión. No tengo dudas de que actuando allí me convertiría en el mejor arquero del país". Llegó a hablar con el Toto Lorenzo. Estuvo ahí. El Ciclón le negó la chance y él, entonces, exigió un mejor contrato. Como había ofertas del exterior, prefirieron venderlo al Atlante y no a un archirrival. "Nunca quise irme afuera, no hay otra", dijo, sin imaginar que pasaría tanto tiempo en México, sus hijas Déborah y Sabrina se casarían con Flavio Davino y Chiquis García, dos futbolistas aztecas, y que tendría nietos mexicanos.
Ayer, a 27 años de su partida, con una larga trayectoria como DT, se oficializó su vuelta al fútbol argentino. Atrás quedan nueve clubes entre 1983 y el 2002 y cuatro años al frente del Tri. Con su fama de tipo que va al frente y no se calla, de detallista y cabulero, con el apodo de Ogro ganado por su carácter fuerte, está de vuelta para tratar de devolverle a Boca el título que le quitó.