Post by realeagle on Aug 18, 2009 8:51:54 GMT -5
Messi: "Me banco ser el Maradona de Diego"
Messi le ofrece su zurda al desafío que le plantea el DT de la Selección y dice que no siente ninguna presión ante la obsesión del Diez de que todo pase por sus pies. "Me lo pide todo el tiempo", admite el más maradoniano de todos... 1983, Carlos Bilardo entró al edificio de la calle Viamonte y se metió en la oficina de selecciones. El hoy manager de la Selección Mayor recién había asumido como entrenador de Argentina y dos cosas tenía en claro: necesitaba despejar un camino para él viciado, de una base agotada que ya había participado de dos mundiales (78 y 82) y encontrar un líder, un referente indiscutido. Podría haberse dicho entonces que Bilardo estaba buscando a su Passarella. Y eligió a Maradona. Varios lo miraron de reojo, porque el Mundial de Diego, el de España, en el que muchos esperaban su explosión, no había sido demasiado lucido y hasta había terminado penosamente con una derrota, eliminación y expulsión ante Brasil. Pero el doctor se empecinó: "Maradona es el capitán y único titular", dijo entonces, y el resto que la pelee. Diego Maradona, más de un cuarto de siglo después, se acomodó en un sillón de cuerina color negra en un salón del complejo que la AFA tiene en Ezeiza. La evolución de la especie permitió que aquella oficina en la calle Viamonte se transformara en un enorme predio, con canchas clase A y un cómodo, casi lujoso, búnker alberga-estrellas. El hoy entrenador y ex capitán, titular indiscutido y referente preferencial de Bilardo, fue claro y contundente en una charla a solas con Olé. "Messi es mi Maradona, no hay un jugador más importante que él", y amplió justificando el concepto: "Yo quiero que Messi tenga siempre la pelota, que decida si encarar o dársela a otro. Pero que la tenga. Porque él va a saber qué hacer". Lionel Messi es de los que pisan el pasto y las semillas recién tiradas no se lamentan de ser aplastadas. Todos se paran para verlo sea donde fuere. Curiosa paradoja, hace más de 20 años podría habérselo calificado como un ídolo de los dos mundos, el occidental y el oriental, porque pasó de pasear su marketinera figura por la terraza de un rascacielos neoyorquino, llenó estadios yanquis de norteamericanos y hasta posó con el Pato Donald en sus vacaciones en Disney; a transitar idolatrado por la monumental Moscú y, aunque finalmente una contractura le impidió jugar, su nombre sirvió para reventar de gente otra cancha, la del Locomotiv. "Quiero hacer el equipo alrededor de Messi", insiste Maradona, quien en el paternal abrazo que le dio a Lionel luego de triunfo del miércoles contra Rusia, intentó transmitir en un gesto conmovido, cargado de afecto, de sudor, de vibración, que su confianza no es sólo verbal, sino también sentimental: Messi es el Maradona de Maradona; "de corazón", como suele decir el DT. "Para mí es una satisfacción muy grande que Diego diga eso", le cuenta Lionel a Olé, y se prende enseguida en el ida y vuelta. -¿Te presionan o te agrandan las palabras de Diego? -Me hacen sentir tranquilo y orgulloso. Tener su confianza me gusta, me pone muy contento. -¿Diego dice que quiere que la pidas siempre, que todo pase por vos? -Todo el tiempo me lo pide, que juegue, que tenga la pelota, que no me pierda en el partido. Que esté como en el Barcelona. -¿Y vos te sentís en condiciones de hacer lo que Diego espera de vos? -Sí, no tengo ningún problema. -¿Te bancás la responsabilidad de ser el Maradona de Diego? -Sí, me la banco. Hace exactamente una rueda de Eliminatorias, antes del partido de ida contra Brasil, y con Alfio Basile aún dando las órdenes como técnico, fue Julio Grondona el que hizo una avanzada del pensamiento maradoniano, cuando en la intimidad de un vestuario le pidió/estimuló a Lionel que se hiciera dueño del equipo, lo que provocó un cierto resquemor en Juan Román Riquelme, resquemor posteriormente desmentido en conferencia de prensa por el entonces referente del Coco y hoy ex jugador de la Selección. ¿Puede ser Messi, entonces, el Maradona de Diego? Si la respuesta lo obliga a jugar como jugó Maradona en el Mundial de México 86, sería tirarle encima una mochila pesadísima para cualquiera, aun siendo un crack como es. Sin embargo, lo que el técnico pareciera pedirle apunta más a un tema de convicción, a un "agarrala vos que sos el mejor y tenés todo para romperla". En ese punto, Messi puede ser Maradona. Puede ser, pero todavía no lo es. Y tendrá que demostrarlo jugando como quiere Diego. O sea, pidiendo la pelota, participando más, generando la confianza en todos de que en las buenas y en las malas la espalda de Leo tiene anchura para bancarse la que venga. Para bancarse, en fin, ser Maradona. Diego en su carrera acumuló historias magníficas, llenas de gambetas y brillos, pero también heroicas cargadas de temple y coraje. Por la conjugación de todo, y fundamentalmente por su enorme talento, Maradona fue Maradona. Messi viene demostrando desde hace cuatro años que esa materia fundamental la tiene. Pero él y Diego también deben saber que para ser Maradona hace falta más que talento.
Maradona: “La pelota debe pasar por él”
Messi es mi Maradona. No hay un jugador más importante que él. Cuando pasa minutos sin tocarla le grito como loco, así se mete en el partido. A veces se va del juego porque cree que el equipo no lo necesita y yo le vivo diciendo que el equipo lo necesita. Necesitamos de él para que los contrarios se preocupen. Messi tiene que estar en cada jugada nuestra, cada ataque tiene que pasar por él. No quiero que juegue sin la pelota, quiero que la tenga en todo momento. El sabrá qué decidir, pero siempre con la pelota. No me gusta que pasen cinco minutos y no la toque. Me vuelvo loco. No quiero que esté dando vueltas y mirando desde lejos o levantando las manos. Siempre le digo que baje hasta el medio y la toque un poquito, que se haga amigo, aunque se la tenga que sacar a Masche, tac, siempre ahí, para que sus compañeros se den cuenta de que está vivo, de que está pimpante. Tal vez yo era más estratega, pero ojalá que eso se lo dé el tiempo, que con el paso de los años tenga más panorama. Lo que pasa es que hoy se tiene tanta confianza que es muy difícil que vea a un compañero y se la dé a un metro cuando él ya dejó a tres rivales en el camino. Yo por ahí me limpiaba a dos y jugaba con mi compañero, pero eso también me lo dio la experiencia. Además, a mí me hacían marca personal en Italia, me conocía a todos mis perseguidores, entonces cuando gambeteaba a mi marcador se le armaba un quilombo terrible al catenaccio. Leo juega en un país en el que no se hacen marcas personales, entonces viene para atrás, se tira de derecha a izquierda y se los limpia a todos, les cruza las piernas. A Leo yo lo quiero por derecha, para que empiece a sentarlos de culo porque ahí es donde a los defensores se les cruzan las piernas, ahí no tienen equilibrio. Me encanta trabajar con él, es un placer, hace todo fácil. Tiene la pelota pegada al pie, es parte de su cuerpo. Eso no lo vi en ningún otro y eso que vi jugadores... Vi a Van Basten, a Careca, a infinidad de jugadores, a Houseman, por ejemplo. El Loco la tenía atada. Pero ninguno como Messi. El tiene que ir creciendo como crecí yo, con sus ideas.
Bilardo ”En pique corto es mejor que el de Diego”
Aquel de Maradona estaba más basado en la potencia y en el engaño. El de Leo es inexplicable. Es auspicioso todo lo que ya consiguió. La pregunta acerca de si Lionel Messi puede ser el Maradona de esta Selección, como el mismo Diego pretende, es difícil de responder. Messi es un chico de 22 años... Todos en nuestras vidas tenemos que hacer tesoro de nuestra experiencia y él todavía no la tiene porque recién está recorriendo el inicio del camino. De todos modos, es muy auspicioso que a esta altura de su vida deportiva haya logrado todo lo que logró. Leo es realmente un jugador maravilloso, de los pocos que hoy se pueden decir que son decisivos y que son capaces de ganarte un partido en una jugada, en una acción de pura inspiración y talento. Obviamente que, para que su rendimiento se destaque en niveles aún superiores, también será importante cómo el equipo le dé auxilio para facilitarle la tarea que debe desarrollar. Mentalmente es un chico muy fuerte y el modo en que llegue convencido de sus posibilidades lo va a ir transformando en lo que todos esperamos que sea en el Mundial del año que viene. Y que tenga suerte también será fundamental, porque no conozco campeones con mala suerte. Para todo esto, por supuesto que la cuestión física es importante, como en cualquier profesional de altísima competencia. Lionel tiene una frecuencia de paso superior a la de Diego, que tenía otras cosas que lo han hecho incomparable en la historia del fútbol mundial. Pero los pasos cortos de Messi son más veloces que los que daba el propio Maradona. Aquel famoso pique corto de Diego estaba más basado en la potencia y en el engaño. El de Leo, sinceramente, es inexplicable. Que se pueda correr a esa velocidad, con esa riqueza gestual de cambio de ritmo, freno, aceleración y vuelta a frenar, todo con la pelota dominada en su zurda y todo en escasos segundos, es impresionante. Sería muy importante que esa capacidad la sostenga como recurso y no que, sin querer, la transforme en un sistema. Sin dudas que sus posibilidades en el Mundial también radicarán en cómo llega a semejante competencia. Más allá de cuántos partidos vaya a jugar en esta temporada que está por comenzar con el Barcelona, lo importante es determinar en qué condiciones llega a mayo del año que viene. A ver... En ésta, como en todas las profesiones, uno desde su rol quiere tener que ver con lo que se hace, uno pretende influir con su trabajos en los demás. Pero como decía el inolvidable Atahualpa Yupanqui: "La vanidad es yuyo malo que envenena toda huerta". Y yo no estoy dispuesto a contradecirlo. Es una cuestión de sentido común.
Messi le ofrece su zurda al desafío que le plantea el DT de la Selección y dice que no siente ninguna presión ante la obsesión del Diez de que todo pase por sus pies. "Me lo pide todo el tiempo", admite el más maradoniano de todos... 1983, Carlos Bilardo entró al edificio de la calle Viamonte y se metió en la oficina de selecciones. El hoy manager de la Selección Mayor recién había asumido como entrenador de Argentina y dos cosas tenía en claro: necesitaba despejar un camino para él viciado, de una base agotada que ya había participado de dos mundiales (78 y 82) y encontrar un líder, un referente indiscutido. Podría haberse dicho entonces que Bilardo estaba buscando a su Passarella. Y eligió a Maradona. Varios lo miraron de reojo, porque el Mundial de Diego, el de España, en el que muchos esperaban su explosión, no había sido demasiado lucido y hasta había terminado penosamente con una derrota, eliminación y expulsión ante Brasil. Pero el doctor se empecinó: "Maradona es el capitán y único titular", dijo entonces, y el resto que la pelee. Diego Maradona, más de un cuarto de siglo después, se acomodó en un sillón de cuerina color negra en un salón del complejo que la AFA tiene en Ezeiza. La evolución de la especie permitió que aquella oficina en la calle Viamonte se transformara en un enorme predio, con canchas clase A y un cómodo, casi lujoso, búnker alberga-estrellas. El hoy entrenador y ex capitán, titular indiscutido y referente preferencial de Bilardo, fue claro y contundente en una charla a solas con Olé. "Messi es mi Maradona, no hay un jugador más importante que él", y amplió justificando el concepto: "Yo quiero que Messi tenga siempre la pelota, que decida si encarar o dársela a otro. Pero que la tenga. Porque él va a saber qué hacer". Lionel Messi es de los que pisan el pasto y las semillas recién tiradas no se lamentan de ser aplastadas. Todos se paran para verlo sea donde fuere. Curiosa paradoja, hace más de 20 años podría habérselo calificado como un ídolo de los dos mundos, el occidental y el oriental, porque pasó de pasear su marketinera figura por la terraza de un rascacielos neoyorquino, llenó estadios yanquis de norteamericanos y hasta posó con el Pato Donald en sus vacaciones en Disney; a transitar idolatrado por la monumental Moscú y, aunque finalmente una contractura le impidió jugar, su nombre sirvió para reventar de gente otra cancha, la del Locomotiv. "Quiero hacer el equipo alrededor de Messi", insiste Maradona, quien en el paternal abrazo que le dio a Lionel luego de triunfo del miércoles contra Rusia, intentó transmitir en un gesto conmovido, cargado de afecto, de sudor, de vibración, que su confianza no es sólo verbal, sino también sentimental: Messi es el Maradona de Maradona; "de corazón", como suele decir el DT. "Para mí es una satisfacción muy grande que Diego diga eso", le cuenta Lionel a Olé, y se prende enseguida en el ida y vuelta. -¿Te presionan o te agrandan las palabras de Diego? -Me hacen sentir tranquilo y orgulloso. Tener su confianza me gusta, me pone muy contento. -¿Diego dice que quiere que la pidas siempre, que todo pase por vos? -Todo el tiempo me lo pide, que juegue, que tenga la pelota, que no me pierda en el partido. Que esté como en el Barcelona. -¿Y vos te sentís en condiciones de hacer lo que Diego espera de vos? -Sí, no tengo ningún problema. -¿Te bancás la responsabilidad de ser el Maradona de Diego? -Sí, me la banco. Hace exactamente una rueda de Eliminatorias, antes del partido de ida contra Brasil, y con Alfio Basile aún dando las órdenes como técnico, fue Julio Grondona el que hizo una avanzada del pensamiento maradoniano, cuando en la intimidad de un vestuario le pidió/estimuló a Lionel que se hiciera dueño del equipo, lo que provocó un cierto resquemor en Juan Román Riquelme, resquemor posteriormente desmentido en conferencia de prensa por el entonces referente del Coco y hoy ex jugador de la Selección. ¿Puede ser Messi, entonces, el Maradona de Diego? Si la respuesta lo obliga a jugar como jugó Maradona en el Mundial de México 86, sería tirarle encima una mochila pesadísima para cualquiera, aun siendo un crack como es. Sin embargo, lo que el técnico pareciera pedirle apunta más a un tema de convicción, a un "agarrala vos que sos el mejor y tenés todo para romperla". En ese punto, Messi puede ser Maradona. Puede ser, pero todavía no lo es. Y tendrá que demostrarlo jugando como quiere Diego. O sea, pidiendo la pelota, participando más, generando la confianza en todos de que en las buenas y en las malas la espalda de Leo tiene anchura para bancarse la que venga. Para bancarse, en fin, ser Maradona. Diego en su carrera acumuló historias magníficas, llenas de gambetas y brillos, pero también heroicas cargadas de temple y coraje. Por la conjugación de todo, y fundamentalmente por su enorme talento, Maradona fue Maradona. Messi viene demostrando desde hace cuatro años que esa materia fundamental la tiene. Pero él y Diego también deben saber que para ser Maradona hace falta más que talento.
Maradona: “La pelota debe pasar por él”
Messi es mi Maradona. No hay un jugador más importante que él. Cuando pasa minutos sin tocarla le grito como loco, así se mete en el partido. A veces se va del juego porque cree que el equipo no lo necesita y yo le vivo diciendo que el equipo lo necesita. Necesitamos de él para que los contrarios se preocupen. Messi tiene que estar en cada jugada nuestra, cada ataque tiene que pasar por él. No quiero que juegue sin la pelota, quiero que la tenga en todo momento. El sabrá qué decidir, pero siempre con la pelota. No me gusta que pasen cinco minutos y no la toque. Me vuelvo loco. No quiero que esté dando vueltas y mirando desde lejos o levantando las manos. Siempre le digo que baje hasta el medio y la toque un poquito, que se haga amigo, aunque se la tenga que sacar a Masche, tac, siempre ahí, para que sus compañeros se den cuenta de que está vivo, de que está pimpante. Tal vez yo era más estratega, pero ojalá que eso se lo dé el tiempo, que con el paso de los años tenga más panorama. Lo que pasa es que hoy se tiene tanta confianza que es muy difícil que vea a un compañero y se la dé a un metro cuando él ya dejó a tres rivales en el camino. Yo por ahí me limpiaba a dos y jugaba con mi compañero, pero eso también me lo dio la experiencia. Además, a mí me hacían marca personal en Italia, me conocía a todos mis perseguidores, entonces cuando gambeteaba a mi marcador se le armaba un quilombo terrible al catenaccio. Leo juega en un país en el que no se hacen marcas personales, entonces viene para atrás, se tira de derecha a izquierda y se los limpia a todos, les cruza las piernas. A Leo yo lo quiero por derecha, para que empiece a sentarlos de culo porque ahí es donde a los defensores se les cruzan las piernas, ahí no tienen equilibrio. Me encanta trabajar con él, es un placer, hace todo fácil. Tiene la pelota pegada al pie, es parte de su cuerpo. Eso no lo vi en ningún otro y eso que vi jugadores... Vi a Van Basten, a Careca, a infinidad de jugadores, a Houseman, por ejemplo. El Loco la tenía atada. Pero ninguno como Messi. El tiene que ir creciendo como crecí yo, con sus ideas.
Bilardo ”En pique corto es mejor que el de Diego”
Aquel de Maradona estaba más basado en la potencia y en el engaño. El de Leo es inexplicable. Es auspicioso todo lo que ya consiguió. La pregunta acerca de si Lionel Messi puede ser el Maradona de esta Selección, como el mismo Diego pretende, es difícil de responder. Messi es un chico de 22 años... Todos en nuestras vidas tenemos que hacer tesoro de nuestra experiencia y él todavía no la tiene porque recién está recorriendo el inicio del camino. De todos modos, es muy auspicioso que a esta altura de su vida deportiva haya logrado todo lo que logró. Leo es realmente un jugador maravilloso, de los pocos que hoy se pueden decir que son decisivos y que son capaces de ganarte un partido en una jugada, en una acción de pura inspiración y talento. Obviamente que, para que su rendimiento se destaque en niveles aún superiores, también será importante cómo el equipo le dé auxilio para facilitarle la tarea que debe desarrollar. Mentalmente es un chico muy fuerte y el modo en que llegue convencido de sus posibilidades lo va a ir transformando en lo que todos esperamos que sea en el Mundial del año que viene. Y que tenga suerte también será fundamental, porque no conozco campeones con mala suerte. Para todo esto, por supuesto que la cuestión física es importante, como en cualquier profesional de altísima competencia. Lionel tiene una frecuencia de paso superior a la de Diego, que tenía otras cosas que lo han hecho incomparable en la historia del fútbol mundial. Pero los pasos cortos de Messi son más veloces que los que daba el propio Maradona. Aquel famoso pique corto de Diego estaba más basado en la potencia y en el engaño. El de Leo, sinceramente, es inexplicable. Que se pueda correr a esa velocidad, con esa riqueza gestual de cambio de ritmo, freno, aceleración y vuelta a frenar, todo con la pelota dominada en su zurda y todo en escasos segundos, es impresionante. Sería muy importante que esa capacidad la sostenga como recurso y no que, sin querer, la transforme en un sistema. Sin dudas que sus posibilidades en el Mundial también radicarán en cómo llega a semejante competencia. Más allá de cuántos partidos vaya a jugar en esta temporada que está por comenzar con el Barcelona, lo importante es determinar en qué condiciones llega a mayo del año que viene. A ver... En ésta, como en todas las profesiones, uno desde su rol quiere tener que ver con lo que se hace, uno pretende influir con su trabajos en los demás. Pero como decía el inolvidable Atahualpa Yupanqui: "La vanidad es yuyo malo que envenena toda huerta". Y yo no estoy dispuesto a contradecirlo. Es una cuestión de sentido común.