Post by realeagle on Dec 2, 2008 8:14:02 GMT -5
Romántico y enamorado
Así está Boca, el único líder del torneo. Venció a Racing con un Riquelme brillante y un arbitraje polémico. Tigre lo persigue de cerca tras derrotar a River. Lanús también acecha y al clásico de Boedo lo tapó el agua. Quedan dos jornadas donde puede pasar de todo. Boca mantuvo el paso ganador, en la Bombonera, y también la punta del Apertura. Venció a Racing en un clásico caliente por 2-1 con dos goles de Juan Román Riquelme. Ahora el equipo de Carlos Ischia tiene 35 puntos y manda en las posiciones cuando quedan dos fechas para el cierre. Pero en un campeonato que hasta aquí fue tan cambiante, queda la sensación de que cualquiera de los de arriba todavía puede quedarse con el título.
Es que Tigre lo persigue a tan solo dos puntos y mantiene su buen rendimiento. Derrotó a River (sigue último) en Victoria por 3-1 y se permite soñar. A un lado quedaron las sospechas de que los jugadores millonarios iban a ir para atrás. River fue al frente con todas sus fuerzas, el problema es que son escasas. El silencioso Lanús también está a tiro. Se puso a cuatro puntos con la victoria por 2-1 sobre Arsenal. Le costó más de la cuenta al equipo de Luis Zubeldía, arrancó abajo en su cancha, pero lo pudo dar vuelta a través de un Sebastián Blanco desequilibrante.
Por último, el clásico de Boedo quedó suspendido a los 16 minutos del primer tiempo por la lluvia torrencial que cayó sobre la Bombonera, el sábado. Saúl Laverni decidió no seguir jugando, con razón. Sin embargo en ese poquito tiempo que se jugó pasó de todo: gol de Paolo Goltz para poner en ventaja al Globo y expulsión de Pastore para dejarlo con diez. Completan mañana. Además... Independiente volvió a perder, esta vez como local por 1-0 ante Banfield. Gimnasia, en el Bosque, obtuvo un triunfo importantísimo 1-0 a Colón con gol del joven Denis Stracqualursi. En un duelo clave por la permanencia, Gimnasia de Jujuy puso en zona de descenso directo a San Martín (T): 1-0, con gol de Loeschbor. Argentinos y Central, sin goles en La Paternal, y Newell's se lo ganó de rebote a Vélez en Rosario. También 1-0 con un tanto de Insaurralde. Godoy Cruz-Estudiantes, quedó postergado para el 10 de diciembre.
La figura: Juan Román Riquelme. Metió los dos goles de Boca en un clásico con mucha pimienta. No se achicó en el penal a pesar de que venía de fallar uno en Tucumán y que Pablo Migliore, ex compañero, intentó ponerlo nervioso. En el segundo tiempo, destrabó el partido con una volea bárbara y le fue a gritar el tanto a un platéista que lo había insultado. Ordena, juega, habla, hace goles y mantiene a Boca en la punta. El golazo: El segundo de Lanús. Gran jugada personal de Sebastián Blanco, pared con Sand y definición ante Campestrini. Un gran gol de un gran jugador que le valió la victoria a Lanús ante Arsenal. El arquero: Daniel Islas. Tapó varias pelotas clave para mantener lejos en el marcador a River. De arranque no pudo con un tiro libre espectacular de Salcedo, pero sobre el final tuvo una doble atajada espectacular a Falcao, después Bardaro cerró el 3-1. El error: El primer gol de Lanús. Centro de Diego Lagos desde la derecha. Campestrini sale a cortar, pero lo anticipan en el primer palo. ¿Quién fue? Javier Gandolfi, uno de sus defensores. Gol en contra de Arsenal.
Lo mejor: El acierto de Diego Cagna. Dejó en el banco a Leandro Lazzaro y se la jugó por Carlos Luna. El Chino estuvo imparable y marcó los dos primeros goles de Tigre en Victoria, los que dieron vuelta el resultado ante River. Lo peor: Horrible 0-0 en La Paternal entre Argentinos y Rosario Central. Se despertaron al final y encima fallaron en la definición. Dolor de ojos. La polémica: Todas en Boca-Racing. Pablo Lunati fue muy cuestionado en el clásico. Cobró un penal de Migliore a Figueroa que no existió. Le reclamaron, en el complemento, un penal a Maxi Moralez y otro a Lugüercio. Dejaron dudas, pero si se los compara con el que sí cobró... Además, debió amonestar a Battaglia que pegó dos patadones. Pero el cinco se fue limpito y sigue acumulando cuatro amarillas. Lo curioso: Denis Stracqualursi. El joven delantero por el que apostó Leonardo Madelón le dio la victoria a Gimnasia en el Bosque sobre Colón. Es santafesino, fanático del Sabalero y tiene tatuado el escudo en su gemelo derecho. Pero de cabeza estampó el 1-0 final. Un pibe que la peleó de abajo y hoy disfruta en Primera. ¿Nace un goleador? La frase: "A Ramón Díaz sólo le interesa el dinero. Más que su amor por River", eso dijo Héctor Cavallero, dirigente de peso del Millonario. Parece que el Pelado otra vez lo va a dejar pagando a José María Aguilar.
Riquelme, decisivo, amo y señor...
El N° 10 otra vez fue el gran responsable de que Boca sea el líder del Apertura; ante Racing anotó dos goles, fue la figura y dejó a los xeneizes a un paso del título; si ganan el domingo y no triunfan Tigre y San Lorenzo, serán campeones. Distinto, influyente, talentoso. Tan divo fuera del terreno como decisivo dentro del campo. Tan emblema para los boquenses, como enemigo deportivo para los rivales. Juan Román Riquelme, magullado como está a esta altura de un año muy agotador -entre compromisos con el seleccionado y su equipo-, confirmó ser lo suficientemente virtuoso como para ubicar al equipo xeneize a un paso de su título local número 23. Porque si en la próxima jornada, Boca logra vencer a Gimnasia, en La Plata, y San Lorenzo y Tigre no consiguen los tres puntos en sus desafíos frente a Independiente y Rosario Central, dará otra vuelta olímpica. Es cierto que el Ciclón disminuyó abruptamente su campaña cuando se sospechaba que nada lo frenaba hacia la consagración, pero JR tuvo mucha responsabilidad en el cambio de actitud azul y oro.
Con goles agónicos, con asistencias milimétricas, con sapiencia y conducción inteligente, siempre le aportó un plus al funcionamiento de un grupo que en un momento le dio la espalda (¡cómo olvidar el conflicto público tras las acusaciones del paraguayo Cáceres!), pero que luego comprendió que para ser campeón debía unificar los intereses. Ayer, en el clásico con Racing, como en tantas otras tardes en lo que va de un ciclotímico semestre, Riquelme fue vital para que Boca triunfara 2-1. A sus tradicionales pinceladas, el enganche añadió a su repertorio una cuota goleadora. Primero, de penal, y luego, con un derechazo seco y contundente, Román redujo la esperanza de San Lorenzo, Tigre y Lanús -los perseguidores en el Apertura-, que seguían por TV lo que sucedía en la plomiza tarde de la Bombonera. "Lo único que importa a esta altura del torneo es ganar. Sabíamos que contra Racing iba a ser un partido muy luchado, porque es un rival que corre muchísimo. Y por suerte sacamos adelante una situación complicada. Estoy muy contento por mis goles, pero especialmente por haber ganado, y ahora tenemos que pensar en hacer lo mejor en las dos finales que nos quedan, para poder darle una alegría a la mejor hinchada del país, la de Boca", señaló Román.
Es irremplazable. Para el entrenador Carlos Ischia y para la mayoría en el universo xeneize. "Es extraordinario, un fuera de serie", decía siempre Pedro Pompilio, el fallecido presidente. Y contra el conjunto de Avellaneda volvió a confirmarlo. Por más que a veces parezca desentendido del juego, que por momentos se recueste como puntero izquierdo para recuperar oxígeno, perdiendo protagonismo..., siempre debe estar. Algunos de sus gestos no le caen bien a sus compañeros; pero muchos aceptan esos "caprichos" porque saben que después, en el campo, cumple. "Román es diferente, con él tenemos ventaja", afirmó ayer, por ejemplo, el colombiano Vargas. "Con Riquelme en el equipo, podemos estar mucho más tranquilos. El se roba la atención de todos y se lo merece", añadió Lucho Figueroa. Distinto, influyente, talentoso. Riquelme, otra vez, amo y señor de la ilusión xeneize. Un incidente exagerado con un joven hincha En el segundo tiempo se vivió una situación curiosa y exagerada. A los 14 minutos, tras anotar su segundo gol, Riquelme corrió directamente hacia la platea preferencial y le dedicó, con bronca, su tanto a un hincha muy joven (en la imagen de la derecha, con campera azul) que, supuestamente, lo había insultado. Inmediatamente, el adolescente fue hostigado por algunos hinchas, todos muchos mayor que él, y debió abandonar el estadio por temor a ser agredido. "Estaba nervioso. Es un chiquito... Se ve que el padre no le debe hablar mucho", dijo Riquelme, con acidez. Todo por un simple reclamo de un hincha.
Así está Boca, el único líder del torneo. Venció a Racing con un Riquelme brillante y un arbitraje polémico. Tigre lo persigue de cerca tras derrotar a River. Lanús también acecha y al clásico de Boedo lo tapó el agua. Quedan dos jornadas donde puede pasar de todo. Boca mantuvo el paso ganador, en la Bombonera, y también la punta del Apertura. Venció a Racing en un clásico caliente por 2-1 con dos goles de Juan Román Riquelme. Ahora el equipo de Carlos Ischia tiene 35 puntos y manda en las posiciones cuando quedan dos fechas para el cierre. Pero en un campeonato que hasta aquí fue tan cambiante, queda la sensación de que cualquiera de los de arriba todavía puede quedarse con el título.
Es que Tigre lo persigue a tan solo dos puntos y mantiene su buen rendimiento. Derrotó a River (sigue último) en Victoria por 3-1 y se permite soñar. A un lado quedaron las sospechas de que los jugadores millonarios iban a ir para atrás. River fue al frente con todas sus fuerzas, el problema es que son escasas. El silencioso Lanús también está a tiro. Se puso a cuatro puntos con la victoria por 2-1 sobre Arsenal. Le costó más de la cuenta al equipo de Luis Zubeldía, arrancó abajo en su cancha, pero lo pudo dar vuelta a través de un Sebastián Blanco desequilibrante.
Por último, el clásico de Boedo quedó suspendido a los 16 minutos del primer tiempo por la lluvia torrencial que cayó sobre la Bombonera, el sábado. Saúl Laverni decidió no seguir jugando, con razón. Sin embargo en ese poquito tiempo que se jugó pasó de todo: gol de Paolo Goltz para poner en ventaja al Globo y expulsión de Pastore para dejarlo con diez. Completan mañana. Además... Independiente volvió a perder, esta vez como local por 1-0 ante Banfield. Gimnasia, en el Bosque, obtuvo un triunfo importantísimo 1-0 a Colón con gol del joven Denis Stracqualursi. En un duelo clave por la permanencia, Gimnasia de Jujuy puso en zona de descenso directo a San Martín (T): 1-0, con gol de Loeschbor. Argentinos y Central, sin goles en La Paternal, y Newell's se lo ganó de rebote a Vélez en Rosario. También 1-0 con un tanto de Insaurralde. Godoy Cruz-Estudiantes, quedó postergado para el 10 de diciembre.
La figura: Juan Román Riquelme. Metió los dos goles de Boca en un clásico con mucha pimienta. No se achicó en el penal a pesar de que venía de fallar uno en Tucumán y que Pablo Migliore, ex compañero, intentó ponerlo nervioso. En el segundo tiempo, destrabó el partido con una volea bárbara y le fue a gritar el tanto a un platéista que lo había insultado. Ordena, juega, habla, hace goles y mantiene a Boca en la punta. El golazo: El segundo de Lanús. Gran jugada personal de Sebastián Blanco, pared con Sand y definición ante Campestrini. Un gran gol de un gran jugador que le valió la victoria a Lanús ante Arsenal. El arquero: Daniel Islas. Tapó varias pelotas clave para mantener lejos en el marcador a River. De arranque no pudo con un tiro libre espectacular de Salcedo, pero sobre el final tuvo una doble atajada espectacular a Falcao, después Bardaro cerró el 3-1. El error: El primer gol de Lanús. Centro de Diego Lagos desde la derecha. Campestrini sale a cortar, pero lo anticipan en el primer palo. ¿Quién fue? Javier Gandolfi, uno de sus defensores. Gol en contra de Arsenal.
Lo mejor: El acierto de Diego Cagna. Dejó en el banco a Leandro Lazzaro y se la jugó por Carlos Luna. El Chino estuvo imparable y marcó los dos primeros goles de Tigre en Victoria, los que dieron vuelta el resultado ante River. Lo peor: Horrible 0-0 en La Paternal entre Argentinos y Rosario Central. Se despertaron al final y encima fallaron en la definición. Dolor de ojos. La polémica: Todas en Boca-Racing. Pablo Lunati fue muy cuestionado en el clásico. Cobró un penal de Migliore a Figueroa que no existió. Le reclamaron, en el complemento, un penal a Maxi Moralez y otro a Lugüercio. Dejaron dudas, pero si se los compara con el que sí cobró... Además, debió amonestar a Battaglia que pegó dos patadones. Pero el cinco se fue limpito y sigue acumulando cuatro amarillas. Lo curioso: Denis Stracqualursi. El joven delantero por el que apostó Leonardo Madelón le dio la victoria a Gimnasia en el Bosque sobre Colón. Es santafesino, fanático del Sabalero y tiene tatuado el escudo en su gemelo derecho. Pero de cabeza estampó el 1-0 final. Un pibe que la peleó de abajo y hoy disfruta en Primera. ¿Nace un goleador? La frase: "A Ramón Díaz sólo le interesa el dinero. Más que su amor por River", eso dijo Héctor Cavallero, dirigente de peso del Millonario. Parece que el Pelado otra vez lo va a dejar pagando a José María Aguilar.
Riquelme, decisivo, amo y señor...
El N° 10 otra vez fue el gran responsable de que Boca sea el líder del Apertura; ante Racing anotó dos goles, fue la figura y dejó a los xeneizes a un paso del título; si ganan el domingo y no triunfan Tigre y San Lorenzo, serán campeones. Distinto, influyente, talentoso. Tan divo fuera del terreno como decisivo dentro del campo. Tan emblema para los boquenses, como enemigo deportivo para los rivales. Juan Román Riquelme, magullado como está a esta altura de un año muy agotador -entre compromisos con el seleccionado y su equipo-, confirmó ser lo suficientemente virtuoso como para ubicar al equipo xeneize a un paso de su título local número 23. Porque si en la próxima jornada, Boca logra vencer a Gimnasia, en La Plata, y San Lorenzo y Tigre no consiguen los tres puntos en sus desafíos frente a Independiente y Rosario Central, dará otra vuelta olímpica. Es cierto que el Ciclón disminuyó abruptamente su campaña cuando se sospechaba que nada lo frenaba hacia la consagración, pero JR tuvo mucha responsabilidad en el cambio de actitud azul y oro.
Con goles agónicos, con asistencias milimétricas, con sapiencia y conducción inteligente, siempre le aportó un plus al funcionamiento de un grupo que en un momento le dio la espalda (¡cómo olvidar el conflicto público tras las acusaciones del paraguayo Cáceres!), pero que luego comprendió que para ser campeón debía unificar los intereses. Ayer, en el clásico con Racing, como en tantas otras tardes en lo que va de un ciclotímico semestre, Riquelme fue vital para que Boca triunfara 2-1. A sus tradicionales pinceladas, el enganche añadió a su repertorio una cuota goleadora. Primero, de penal, y luego, con un derechazo seco y contundente, Román redujo la esperanza de San Lorenzo, Tigre y Lanús -los perseguidores en el Apertura-, que seguían por TV lo que sucedía en la plomiza tarde de la Bombonera. "Lo único que importa a esta altura del torneo es ganar. Sabíamos que contra Racing iba a ser un partido muy luchado, porque es un rival que corre muchísimo. Y por suerte sacamos adelante una situación complicada. Estoy muy contento por mis goles, pero especialmente por haber ganado, y ahora tenemos que pensar en hacer lo mejor en las dos finales que nos quedan, para poder darle una alegría a la mejor hinchada del país, la de Boca", señaló Román.
Es irremplazable. Para el entrenador Carlos Ischia y para la mayoría en el universo xeneize. "Es extraordinario, un fuera de serie", decía siempre Pedro Pompilio, el fallecido presidente. Y contra el conjunto de Avellaneda volvió a confirmarlo. Por más que a veces parezca desentendido del juego, que por momentos se recueste como puntero izquierdo para recuperar oxígeno, perdiendo protagonismo..., siempre debe estar. Algunos de sus gestos no le caen bien a sus compañeros; pero muchos aceptan esos "caprichos" porque saben que después, en el campo, cumple. "Román es diferente, con él tenemos ventaja", afirmó ayer, por ejemplo, el colombiano Vargas. "Con Riquelme en el equipo, podemos estar mucho más tranquilos. El se roba la atención de todos y se lo merece", añadió Lucho Figueroa. Distinto, influyente, talentoso. Riquelme, otra vez, amo y señor de la ilusión xeneize. Un incidente exagerado con un joven hincha En el segundo tiempo se vivió una situación curiosa y exagerada. A los 14 minutos, tras anotar su segundo gol, Riquelme corrió directamente hacia la platea preferencial y le dedicó, con bronca, su tanto a un hincha muy joven (en la imagen de la derecha, con campera azul) que, supuestamente, lo había insultado. Inmediatamente, el adolescente fue hostigado por algunos hinchas, todos muchos mayor que él, y debió abandonar el estadio por temor a ser agredido. "Estaba nervioso. Es un chiquito... Se ve que el padre no le debe hablar mucho", dijo Riquelme, con acidez. Todo por un simple reclamo de un hincha.