Post by realeagle on Oct 28, 2008 8:01:23 GMT -5
Un tropezón que abre el juego
La derrota de San Lorenzo, el líder, frente a Racing, motivó a los perseguidores: Tigre está a dos puntos y Boca, que será el rival del Ciclón el próximo domingo, se ubica a cinco unidades; la historia de un torneo que, desde ahora, promete reinventarse. Empezó otro torneo. Bueno, en realidad, es una forma de decir, de describir lo que sucede en este, desde ayer, apasionante Apertura: la transformación llegó al poder. A la cima.
Pero, ¿cómo? ¿San Lorenzo no es el cómodo líder? Sí, claro: lo es. Pero no tan cómodo, eso sí. Pero, ¿Tigre no es el perseguidor de siempre? Sí, por supuesto. Aunque más cerca que nunca. ¿Y Boca? Al final, ¿puede considerarse candidato? Y, tal vez no tanto por su juego, es cierto. Pero esta crónica se relaciona en forma directa con las emociones, con las percepciones. Y, obvio, con los números, que de eso se trata la aventura de salir campeón: el que suma más, gana. En ese sendero, la jornada ofreció un abanico de situaciones que vale la pena resaltar: San Lorenzo perdió con Racing por 2 a 1. Tigre superó a Huracán, un día antes, por 3 a 0. Y Boca batió a Rosario Central por 2 a 1.
Si el triángulo de ambiciosos no se transforma en un rectángulo (¿por qué no Newell?s, por qué no Lanús?), la jornada N° 11 puede marcar una tendencia: el fin de la hegemonía del Ciclón, de su arrollador andar, de sus seis victorias seguidas, de sus cuatro partidos sin goles en contra. De su fantástica campaña con sabor a título. Falta. Todavía falta, parece prevenir la joven expresión de la Academia que bajó a San Lorenzo, hasta hoy, el mejor de todos. ¿Sufrirá el impacto? Apenas el tiempo lo develará. Detrás de su impulso ?tiene un excelente plantel, cuenta con un destacado cuerpo técnico y no parece hundirse frente a la primera adversidad, si se recuerda el debut con derrota ante Tigre?, los demás se entusiasman. Se acomodan.
Tigre estaba cinco puntos debajo y ahora está apenas a dos. Boca estaba ocho unidades debajo y hoy está apenas cinco. Y el domingo que vendrá, le hará una incómoda recepción ?así se estima, al menos? en su casa. Newell?s está a seis. Lanús se sitúa a siete. Los iguala algo: aún no jugaron con el líder. Toda una declaración de esperanza, porque eso ha disparado el tropezón azulgrana.
San Lorenzo, se repite, es el mejor. Lo demostró: tiene mejor plantel que Tigre y no sufre de mareos repentinos como Boca. Del líder depende, entonces, conocer cómo seguirá la aventura por la gloria. Aunque este tropezón, ante un rival inferior, desprovisto de figuras, motiva, acelera el pulso de sus compañeros de aventuras. Tigre, ahora, siente que puede: le ganó a San Lorenzo, en el Bajo Flores (1-0, con un tanto de Jonathan Blanco) y le ganó a Boca, en la Bombonera (3-2, con dos conquistas de Morel y una de Luna). ¿Por qué no, se debería preguntar Martín Morel, el estratego, la revelación del Apertura? Boca es Boca, podría pensar el poderoso. Aun sin brillar, aquel triunfo clásico en Núñez transforma cualquier confusión grupal: hasta Lucas Viatri puede sentirse en la piel de Palermo.
Y hay tres adversarios, demasiado próximos ?la 12a jornada se abrirá y cerrará entre semana? que serán partenaire de lujo de las ambiciones ajenas: Gimnasia visitará a San Lorenzo, el líder; Independiente hará lo mismo contra Tigre, el perseguidor; y Banfield recibirá a Boca, el conjunto que cierra el triángulo de candidatos en este nuevo y apasionante torneo Apertura. Pero, ¿cómo? ¿No es el mismo certamen? Sí, sí: es el mismo Apertura, pero diferente. Más cerrado, más atractivo. En una jornada que abrió una herida en San Lorenzo. Una herida que dos voraces seguidores van a intentar que no cicatrice. Acaso haya más verdugos. El tiempo dirá?
Revivió el Apertura
Racing frenó a San Lorenzo y le puso color a un torneo que ya parecía del Ciclón. Calladito, Tigre le ganó a Huracán como visitante y quedó a dos del líder. Boca sufrió, pero sumó tres y también se acercó. El que la pasa mal es River, que perdió en Jujuy, acumula nueve fechas sin ganar y sigue en el fondo de la tabla.
La victoria de Racing sobre San Lorenzo le puso calor y color al Apertura. El equipo de Llop hizo un gran primer tiempo, aguantó en el complemento y festejó a lo grande en el final. Es que pudo ganar un clásico después de 17 partidos. Avellaneda fue una fiesta, que tuvo repercusiones en Victoria y en La Boca.
Es que Tigre y Boca, sus escoltas, acortaron distancias con el equipo de Russo, y se ilusionan con llegar a lo más alto. Mientras tanto, River no levanta cabeza: perdió contra Gimnasia en Jujuy y navega en el fondo de la tabla.
De la mano de un inspirado Maxi Moralez, Racing adormeció a un tibio San Lorenzo y resolvió el asunto rápidamente. A los 18 minutos, la Academia estaba 2-0. Tuvo varias posibilidades para ampliar el marcador y disfrutar con tranquilidad del triunfo. Pero Racing no sabe lo que es ganar sin sufrir. El descuento de Aureliano Torres le puso emoción a un clásico que se tiñó de celeste y blanco. El Ciclón perdió tras seis victorias al hilo, sigue arriba y en dos fechas se las verá con Boca en La Bombonera.
Justamente el equipo de Ischia viene de atrás, empujando. Gana con lo justo, y no se da por vencido. Ayer consiguió una agónica victoria ante Central gracias al aporte de dos de sus juveniles: Viatri y Gaitán, los goleadores de Boca, que ya está a cinco de la punta. También Tigre le respira en la nuca al puntero: 3-0 como visitante contra Huracán para mantener la ilusión.
En el fondo, River sigue dando pena. Simeone puso en la cancha un equipo novedoso con varios jugadores que no son titulares pero el resultado fue el mismo: derrota y desorientación. El Lobo jujeño aprovechó una desatención defensiva del Millonario y se llevó tres puntos de oro para engrosar su flaco promedio. Además, Vélez sufrió una dura derrota como local ante Colón, que jugó un fútbol de alto vuelo en Liniers, y Lanús y Godoy Cruz regalaron el mejor encuentro de la jornada: fue 4-3 para los de Zubeldía.
La figura: Maxi Moralez, de Racing. El jugador más desequilibrante del clásico fue una verdadera pesadilla para la defensa de San Lorenzo. Participó en la jugada del primer gol y luego le cometieron el penal (dudoso) que él mismo convirtió. Dejó la cancha a cuatro minutos del final y se ganó una merecida ovación.
El golazo: Rubén Ramírez, de Colón a Vélez. Fue el segundo de su equipo y el segundo de su cuenta personal. Excelente combinación entre Fuertes y Torres (con gambetas y tacos) que el delantero rubricó con una bonita definición ante la salida de Barovera. Un gol de papi fútbol.
El arquero: : Mariano Andújar. El arquero sostuvo el empate de Estudiantes ante Newell's en Rosario. En el primer tiempo le ahogó el grito de gol a Fabbiani, Machín y Vangioni con atajadas espectaculares en una cancha mojada. No tuvo problemas en el juego aéreo y fue el responsable de que su equipo no se volviera con las manos vacías.
Lo mejor: Lanús 4 – Godoy Cruz 3. Lluvia de goles en el Sur. El local, de la mano de un Sand muy filoso, parecía que lo tenía liquidado. Estaba 4-1 y se floreaba ante los mendocinos. Pero el Tomba reaccionó gracias a los errores de la defensa del Granate y hubo emoción hasta el pitazo final.
Lo peor: Arsenal y su paso por Tucumán. El técnico Garnero planteó el partido con cinco defensores y tres volantes defensivos para jugar contra San Martín. Un esquema demasiado conservador. Ni siquiera el gol de Vega provocó un cambio. La campaña del equipo del Viaducto como visitante es floja.
El árbitro: Diego Abal hizo un buen partido en Gimnasia (J)-River. Estuvo correcto en las cuatro amarillas que sacó, y resolvió bien las jugadas de posición adelantada.
La polémica: En La Plata, Gimnasia y Banfield terminaron 0-0. Pero en la última acción del primer tiempo, Nasuti conectó de cabeza en el segundo palo y festejó. Pero Lunati aceptó la señal del línea Lechner y anuló el gol por un supuesto offside. 'Fue? Dudas, muchas dudas.
Lo curioso: el segundo gol de Tigre, ante Huracán. Nació en un lateral desde la derecha. La pelota cruzó toda el área superando el salto de los defensores y de los delanteros. Ni siquiera el arquero Limia pudo cortar la jugada. En el segundo palo, Giménez se tiró en palomita y festejó. Increíble.
La frase: "Racing nos ganó bien. Nuestro déficit fue el nivel de juego colectivo", admitió Miguel Angel Russo tras la derrota de San Lorenzo.
La derrota de San Lorenzo, el líder, frente a Racing, motivó a los perseguidores: Tigre está a dos puntos y Boca, que será el rival del Ciclón el próximo domingo, se ubica a cinco unidades; la historia de un torneo que, desde ahora, promete reinventarse. Empezó otro torneo. Bueno, en realidad, es una forma de decir, de describir lo que sucede en este, desde ayer, apasionante Apertura: la transformación llegó al poder. A la cima.
Pero, ¿cómo? ¿San Lorenzo no es el cómodo líder? Sí, claro: lo es. Pero no tan cómodo, eso sí. Pero, ¿Tigre no es el perseguidor de siempre? Sí, por supuesto. Aunque más cerca que nunca. ¿Y Boca? Al final, ¿puede considerarse candidato? Y, tal vez no tanto por su juego, es cierto. Pero esta crónica se relaciona en forma directa con las emociones, con las percepciones. Y, obvio, con los números, que de eso se trata la aventura de salir campeón: el que suma más, gana. En ese sendero, la jornada ofreció un abanico de situaciones que vale la pena resaltar: San Lorenzo perdió con Racing por 2 a 1. Tigre superó a Huracán, un día antes, por 3 a 0. Y Boca batió a Rosario Central por 2 a 1.
Si el triángulo de ambiciosos no se transforma en un rectángulo (¿por qué no Newell?s, por qué no Lanús?), la jornada N° 11 puede marcar una tendencia: el fin de la hegemonía del Ciclón, de su arrollador andar, de sus seis victorias seguidas, de sus cuatro partidos sin goles en contra. De su fantástica campaña con sabor a título. Falta. Todavía falta, parece prevenir la joven expresión de la Academia que bajó a San Lorenzo, hasta hoy, el mejor de todos. ¿Sufrirá el impacto? Apenas el tiempo lo develará. Detrás de su impulso ?tiene un excelente plantel, cuenta con un destacado cuerpo técnico y no parece hundirse frente a la primera adversidad, si se recuerda el debut con derrota ante Tigre?, los demás se entusiasman. Se acomodan.
Tigre estaba cinco puntos debajo y ahora está apenas a dos. Boca estaba ocho unidades debajo y hoy está apenas cinco. Y el domingo que vendrá, le hará una incómoda recepción ?así se estima, al menos? en su casa. Newell?s está a seis. Lanús se sitúa a siete. Los iguala algo: aún no jugaron con el líder. Toda una declaración de esperanza, porque eso ha disparado el tropezón azulgrana.
San Lorenzo, se repite, es el mejor. Lo demostró: tiene mejor plantel que Tigre y no sufre de mareos repentinos como Boca. Del líder depende, entonces, conocer cómo seguirá la aventura por la gloria. Aunque este tropezón, ante un rival inferior, desprovisto de figuras, motiva, acelera el pulso de sus compañeros de aventuras. Tigre, ahora, siente que puede: le ganó a San Lorenzo, en el Bajo Flores (1-0, con un tanto de Jonathan Blanco) y le ganó a Boca, en la Bombonera (3-2, con dos conquistas de Morel y una de Luna). ¿Por qué no, se debería preguntar Martín Morel, el estratego, la revelación del Apertura? Boca es Boca, podría pensar el poderoso. Aun sin brillar, aquel triunfo clásico en Núñez transforma cualquier confusión grupal: hasta Lucas Viatri puede sentirse en la piel de Palermo.
Y hay tres adversarios, demasiado próximos ?la 12a jornada se abrirá y cerrará entre semana? que serán partenaire de lujo de las ambiciones ajenas: Gimnasia visitará a San Lorenzo, el líder; Independiente hará lo mismo contra Tigre, el perseguidor; y Banfield recibirá a Boca, el conjunto que cierra el triángulo de candidatos en este nuevo y apasionante torneo Apertura. Pero, ¿cómo? ¿No es el mismo certamen? Sí, sí: es el mismo Apertura, pero diferente. Más cerrado, más atractivo. En una jornada que abrió una herida en San Lorenzo. Una herida que dos voraces seguidores van a intentar que no cicatrice. Acaso haya más verdugos. El tiempo dirá?
Revivió el Apertura
Racing frenó a San Lorenzo y le puso color a un torneo que ya parecía del Ciclón. Calladito, Tigre le ganó a Huracán como visitante y quedó a dos del líder. Boca sufrió, pero sumó tres y también se acercó. El que la pasa mal es River, que perdió en Jujuy, acumula nueve fechas sin ganar y sigue en el fondo de la tabla.
La victoria de Racing sobre San Lorenzo le puso calor y color al Apertura. El equipo de Llop hizo un gran primer tiempo, aguantó en el complemento y festejó a lo grande en el final. Es que pudo ganar un clásico después de 17 partidos. Avellaneda fue una fiesta, que tuvo repercusiones en Victoria y en La Boca.
Es que Tigre y Boca, sus escoltas, acortaron distancias con el equipo de Russo, y se ilusionan con llegar a lo más alto. Mientras tanto, River no levanta cabeza: perdió contra Gimnasia en Jujuy y navega en el fondo de la tabla.
De la mano de un inspirado Maxi Moralez, Racing adormeció a un tibio San Lorenzo y resolvió el asunto rápidamente. A los 18 minutos, la Academia estaba 2-0. Tuvo varias posibilidades para ampliar el marcador y disfrutar con tranquilidad del triunfo. Pero Racing no sabe lo que es ganar sin sufrir. El descuento de Aureliano Torres le puso emoción a un clásico que se tiñó de celeste y blanco. El Ciclón perdió tras seis victorias al hilo, sigue arriba y en dos fechas se las verá con Boca en La Bombonera.
Justamente el equipo de Ischia viene de atrás, empujando. Gana con lo justo, y no se da por vencido. Ayer consiguió una agónica victoria ante Central gracias al aporte de dos de sus juveniles: Viatri y Gaitán, los goleadores de Boca, que ya está a cinco de la punta. También Tigre le respira en la nuca al puntero: 3-0 como visitante contra Huracán para mantener la ilusión.
En el fondo, River sigue dando pena. Simeone puso en la cancha un equipo novedoso con varios jugadores que no son titulares pero el resultado fue el mismo: derrota y desorientación. El Lobo jujeño aprovechó una desatención defensiva del Millonario y se llevó tres puntos de oro para engrosar su flaco promedio. Además, Vélez sufrió una dura derrota como local ante Colón, que jugó un fútbol de alto vuelo en Liniers, y Lanús y Godoy Cruz regalaron el mejor encuentro de la jornada: fue 4-3 para los de Zubeldía.
La figura: Maxi Moralez, de Racing. El jugador más desequilibrante del clásico fue una verdadera pesadilla para la defensa de San Lorenzo. Participó en la jugada del primer gol y luego le cometieron el penal (dudoso) que él mismo convirtió. Dejó la cancha a cuatro minutos del final y se ganó una merecida ovación.
El golazo: Rubén Ramírez, de Colón a Vélez. Fue el segundo de su equipo y el segundo de su cuenta personal. Excelente combinación entre Fuertes y Torres (con gambetas y tacos) que el delantero rubricó con una bonita definición ante la salida de Barovera. Un gol de papi fútbol.
El arquero: : Mariano Andújar. El arquero sostuvo el empate de Estudiantes ante Newell's en Rosario. En el primer tiempo le ahogó el grito de gol a Fabbiani, Machín y Vangioni con atajadas espectaculares en una cancha mojada. No tuvo problemas en el juego aéreo y fue el responsable de que su equipo no se volviera con las manos vacías.
Lo mejor: Lanús 4 – Godoy Cruz 3. Lluvia de goles en el Sur. El local, de la mano de un Sand muy filoso, parecía que lo tenía liquidado. Estaba 4-1 y se floreaba ante los mendocinos. Pero el Tomba reaccionó gracias a los errores de la defensa del Granate y hubo emoción hasta el pitazo final.
Lo peor: Arsenal y su paso por Tucumán. El técnico Garnero planteó el partido con cinco defensores y tres volantes defensivos para jugar contra San Martín. Un esquema demasiado conservador. Ni siquiera el gol de Vega provocó un cambio. La campaña del equipo del Viaducto como visitante es floja.
El árbitro: Diego Abal hizo un buen partido en Gimnasia (J)-River. Estuvo correcto en las cuatro amarillas que sacó, y resolvió bien las jugadas de posición adelantada.
La polémica: En La Plata, Gimnasia y Banfield terminaron 0-0. Pero en la última acción del primer tiempo, Nasuti conectó de cabeza en el segundo palo y festejó. Pero Lunati aceptó la señal del línea Lechner y anuló el gol por un supuesto offside. 'Fue? Dudas, muchas dudas.
Lo curioso: el segundo gol de Tigre, ante Huracán. Nació en un lateral desde la derecha. La pelota cruzó toda el área superando el salto de los defensores y de los delanteros. Ni siquiera el arquero Limia pudo cortar la jugada. En el segundo palo, Giménez se tiró en palomita y festejó. Increíble.
La frase: "Racing nos ganó bien. Nuestro déficit fue el nivel de juego colectivo", admitió Miguel Angel Russo tras la derrota de San Lorenzo.