Post by realeagle on Oct 9, 2008 8:35:15 GMT -5
El equipo mas popular de la Argentina, se va visto en una serie de enfrentamientos que no pudieron ser mas disimulados
saludos
realeagle
Disparen contra Riquelme
Julio Cáceres le apuntó al N° 10: "Es una persona complicada, difícil de manejar...; si no estás motivado, debés dar un paso al costado"; la mayor parte del plantel xeneize está molesto con el volante, pero no lo dice; el entrenador Carlos Ischia y Mauricio Caranta, en el medio del estallido
Quebrado. Así está el plantel de Boca. Las tres derrotas sufridas en los últimos cuatro partidos del Apertura generaron un revuelo insospechado, que desembocó en explosivas declaraciones de Julio César Cáceres contra Juan Román Riquelme. El detonante lo activó el defensor desde Asunción, donde está con el seleccionado paraguayo, en declaraciones a Radio Cáritas. Hablaba con periodistas de su país sobre los problemas del equipo xeneize y el desgaste físico del zaguero entre los compromisos locales y los internacionales, hasta que le preguntaron:
-Lo que son los resultados en Boca. Porque perdieron y ahora aparecen rumores, como lo que pasó con el arquero (por Caranta), que dicen que está enfrentado con Riquelme... -Riquelme es una persona complicada, difícil de manejar. En los partidos algunos compañeros se molestan por sus actitudes. En unos aparenta correr; en otros aparenta estar pasivo. Y levanta rumores de los mismos compañeros. Hubo muchas versiones. Dicen que el arquero pidió no jugar, pero ningún jugador en Boca pediría no jugar. No se aclaró bien.
-¿A qué atribuís que Riquelme tenga tantos altibajos en su nivel? -Y él volvió de ganar la medalla de oro un miércoles y quiso jugar la final de la Recopa con Arsenal. Jugó lo normal, digamos. Marcó el empate. Dimos la vuelta. Es un privilegio para uno ganar la medalla de oro en un Juego Olímpico y volver y tener un partido casi servido como para poder entrar, jugar y dar otra vuelta. El hizo todo eso y fue convocado nuevamente a la selección. Puedo decir que a lo mejor está cansado o fatigado mentalmente. Dicen que Riquelme pide a tal jugador o porque apoya a éste o porque está motivado por jugar en su selección más que en Boca.
"Yo también lo noto así. Porque en algunos partidos de la selección se movió en forma diferente en la cancha. En Boca es un poco más pasivo. En cualquier momento te puede dar un pase de gol o definir un partido, pero le está costando ahora muchísimo. Porque no ha alcanzado el nivel que normalmente da. Y él se está dejando llevar por este ritmo. Debería estar un poquito mejor en lo anímico, trabajar un poco más. Es un jugador que ganó prácticamente todo. Y si por ahí en el fútbol uno no tiene motivación, debe dar un paso al costado. Porque el fútbol es el presente, el día a día. Hay que tener siempre la motivación de jugar. Por ahí gracias a su esfuerzo anterior no necesitará económicamente. En el fútbol hay que tener motivación y deseo de ayudar a sus compañeros. Todos tienen que dar lo mejor.
"La diferencia que yo encontré en Riquelme y Palermo es ésa. Desde que llegué, Palermo, que tiene 34 años, hace la pretemporada a la par de chicos de 17. Eso te sorprende porque es un tipo que en Boca ha ganado todo. Siempre se ha motivado. Es diferente. Tiene un carácter fuerte. Pero es como para manejar un grupo. Nunca tiene mala cara para trabajar. Siempre está primero y está en la punta del grupo. Si hacés diez pasadas él hace las diez sin decir nada. Esas son las diferencias entre esas dos personas. Y ambos son figuras importantes. "Hay un poco de remordimiento entre un compañero y otro y por ahí no están saliendo las cosas. No hay una unión completa en el vestuario. Aparenta eso. Por ahí no está habiendo un acuerdo total entre los jugadores. Entre Román, que maneja el grupo. El pensamiento de otros es diferente".
Ante semejante cuadro, Riquelme no tardó en aparecer. Lo hizo en Fox Sports y Canal 13: "Al club le di todo y ojalá le pueda dar más. Me siento agobiado por lo que pasa. Parece que si alguien se dobla un tobillo es culpa de Riquelme. Lo que se dijo de Dátolo me causaba risa. En enero se estaba por ir a Chile y se quedó y comenzó a levantar su nivel. Decían que era gracias a Riquelme, que lo aconsejó bien. Pero lo de Cáceres no me causa risa; él no le dio nada a Boca. Puede ser que no le caiga simpático a algunos. Escuché lo que dijo, pero si dice eso es porque no quiere estar más en Boca. Si se fue mal de todos los clubes. Se perdieron todos los códigos. Esto debería hablarse en el vestuario. Cuando la gente decía que jugaba mal, el pel... que dijo que Cáceres era el mejor central del país fue Riquelme. No sé; lo habrá dicho para que se hable de esto y no de lo mal que está jugando. Yo no soy el dueño del club. No me hace falta tener amigos. Hace 12 años que conozco el vestuario de Boca y sólo me hice amigo de Ibarra y el Chelo Delgado. El club sabe cómo soy. No tengo nada que demostrarle a nadie".
Antes, Cáceres vio la repercusión que habían tomado sus declaraciones y por la noche buscó calmar los ánimos en Radio Mitre: "Quise decir..." ; "En realidad..." , fueron los latiguillos más repetidos, aunque fue más allá: "Nunca dije que tenía que dar un paso al costado. Me imagino que Riquelme se va a reír cuando lea mis declaraciones. Sabe que no creo problemas. Si lo que dije va a traer lío, tendré que hablar a la vuelta con Román. El tema es que no tenemos mucha comunicación. Siempre está callado. Prácticamente es el dueño del equipo, pero la culpa se nos echa a nosotros. No sé qué pasará conmigo. Hablaré con Román, espero que todo marche como hasta ahora. O no jugaré..." El paraguayo no hizo otra cosa que confirmar el enojo de varios futbolistas con Riquelme. Marcó diferencias con Palermo, defendió a Caranta y hasta le sugirió que lo mejor sería un "paso al costado" sino está motivado.
¿Si Riquelme tuvo que ver en la exclusión del arquero? Fue algo que se instaló también, pero Caranta dice una cosa fuera de micrófono y otra ante los medios. No reconoce que se molestó porque el enganche dijo que Carrizo era el mejor arquero de la Argentina o cuando tanteó a Roberto Abbondanzieri para que volviera. Tampoco hay feeling con Palermo (todos consideran al N° 9 un líder positivo), Battaglia, Palacio ni Morel Rodríguez. Ni siquiera se lleva bien con Dátolo, con quien alguna vez tuvo relación. Lo negó, pero fue Riquelme quien se negó a que Guillermo Barros Schelotto fuera DT de Boca en diciembre de 2007. Riquelme fue claro: sólo es amigo de Ibarra y Delgado. Hoy, además de Damián Díaz, tiene relación con Javier García, Pablo Mouche y algunos juveniles, como Lucas Viatri, pero está distanciado del resto. Aunque todos lo callen.
Teacabaret
Boca es un infierno: Cáceres dijo lo que muchos no se animan sobre Riquelme y el 10 lo destrozó. La interna del plantel está en llamas. ¿Alguien se acuerda de Caranta...? ¿Qué, mirá lo que dijo Cáceres?!" Esta pregunta-sentencia se repitió en Boca, en la calle, en todos lados, por la violencia de las palabras. También por el momento, porque el equipo viene en caída y encima, más allá de las Eliminatorias, atraviesa con dificultad la previa de un Súper. Y más con esta explosión, nafta al incendio. Con un paraguayo que, concentrado con su selección en Asunción, se largó a confesar cosas que hasta el momento ningún otro compañero se había atrevido. Puertas adentro sorprendió este boom por la potencia de las acusaciones al ídolo, ese ídolo que últimamente hasta genera el enojo de algunos hinchas. JC Cáceres fue el vocero oficial de lo que piensan otros jugadores que siempre se manejaron con críticas fuera de micrófono, que alguna vez se hicieron públicas pero anónimas. Lo hizo en una radio de su país (Punto Penal, de Caritas), tal vez sin tomar conciencia de la repercusión. Sí, hay una interna caliente, a la altura de los Halcones y Palomas y del cabaret patentado por Latorre.
Por la tarde el 10 se enteró de algo inédito: que un compañero acuse a otro. Y desde su casa en Don Torcuato decidió copar la parada en Fox Sports y en Canal 13. Justo cuando por la mañana el vice Beraldi había pedido que se hablaran puertas adentro los problemas internos... Antes de que Riquelme saliera a responder, como nunca, en las oficinas de la Bombonera ardían por Cáceres: estaban preocupados por los problemas de convivencia, pero no se esperaban esta bomba. Después escucharon a Riquelme, con un discurso planificado. No contestó todo. Aprovechó para repetir su amor por Boca, ningunear a Cáceres y pintar un mundo de colores en el vestuario, con pocas amistades pero sin ninguno de los tantos problemas a los que se lo vincula. Repitió que no es el dueño del club, aunque está claro que Pompilio lo trajo estratégicamente para tener un líder y que para Ischia es intocable. Ayer por primera vez lo tocaron. Y cómo... Volvió el (Tea)cabaret.
Que sirva para darse cuenta ALEJANDRO DOLINA. Artista, escritor. |
La verdad, de lo que pase dentro del plantel no sé mucho. Este cruce tendrán que arreglarlo los dos protagonistas. Seguramente que entre los dos futbolistas me quedaré con Riquelme, un jugador inolvidable, antes que con Cáceres, que por ahí en muchos años uno lo confundirá con otro Cáceres... Pero no puedo hablar mucho más: no sé quién es el bueno y quién es el malo de esta historia. Sólo sé que esto no le hace nada bien a Boca. Pero Boca está mal hace rato, y por ahí esto sirve para que algunos vean que no está bien, que la gente no está contenta. Porque parece que Boca tuviera una guardia pretoriana en el periodismo que dice que juega bien, y está jugando mal hace bastante.
Cáceres se equivocó feo Miguel Ángel Cherutti. Humorista. |
Como hincha de Boca, creo que no está bien que Cáceres haya hecho públicas sus diferencias con Román. Estas cosas afectan la convivencia del grupo en general y hace que la palabra "cabaret" vuelva a sonar cerca de La Boca y eso no nos trae buenos recuerdos a los hinchas. Hacer lo que hizo Cáceres es armar puterío, porque cuando uno mediatiza los problemas se desnaturaliza todo. Basta de todo eso. Muchachos, esto es Boca y Boca es grande de verdad y estas cosas no pueden pasar. Creo que este muchacho Cáceres se equivocó y me parece que debería darse cuenta de que Riquelme es Riquelme y no olvidarse de lo que le dio a Boca. Y entre los dos... no hay dudas quién gana.
Basta, sean profesionales FABIAN GIANOLA. Actor, conductor. |
Este es un puterío que deberán arreglar entre ellos dos. Cáceres, seguro, se portó pésimo: esas cosas se hablan adentro, no afuera. Es un pelotudo por hablar demás, y Riquelme es difícil, tiene que aflojar con eso de ser estrella. Que se dejen todos de romper las bolas, que sean profesionales. Esta pelea es poco profesional y absurda. Que no rompan más... Le están complicando la vida a un buen tipo como Ischia. Estos jugadores entran a la cancha como enojados... Este equipo no es solidario. Ahora viene el superclásico y si no ganan se tiene que ir todos. Pero ojo: esta situación se puede recomponer. Con Bianchi estaban peleados Riquelme y Guille, pero ganaban, nadie jodía.
Hoy, estar en contra del 10 es ser anti Boca MARCELO GUERRERO | mguerrero@ole.com.ar
La felicidad por el pase a cuartos de la Sudamericana, conseguido con decisivo aporte de los pibes más prometedores, duró menos que popularidad de político: alrededor de 36 horas. La exclusión de Caranta nubló el horizonte, la derrota con el club de Verón trajo precipitaciones y ayer se largó la tormenta. Con lo que dijo Cáceres, además, ni siquiera hay paraguas para taparse. La pelea del ex River con Riquelme carece de equivalencia: un apenas llegado -de actuaciones inferiores a las de Silvestre, para dar un ejemplo casero, con más goles en contra que a favor- frente a uno de los más grandes de la historia xeneize.
Son muchos los hinchas convencidos de que las actuales desventuras de Boca son responsabilidad del 10. Entre ellos están los que hasta el 24 de agosto criticaban a Palermo y ahora lo extrañan, los que hasta el 31 de diciembre defenestraban a Russo y ya lo elogian, los que antes desconfiaban de Abbondanzieri... Podemos definirlos como militantes del inconformismo. También están los que se escandalizan por la excesiva influencia de Riquelme. Muchachos, ¿ustedes creen que las opiniones de Nalbandian, Ginóbili, Pichot o Lucha Aymar valen como las de Calleri, Prigioni, Albacete o Carla Rebecchi respectivamente? Sucede en todos los grupos. ¿O Bilardo trataba sin diferencias a Maradona y Pasculli?
El trípode plantel, cuerpo técnico y dirigencia tiene hoy en Boca nombres propios y fechas de duración. Riquelme sigue hasta mitad del 2010 (a propósito: si alguien conoce uno mejor que lo recomiende). Ischia se queda hasta diciembre y para cambiar a Pompilio hay que esperar tres años. Si el capitán juega mal con Argentinos, se lo critica, y si algún compañero le quiere plantear algo, lo hace en el vestuario. Si el DT equivoca su plan en Mendoza, se le reprocha. Y si el presidente deja ir a cuatro laterales izquierdos jóvenes y retiene a Krupoviesa lesionado, se lo cuestiona. Pero esta gente merece respeto, porque representa a Boca y, desde el 98, ayudó bastante para transformarlo en un equipo de prestigio mundial. A 11 días de ir al Liberti, el plantel debe cerrar filas para llegar deportivamente fuerte y seguro al desafío. Para Boca, sépanlo, ganarle a River es más importante que el sueldo europeo de Riquelme, los dibujos tácticos de Ischia y las ideas marketineras de Pompilio.
¿Por qué no lo quieren?
Riquelme, con el aval de Ischia y de la dirigencia, goza de un poder y de ciertos privilegios que molestan, junto con sus actitudes, a varios integrantes del plantel. El episodio ocurrió en el lobby del hotel Ros Tower de Rosario, donde se alojó Boca para el partido con Newell's. Una madre se acercó a una persona muy importante de la delegación y le pidió una foto con su hijo. El nene, con cara de enojado, no quería, y ese integrante del plantel preguntó por su nombre. "Román", contestó la mamá. "Ahhh, ahora entiendo... Con esa cara es un Román auténtico, ja".
La anécdota, por más graciosa, pinta cómo lo ven a Riquelme puertas adentro. Aunque el gesto de su rostro es lo de menos. Con el ceño fruncido o con la mejor sonrisa, hay actitudes del 10 que no caen bien en el plantel. Las declaraciones de Cáceres son compartidas por muchos jugadores, aunque nadie se atreva a declarar como el paraguayo y se escuden en las charlas informales con los periodistas. Ahora, alguien querido por los hinchas, ¿por qué no es querido por sus compañeros?
Con el ego potenciado por sus innegables cualidades futbolísticas y con un contrato de 3.000.000 de euros anuales, se transformó lógicamente en un líder con ciertos privilegios, concedidos por Ischia y avalados por la dirigencia. La primera muestra de su poder, en su vuelta al club, la dio en Japón (con Russo sacándose el traje de técnico), cuando le pidió a Pompilio que no trajera como DT a Guillermo, con quien nunca tuvo feeling.
"Yo no soy el dueño del club", repite cada vez que su nombre aparece envuelto en una polémica. Pero si bien no toma decisiones, sus palabras tienen peso. El mismo, sin consultarlo, decidió ir con la Selección Sub 23 a los Juegos Olímpicos, en una actitud que no cayó muy bien en los dirigentes. Como así tampoco que, un tiempito antes, en la primera semifinal de la Libertadores con Fluminense, tuviera una fuerte discusión con Migliore en el vestuario que casi termina a las piñas. Ese hecho fue una de las cosas que generó un distanciamiento con Palermo, más allá de que ambos, inteligentemente, le hayan bajado los decibeles a la ruptura de ese matrimonio por conveniencia. Justamente, el 9 es el otro referente en el vestuario aunque hoy esté lesionado. Ibarra, el tercer histórico, tiene una ascendencia menor en sus pares debido a su perfil. Pero el Negro es el hombre más cercano a JR dentro del grupo. Según Román, "junto con Delgado, son los únicos amigos que tuve en Boca en 12 años".
¿Cómo se lo ve en los entrenamientos? Solitario. Ultimamente hizo migas con Damián Díaz. A veces anda con Ibarra. Pero no suele participar del loco que hace el resto. Distante, callado, es de tomar mates con los utileros y habla poco y nada con el grupo. Sin embargo, en las últimas semanas, adoptó una política propia de un líder positivo: invitó a comer a los más jóvenes. El acercamiento, en realidad, esconde su intención de agrupar bajo su ala a un sector del plantel. Pero el resto no tiene mucho diálogo con él aunque lo respetan demasiado. Tanto que nadie se anima a decir públicamente lo que sí comentan por lo bajo.
¿Qué les molesta? Específicamente, algunas atribuciones. Que llegue más tarde a una práctica o que no siempre baje a cenar en la concentración, hechos que son sinónimo de multa, según el código de convivencia interno. Pero lo que más les fastidia a algunos son ciertas actitudes. Por ejemplo, a Caranta no le gustó que Román, en el verano, señalara a Carrizo como "el mejor arquero del país". O que se filtrara la charla de Riquelme con Abbondanzieri, a mitad de año, en la que el 10 le pedía al Pato que volviera a Boca. O que, en pleno vestuario y delante de varios compañeros, JR lo ninguneara ante una opinión sobre el Manchester por "no saber nada de fútbol". Ambos discutieron en el entretiempo con Tigre y aunque la voz oficial lo niegue, las diferencias con Román fueron uno de los temas de charla entre Caranta e Ischia en la ya famosa reunión del viernes.
También es cierto que al arquero y a los defensores les cayeron mal algunos cuestionamientos futbolísticos del enganche. El 1, el 2 (Cáceres) y el 3 (Morel) no son de su agrado. Por algo quiso como refuerzos al Pato, a Schiavi y a Clemente. Y tanto Caranta como los dos paraguayos lo saben. Con Morel, de hecho, discutió tras el empate con Argentinos. Pero para Román, esta forma de relacionarse entra dentro de su lógica. "Mis amigos son los del barrio. Con mis compañeros juego al fútbol para ganar los domingos", es una de sus frases de cabecera.
Es verdad, como Riquelme declaró anoche, que a Dátolo le aconsejó en enero que no se fuera a Chile. "Román me dijo que si le hago caso, voy a ser titular", declaró Jesús. Poco después, le sacó el puesto a Cardozo. Lo llamativo es que, hasta mediados de año, Dátolo y Román estaban siempre juntos y en este semestre prácticamente ni se cruzan. Ahora, que Boca juegue mal no es culpa exclusiva de Riquelme. Que haya problemas internos no es responsabilidad de Román. Que tenga un poder mayor al que le correspondería no es asunto del 10. Y la gente lo quiere. Todo lo contrario a sus compañeros.
saludos
realeagle
Disparen contra Riquelme
Julio Cáceres le apuntó al N° 10: "Es una persona complicada, difícil de manejar...; si no estás motivado, debés dar un paso al costado"; la mayor parte del plantel xeneize está molesto con el volante, pero no lo dice; el entrenador Carlos Ischia y Mauricio Caranta, en el medio del estallido
Quebrado. Así está el plantel de Boca. Las tres derrotas sufridas en los últimos cuatro partidos del Apertura generaron un revuelo insospechado, que desembocó en explosivas declaraciones de Julio César Cáceres contra Juan Román Riquelme. El detonante lo activó el defensor desde Asunción, donde está con el seleccionado paraguayo, en declaraciones a Radio Cáritas. Hablaba con periodistas de su país sobre los problemas del equipo xeneize y el desgaste físico del zaguero entre los compromisos locales y los internacionales, hasta que le preguntaron:
-Lo que son los resultados en Boca. Porque perdieron y ahora aparecen rumores, como lo que pasó con el arquero (por Caranta), que dicen que está enfrentado con Riquelme... -Riquelme es una persona complicada, difícil de manejar. En los partidos algunos compañeros se molestan por sus actitudes. En unos aparenta correr; en otros aparenta estar pasivo. Y levanta rumores de los mismos compañeros. Hubo muchas versiones. Dicen que el arquero pidió no jugar, pero ningún jugador en Boca pediría no jugar. No se aclaró bien.
-¿A qué atribuís que Riquelme tenga tantos altibajos en su nivel? -Y él volvió de ganar la medalla de oro un miércoles y quiso jugar la final de la Recopa con Arsenal. Jugó lo normal, digamos. Marcó el empate. Dimos la vuelta. Es un privilegio para uno ganar la medalla de oro en un Juego Olímpico y volver y tener un partido casi servido como para poder entrar, jugar y dar otra vuelta. El hizo todo eso y fue convocado nuevamente a la selección. Puedo decir que a lo mejor está cansado o fatigado mentalmente. Dicen que Riquelme pide a tal jugador o porque apoya a éste o porque está motivado por jugar en su selección más que en Boca.
"Yo también lo noto así. Porque en algunos partidos de la selección se movió en forma diferente en la cancha. En Boca es un poco más pasivo. En cualquier momento te puede dar un pase de gol o definir un partido, pero le está costando ahora muchísimo. Porque no ha alcanzado el nivel que normalmente da. Y él se está dejando llevar por este ritmo. Debería estar un poquito mejor en lo anímico, trabajar un poco más. Es un jugador que ganó prácticamente todo. Y si por ahí en el fútbol uno no tiene motivación, debe dar un paso al costado. Porque el fútbol es el presente, el día a día. Hay que tener siempre la motivación de jugar. Por ahí gracias a su esfuerzo anterior no necesitará económicamente. En el fútbol hay que tener motivación y deseo de ayudar a sus compañeros. Todos tienen que dar lo mejor.
"La diferencia que yo encontré en Riquelme y Palermo es ésa. Desde que llegué, Palermo, que tiene 34 años, hace la pretemporada a la par de chicos de 17. Eso te sorprende porque es un tipo que en Boca ha ganado todo. Siempre se ha motivado. Es diferente. Tiene un carácter fuerte. Pero es como para manejar un grupo. Nunca tiene mala cara para trabajar. Siempre está primero y está en la punta del grupo. Si hacés diez pasadas él hace las diez sin decir nada. Esas son las diferencias entre esas dos personas. Y ambos son figuras importantes. "Hay un poco de remordimiento entre un compañero y otro y por ahí no están saliendo las cosas. No hay una unión completa en el vestuario. Aparenta eso. Por ahí no está habiendo un acuerdo total entre los jugadores. Entre Román, que maneja el grupo. El pensamiento de otros es diferente".
Ante semejante cuadro, Riquelme no tardó en aparecer. Lo hizo en Fox Sports y Canal 13: "Al club le di todo y ojalá le pueda dar más. Me siento agobiado por lo que pasa. Parece que si alguien se dobla un tobillo es culpa de Riquelme. Lo que se dijo de Dátolo me causaba risa. En enero se estaba por ir a Chile y se quedó y comenzó a levantar su nivel. Decían que era gracias a Riquelme, que lo aconsejó bien. Pero lo de Cáceres no me causa risa; él no le dio nada a Boca. Puede ser que no le caiga simpático a algunos. Escuché lo que dijo, pero si dice eso es porque no quiere estar más en Boca. Si se fue mal de todos los clubes. Se perdieron todos los códigos. Esto debería hablarse en el vestuario. Cuando la gente decía que jugaba mal, el pel... que dijo que Cáceres era el mejor central del país fue Riquelme. No sé; lo habrá dicho para que se hable de esto y no de lo mal que está jugando. Yo no soy el dueño del club. No me hace falta tener amigos. Hace 12 años que conozco el vestuario de Boca y sólo me hice amigo de Ibarra y el Chelo Delgado. El club sabe cómo soy. No tengo nada que demostrarle a nadie".
Antes, Cáceres vio la repercusión que habían tomado sus declaraciones y por la noche buscó calmar los ánimos en Radio Mitre: "Quise decir..." ; "En realidad..." , fueron los latiguillos más repetidos, aunque fue más allá: "Nunca dije que tenía que dar un paso al costado. Me imagino que Riquelme se va a reír cuando lea mis declaraciones. Sabe que no creo problemas. Si lo que dije va a traer lío, tendré que hablar a la vuelta con Román. El tema es que no tenemos mucha comunicación. Siempre está callado. Prácticamente es el dueño del equipo, pero la culpa se nos echa a nosotros. No sé qué pasará conmigo. Hablaré con Román, espero que todo marche como hasta ahora. O no jugaré..." El paraguayo no hizo otra cosa que confirmar el enojo de varios futbolistas con Riquelme. Marcó diferencias con Palermo, defendió a Caranta y hasta le sugirió que lo mejor sería un "paso al costado" sino está motivado.
¿Si Riquelme tuvo que ver en la exclusión del arquero? Fue algo que se instaló también, pero Caranta dice una cosa fuera de micrófono y otra ante los medios. No reconoce que se molestó porque el enganche dijo que Carrizo era el mejor arquero de la Argentina o cuando tanteó a Roberto Abbondanzieri para que volviera. Tampoco hay feeling con Palermo (todos consideran al N° 9 un líder positivo), Battaglia, Palacio ni Morel Rodríguez. Ni siquiera se lleva bien con Dátolo, con quien alguna vez tuvo relación. Lo negó, pero fue Riquelme quien se negó a que Guillermo Barros Schelotto fuera DT de Boca en diciembre de 2007. Riquelme fue claro: sólo es amigo de Ibarra y Delgado. Hoy, además de Damián Díaz, tiene relación con Javier García, Pablo Mouche y algunos juveniles, como Lucas Viatri, pero está distanciado del resto. Aunque todos lo callen.
Teacabaret
Boca es un infierno: Cáceres dijo lo que muchos no se animan sobre Riquelme y el 10 lo destrozó. La interna del plantel está en llamas. ¿Alguien se acuerda de Caranta...? ¿Qué, mirá lo que dijo Cáceres?!" Esta pregunta-sentencia se repitió en Boca, en la calle, en todos lados, por la violencia de las palabras. También por el momento, porque el equipo viene en caída y encima, más allá de las Eliminatorias, atraviesa con dificultad la previa de un Súper. Y más con esta explosión, nafta al incendio. Con un paraguayo que, concentrado con su selección en Asunción, se largó a confesar cosas que hasta el momento ningún otro compañero se había atrevido. Puertas adentro sorprendió este boom por la potencia de las acusaciones al ídolo, ese ídolo que últimamente hasta genera el enojo de algunos hinchas. JC Cáceres fue el vocero oficial de lo que piensan otros jugadores que siempre se manejaron con críticas fuera de micrófono, que alguna vez se hicieron públicas pero anónimas. Lo hizo en una radio de su país (Punto Penal, de Caritas), tal vez sin tomar conciencia de la repercusión. Sí, hay una interna caliente, a la altura de los Halcones y Palomas y del cabaret patentado por Latorre.
Por la tarde el 10 se enteró de algo inédito: que un compañero acuse a otro. Y desde su casa en Don Torcuato decidió copar la parada en Fox Sports y en Canal 13. Justo cuando por la mañana el vice Beraldi había pedido que se hablaran puertas adentro los problemas internos... Antes de que Riquelme saliera a responder, como nunca, en las oficinas de la Bombonera ardían por Cáceres: estaban preocupados por los problemas de convivencia, pero no se esperaban esta bomba. Después escucharon a Riquelme, con un discurso planificado. No contestó todo. Aprovechó para repetir su amor por Boca, ningunear a Cáceres y pintar un mundo de colores en el vestuario, con pocas amistades pero sin ninguno de los tantos problemas a los que se lo vincula. Repitió que no es el dueño del club, aunque está claro que Pompilio lo trajo estratégicamente para tener un líder y que para Ischia es intocable. Ayer por primera vez lo tocaron. Y cómo... Volvió el (Tea)cabaret.
Que sirva para darse cuenta ALEJANDRO DOLINA. Artista, escritor. |
La verdad, de lo que pase dentro del plantel no sé mucho. Este cruce tendrán que arreglarlo los dos protagonistas. Seguramente que entre los dos futbolistas me quedaré con Riquelme, un jugador inolvidable, antes que con Cáceres, que por ahí en muchos años uno lo confundirá con otro Cáceres... Pero no puedo hablar mucho más: no sé quién es el bueno y quién es el malo de esta historia. Sólo sé que esto no le hace nada bien a Boca. Pero Boca está mal hace rato, y por ahí esto sirve para que algunos vean que no está bien, que la gente no está contenta. Porque parece que Boca tuviera una guardia pretoriana en el periodismo que dice que juega bien, y está jugando mal hace bastante.
Cáceres se equivocó feo Miguel Ángel Cherutti. Humorista. |
Como hincha de Boca, creo que no está bien que Cáceres haya hecho públicas sus diferencias con Román. Estas cosas afectan la convivencia del grupo en general y hace que la palabra "cabaret" vuelva a sonar cerca de La Boca y eso no nos trae buenos recuerdos a los hinchas. Hacer lo que hizo Cáceres es armar puterío, porque cuando uno mediatiza los problemas se desnaturaliza todo. Basta de todo eso. Muchachos, esto es Boca y Boca es grande de verdad y estas cosas no pueden pasar. Creo que este muchacho Cáceres se equivocó y me parece que debería darse cuenta de que Riquelme es Riquelme y no olvidarse de lo que le dio a Boca. Y entre los dos... no hay dudas quién gana.
Basta, sean profesionales FABIAN GIANOLA. Actor, conductor. |
Este es un puterío que deberán arreglar entre ellos dos. Cáceres, seguro, se portó pésimo: esas cosas se hablan adentro, no afuera. Es un pelotudo por hablar demás, y Riquelme es difícil, tiene que aflojar con eso de ser estrella. Que se dejen todos de romper las bolas, que sean profesionales. Esta pelea es poco profesional y absurda. Que no rompan más... Le están complicando la vida a un buen tipo como Ischia. Estos jugadores entran a la cancha como enojados... Este equipo no es solidario. Ahora viene el superclásico y si no ganan se tiene que ir todos. Pero ojo: esta situación se puede recomponer. Con Bianchi estaban peleados Riquelme y Guille, pero ganaban, nadie jodía.
Hoy, estar en contra del 10 es ser anti Boca MARCELO GUERRERO | mguerrero@ole.com.ar
La felicidad por el pase a cuartos de la Sudamericana, conseguido con decisivo aporte de los pibes más prometedores, duró menos que popularidad de político: alrededor de 36 horas. La exclusión de Caranta nubló el horizonte, la derrota con el club de Verón trajo precipitaciones y ayer se largó la tormenta. Con lo que dijo Cáceres, además, ni siquiera hay paraguas para taparse. La pelea del ex River con Riquelme carece de equivalencia: un apenas llegado -de actuaciones inferiores a las de Silvestre, para dar un ejemplo casero, con más goles en contra que a favor- frente a uno de los más grandes de la historia xeneize.
Son muchos los hinchas convencidos de que las actuales desventuras de Boca son responsabilidad del 10. Entre ellos están los que hasta el 24 de agosto criticaban a Palermo y ahora lo extrañan, los que hasta el 31 de diciembre defenestraban a Russo y ya lo elogian, los que antes desconfiaban de Abbondanzieri... Podemos definirlos como militantes del inconformismo. También están los que se escandalizan por la excesiva influencia de Riquelme. Muchachos, ¿ustedes creen que las opiniones de Nalbandian, Ginóbili, Pichot o Lucha Aymar valen como las de Calleri, Prigioni, Albacete o Carla Rebecchi respectivamente? Sucede en todos los grupos. ¿O Bilardo trataba sin diferencias a Maradona y Pasculli?
El trípode plantel, cuerpo técnico y dirigencia tiene hoy en Boca nombres propios y fechas de duración. Riquelme sigue hasta mitad del 2010 (a propósito: si alguien conoce uno mejor que lo recomiende). Ischia se queda hasta diciembre y para cambiar a Pompilio hay que esperar tres años. Si el capitán juega mal con Argentinos, se lo critica, y si algún compañero le quiere plantear algo, lo hace en el vestuario. Si el DT equivoca su plan en Mendoza, se le reprocha. Y si el presidente deja ir a cuatro laterales izquierdos jóvenes y retiene a Krupoviesa lesionado, se lo cuestiona. Pero esta gente merece respeto, porque representa a Boca y, desde el 98, ayudó bastante para transformarlo en un equipo de prestigio mundial. A 11 días de ir al Liberti, el plantel debe cerrar filas para llegar deportivamente fuerte y seguro al desafío. Para Boca, sépanlo, ganarle a River es más importante que el sueldo europeo de Riquelme, los dibujos tácticos de Ischia y las ideas marketineras de Pompilio.
¿Por qué no lo quieren?
Riquelme, con el aval de Ischia y de la dirigencia, goza de un poder y de ciertos privilegios que molestan, junto con sus actitudes, a varios integrantes del plantel. El episodio ocurrió en el lobby del hotel Ros Tower de Rosario, donde se alojó Boca para el partido con Newell's. Una madre se acercó a una persona muy importante de la delegación y le pidió una foto con su hijo. El nene, con cara de enojado, no quería, y ese integrante del plantel preguntó por su nombre. "Román", contestó la mamá. "Ahhh, ahora entiendo... Con esa cara es un Román auténtico, ja".
La anécdota, por más graciosa, pinta cómo lo ven a Riquelme puertas adentro. Aunque el gesto de su rostro es lo de menos. Con el ceño fruncido o con la mejor sonrisa, hay actitudes del 10 que no caen bien en el plantel. Las declaraciones de Cáceres son compartidas por muchos jugadores, aunque nadie se atreva a declarar como el paraguayo y se escuden en las charlas informales con los periodistas. Ahora, alguien querido por los hinchas, ¿por qué no es querido por sus compañeros?
Con el ego potenciado por sus innegables cualidades futbolísticas y con un contrato de 3.000.000 de euros anuales, se transformó lógicamente en un líder con ciertos privilegios, concedidos por Ischia y avalados por la dirigencia. La primera muestra de su poder, en su vuelta al club, la dio en Japón (con Russo sacándose el traje de técnico), cuando le pidió a Pompilio que no trajera como DT a Guillermo, con quien nunca tuvo feeling.
"Yo no soy el dueño del club", repite cada vez que su nombre aparece envuelto en una polémica. Pero si bien no toma decisiones, sus palabras tienen peso. El mismo, sin consultarlo, decidió ir con la Selección Sub 23 a los Juegos Olímpicos, en una actitud que no cayó muy bien en los dirigentes. Como así tampoco que, un tiempito antes, en la primera semifinal de la Libertadores con Fluminense, tuviera una fuerte discusión con Migliore en el vestuario que casi termina a las piñas. Ese hecho fue una de las cosas que generó un distanciamiento con Palermo, más allá de que ambos, inteligentemente, le hayan bajado los decibeles a la ruptura de ese matrimonio por conveniencia. Justamente, el 9 es el otro referente en el vestuario aunque hoy esté lesionado. Ibarra, el tercer histórico, tiene una ascendencia menor en sus pares debido a su perfil. Pero el Negro es el hombre más cercano a JR dentro del grupo. Según Román, "junto con Delgado, son los únicos amigos que tuve en Boca en 12 años".
¿Cómo se lo ve en los entrenamientos? Solitario. Ultimamente hizo migas con Damián Díaz. A veces anda con Ibarra. Pero no suele participar del loco que hace el resto. Distante, callado, es de tomar mates con los utileros y habla poco y nada con el grupo. Sin embargo, en las últimas semanas, adoptó una política propia de un líder positivo: invitó a comer a los más jóvenes. El acercamiento, en realidad, esconde su intención de agrupar bajo su ala a un sector del plantel. Pero el resto no tiene mucho diálogo con él aunque lo respetan demasiado. Tanto que nadie se anima a decir públicamente lo que sí comentan por lo bajo.
¿Qué les molesta? Específicamente, algunas atribuciones. Que llegue más tarde a una práctica o que no siempre baje a cenar en la concentración, hechos que son sinónimo de multa, según el código de convivencia interno. Pero lo que más les fastidia a algunos son ciertas actitudes. Por ejemplo, a Caranta no le gustó que Román, en el verano, señalara a Carrizo como "el mejor arquero del país". O que se filtrara la charla de Riquelme con Abbondanzieri, a mitad de año, en la que el 10 le pedía al Pato que volviera a Boca. O que, en pleno vestuario y delante de varios compañeros, JR lo ninguneara ante una opinión sobre el Manchester por "no saber nada de fútbol". Ambos discutieron en el entretiempo con Tigre y aunque la voz oficial lo niegue, las diferencias con Román fueron uno de los temas de charla entre Caranta e Ischia en la ya famosa reunión del viernes.
También es cierto que al arquero y a los defensores les cayeron mal algunos cuestionamientos futbolísticos del enganche. El 1, el 2 (Cáceres) y el 3 (Morel) no son de su agrado. Por algo quiso como refuerzos al Pato, a Schiavi y a Clemente. Y tanto Caranta como los dos paraguayos lo saben. Con Morel, de hecho, discutió tras el empate con Argentinos. Pero para Román, esta forma de relacionarse entra dentro de su lógica. "Mis amigos son los del barrio. Con mis compañeros juego al fútbol para ganar los domingos", es una de sus frases de cabecera.
Es verdad, como Riquelme declaró anoche, que a Dátolo le aconsejó en enero que no se fuera a Chile. "Román me dijo que si le hago caso, voy a ser titular", declaró Jesús. Poco después, le sacó el puesto a Cardozo. Lo llamativo es que, hasta mediados de año, Dátolo y Román estaban siempre juntos y en este semestre prácticamente ni se cruzan. Ahora, que Boca juegue mal no es culpa exclusiva de Riquelme. Que haya problemas internos no es responsabilidad de Román. Que tenga un poder mayor al que le correspondería no es asunto del 10. Y la gente lo quiere. Todo lo contrario a sus compañeros.