Post by realeagle on Sept 25, 2008 23:00:34 GMT -5
Para meterle picante a este foro, y que se pique el jefe je je
tomado de ole.com.ar
¿Son mejores que los de River?
Los pibes de Boca brillaron en la goleada a la Liga y abrieron el debate: ¿hoy la hegemonía se trasladó de barrio? ¿Quién es más en Juveniles? ¿Cuál de los dos vende mejor a sus joyas? El superclásico, a full.
La reciente demostración, ese baile que le dieron al campeón de América por la Copa, el 4-0 a la Liga que despertó el "mirá vos los pibes de Boca, che, qué flor de partido se mandaron, están saliendo buenos, ¿no?", también revivió una historia que, a pura rivalidad, los enfrenta una vez más en un círculo clásico: ¿Son ellos, los chicos de Boca, mejores que los de River? ¿Vale el último partido como sentencia? ¿Se revirtió ese reinado que en Núñez supieron conseguir?
Es indudable que Boca sigue cosechando hoy esa siembra que Griffa hizo en terreno virgen. Ahora los jugadores le explotan por todos lados. En nueve meses, Ischia ya hizo debutar a 12 pibes. Algunos, tres de ellos, ya se fueron (Nayar por las suyas, Ibáñez, vendido, y Monzón, a préstamo). Y el martes jugaron casi todos en un mismo equipo. Mejor ocasión de muestra, imposible. Sin embargo, en River contrastan este boom del baby Boca desde otra enfoque: sostienen que las medallas no se cuentan por partidos, sino por permanencia. Y si bien Simeone, en su ciclo, hizo debutar sólo a dos chicos (Gustavo Bou y Mauro Díaz), tiene en su actual equipo titular-titular más jugadores provenientes del semillero que Boca: Augusto Fernández, Ahumada, Abelairas, Buonanotte y Falcao (lesionado).
En este punto, en la consolidación de sus productos de Inferiores, es donde se plantan en Núñez. Desde junio del 2004 Boca hizo debutar en Primera a 36 jugadores propios contra 25 de su rival. Lo supera en cantidad y la calidad, se interpreta, es material discutible. Aun así, los chicos de River que debutaron tuvieron, entre todos, más minutos en cancha: 33.501 contra 26.580, lo que se entiende como una mayor continuidad.
Pero también es alegato válido ante el juez que Boca, en este tiempo, tuvo un equipo ganador que conservó como tal con figuras inamovibles (¿cómo sacar a Palermo, a Palacio, a Ibarra o a Riquelme?). Dice la teoría que los pibes suelen ser refresco para las crisis y acaso fue un recurso que utilizó, por caso, Passarella (subió a 15 benjamines).
Las ventas son otro punto que pisa fuerte. Tomando como punto de partida el 2004, Boca tuvo las mejores o, acaso, las más ruidosas por club de destino, millones y el valor reciente (Gago y Banega a la cabeza). Pero River también exportó lo suyo (más allá de paquetes de necesidad y urgencia) con Mascherano, Higuaín, Carrizo, Menseguez y Maxi López.
La mirada hacia abajo también invita al pan y queso. Boca se florea en Reserva y River pierde o empata más de lo que gana porque sufrió un vacío que generó que hoy, en el preliminar, jueguen chicos de categoría 91, todavía con lógica falta de cocción. Sin embargo, en Inferiores, hoy River marcha mejor que su rival, aunque por lo pronto es un buen presente que la Primera tardará en recibir. Vaya paradoja para los últimos años: ahora en Núñez festejan más abajo y Boca brilla y promueve arriba.
Incluso en la línea de talentos precoces, con mismo puesto de referencia, hay coincidencias: Forlin, el central que la rompió con Liga, estuvo ocho meses en el Real y se volvió por falta de pasaporte. Musacchio, el dos que mejor pinta en River (debutó con 16), tenía todo arreglado para ir al gigante de Madrid y no fue... por el pasaporte.
En fin, Boca aún no quebró la hegemonía de River, pero sí revirtió una tendencia. El futuro seguirá jugando este clásico.
DEBATE:
Boca copió el modelo de River
LEO FARINELLA | lfarinella@ole.com.ar
Antes, Boca no les daba importancia a las Inferiores. Ahora, sí. Como lógica consecuencia, por tratarse de un equipo grande que pasa por el mejor momento de su historia, ahora compite mano a mano en la producción de talentos con River. Es meritorio lo de River, porque no está en el paraíso de hace diez años, ni siquiera en Aruba, producto del rumbo que tomaron las Inferiores con el proyecto Rossi en el comienzo de la gestión Aguilar. Ya hecha la corrección con Gabriel Rodríguez, poco a poco se vuelve a las fuentes. Otro ítem importante es el espejo en que se miran los chicos, entiéndase los grandes. Boca mantiene a Riquelme, Palermo, Ibarra, Battaglia y ahora Palacio, ganadores de muchos años, mientras en River los que ganaron se fueron y quedaron los que no se pudieron ir. Imagínense una base con Carrizo, Demichelis, Mascherano, D'Alessandro y Cavenaghi... A su lado, Pipita Higuaín, Falcao, Buonanotte, Augusto y Ríos, entre otros, se hubieran sentido más acompañados guiados por aquellos monstruos. La discusión de fondo está ganada: el objetivo de las Inferiores no es ganar el domingo, sino generar grandes jugadores para la Primera.
Son otro de los orgullos del club
MARCELO GUERRERO | mguerrero@ole.com.ar
Son otro de los orgullos del club. Ayer se respiraba felicidad en Casa Amarilla. Uno veía contentos a los chicos que sueñan con ponerse algún día la camiseta grande de Boca y notaba satisfechos a sus técnicos. Los inolvidables 90' del martes fortalecen la esperanza de estos purretes, los convencen de que con esfuerzo, responsabilidad y ganas de crecer, ellos también pueden tener mañana la oportunidad de vestir la azul y oro en una competencia internacional. En plena euforia, uno se anima a hacer una pausa riquelmiana y pedir mesura. Es común entre los argentinos, seamos periodistas, diputados o kiosqueros, ir del pesimismo extremo (2-3 vs. Tigre) a la confianza desmedida (4-0 a LDU). Entre los hinchas no sólo hay quienes ya exigen a García en el arco xeneize, sino los que reclaman a Forlin para la Selección.
Fuera de estas exageraciones, es evidente que en estos últimos tiempos, mientras otros clubes reclutaban delanteros en Uruguay, Chile, Paraguay, Perú o Colombia, Boca logró réditos deportivo-económicos con atacantes de su cantera (Giménez, Moreno, Tevez, Cangele, Boselli) y quiere prolongar la tendencia con Noir, Viatri y Mouche. ¡Vamos los pibes!
tomado de ole.com.ar
¿Son mejores que los de River?
Los pibes de Boca brillaron en la goleada a la Liga y abrieron el debate: ¿hoy la hegemonía se trasladó de barrio? ¿Quién es más en Juveniles? ¿Cuál de los dos vende mejor a sus joyas? El superclásico, a full.
La reciente demostración, ese baile que le dieron al campeón de América por la Copa, el 4-0 a la Liga que despertó el "mirá vos los pibes de Boca, che, qué flor de partido se mandaron, están saliendo buenos, ¿no?", también revivió una historia que, a pura rivalidad, los enfrenta una vez más en un círculo clásico: ¿Son ellos, los chicos de Boca, mejores que los de River? ¿Vale el último partido como sentencia? ¿Se revirtió ese reinado que en Núñez supieron conseguir?
Es indudable que Boca sigue cosechando hoy esa siembra que Griffa hizo en terreno virgen. Ahora los jugadores le explotan por todos lados. En nueve meses, Ischia ya hizo debutar a 12 pibes. Algunos, tres de ellos, ya se fueron (Nayar por las suyas, Ibáñez, vendido, y Monzón, a préstamo). Y el martes jugaron casi todos en un mismo equipo. Mejor ocasión de muestra, imposible. Sin embargo, en River contrastan este boom del baby Boca desde otra enfoque: sostienen que las medallas no se cuentan por partidos, sino por permanencia. Y si bien Simeone, en su ciclo, hizo debutar sólo a dos chicos (Gustavo Bou y Mauro Díaz), tiene en su actual equipo titular-titular más jugadores provenientes del semillero que Boca: Augusto Fernández, Ahumada, Abelairas, Buonanotte y Falcao (lesionado).
En este punto, en la consolidación de sus productos de Inferiores, es donde se plantan en Núñez. Desde junio del 2004 Boca hizo debutar en Primera a 36 jugadores propios contra 25 de su rival. Lo supera en cantidad y la calidad, se interpreta, es material discutible. Aun así, los chicos de River que debutaron tuvieron, entre todos, más minutos en cancha: 33.501 contra 26.580, lo que se entiende como una mayor continuidad.
Pero también es alegato válido ante el juez que Boca, en este tiempo, tuvo un equipo ganador que conservó como tal con figuras inamovibles (¿cómo sacar a Palermo, a Palacio, a Ibarra o a Riquelme?). Dice la teoría que los pibes suelen ser refresco para las crisis y acaso fue un recurso que utilizó, por caso, Passarella (subió a 15 benjamines).
Las ventas son otro punto que pisa fuerte. Tomando como punto de partida el 2004, Boca tuvo las mejores o, acaso, las más ruidosas por club de destino, millones y el valor reciente (Gago y Banega a la cabeza). Pero River también exportó lo suyo (más allá de paquetes de necesidad y urgencia) con Mascherano, Higuaín, Carrizo, Menseguez y Maxi López.
La mirada hacia abajo también invita al pan y queso. Boca se florea en Reserva y River pierde o empata más de lo que gana porque sufrió un vacío que generó que hoy, en el preliminar, jueguen chicos de categoría 91, todavía con lógica falta de cocción. Sin embargo, en Inferiores, hoy River marcha mejor que su rival, aunque por lo pronto es un buen presente que la Primera tardará en recibir. Vaya paradoja para los últimos años: ahora en Núñez festejan más abajo y Boca brilla y promueve arriba.
Incluso en la línea de talentos precoces, con mismo puesto de referencia, hay coincidencias: Forlin, el central que la rompió con Liga, estuvo ocho meses en el Real y se volvió por falta de pasaporte. Musacchio, el dos que mejor pinta en River (debutó con 16), tenía todo arreglado para ir al gigante de Madrid y no fue... por el pasaporte.
En fin, Boca aún no quebró la hegemonía de River, pero sí revirtió una tendencia. El futuro seguirá jugando este clásico.
DEBATE:
Boca copió el modelo de River
LEO FARINELLA | lfarinella@ole.com.ar
Antes, Boca no les daba importancia a las Inferiores. Ahora, sí. Como lógica consecuencia, por tratarse de un equipo grande que pasa por el mejor momento de su historia, ahora compite mano a mano en la producción de talentos con River. Es meritorio lo de River, porque no está en el paraíso de hace diez años, ni siquiera en Aruba, producto del rumbo que tomaron las Inferiores con el proyecto Rossi en el comienzo de la gestión Aguilar. Ya hecha la corrección con Gabriel Rodríguez, poco a poco se vuelve a las fuentes. Otro ítem importante es el espejo en que se miran los chicos, entiéndase los grandes. Boca mantiene a Riquelme, Palermo, Ibarra, Battaglia y ahora Palacio, ganadores de muchos años, mientras en River los que ganaron se fueron y quedaron los que no se pudieron ir. Imagínense una base con Carrizo, Demichelis, Mascherano, D'Alessandro y Cavenaghi... A su lado, Pipita Higuaín, Falcao, Buonanotte, Augusto y Ríos, entre otros, se hubieran sentido más acompañados guiados por aquellos monstruos. La discusión de fondo está ganada: el objetivo de las Inferiores no es ganar el domingo, sino generar grandes jugadores para la Primera.
Son otro de los orgullos del club
MARCELO GUERRERO | mguerrero@ole.com.ar
Son otro de los orgullos del club. Ayer se respiraba felicidad en Casa Amarilla. Uno veía contentos a los chicos que sueñan con ponerse algún día la camiseta grande de Boca y notaba satisfechos a sus técnicos. Los inolvidables 90' del martes fortalecen la esperanza de estos purretes, los convencen de que con esfuerzo, responsabilidad y ganas de crecer, ellos también pueden tener mañana la oportunidad de vestir la azul y oro en una competencia internacional. En plena euforia, uno se anima a hacer una pausa riquelmiana y pedir mesura. Es común entre los argentinos, seamos periodistas, diputados o kiosqueros, ir del pesimismo extremo (2-3 vs. Tigre) a la confianza desmedida (4-0 a LDU). Entre los hinchas no sólo hay quienes ya exigen a García en el arco xeneize, sino los que reclaman a Forlin para la Selección.
Fuera de estas exageraciones, es evidente que en estos últimos tiempos, mientras otros clubes reclutaban delanteros en Uruguay, Chile, Paraguay, Perú o Colombia, Boca logró réditos deportivo-económicos con atacantes de su cantera (Giménez, Moreno, Tevez, Cangele, Boselli) y quiere prolongar la tendencia con Noir, Viatri y Mouche. ¡Vamos los pibes!