Post by realeagle on Jan 8, 2010 13:41:50 GMT -5
El dedo en la llaga
Escrito por Fernando Palomo
Al siguiente paso. En la compleja tarea que significa corregir el error de interrumpir la continuidad del proceso de Carlos De los Cobos se pretende buscar al jinete antes que al caballo, al albañil antes que los planos, al marco antes que la pintura. Cuando arranca la carrera mediática para patrocinar candidatos a convertirse en el próximo técnico de la selección nacional se olvidan lamentablemente de lo más importante: la idea. Muchos han sido los que en los últimos días me preguntan: ¿quién tiene que ser el próximo técnico de la Azul? La pregunta, por congruente, no deja de estar mal ubicada en el orden de prioridades. Antes tendríamos que preguntarnos: ¿a qué jugamos?, ¿cuáles son los grandes objetivos de nuestro fútbol? y ¿qué oferta tiene la estructura nacional para que el candidato elegido crezca al dirigirnos? Que los currículos llenen las páginas deportivas de la prensa nacional es claro indicio de que el proceso arranca torcido desde el banderillazo inicial. La comisión normalizadora de la FESFUT espera que sean los medios quienes propongan o promuevan nombres de aquellos que sobrevuelan, con razón, la vacante dejada por De los Cobos. La definición del perfil y, más importante aún, la instalación de una filosofía de trabajo sostenible, de un plan estratégico para el desarrollo, debe partir desde las oficinas de la precaria organización que persiste al frente del fútbol salvadoreño. Todo lo anterior debe ser prioridad en la lista. Quien hale de la carreta tendría que llegar después. Acá, sin embargo, se busca primero al buey. Sin ninguna alusión personal, por supuesto.
Escrito por Fernando Palomo
Al siguiente paso. En la compleja tarea que significa corregir el error de interrumpir la continuidad del proceso de Carlos De los Cobos se pretende buscar al jinete antes que al caballo, al albañil antes que los planos, al marco antes que la pintura. Cuando arranca la carrera mediática para patrocinar candidatos a convertirse en el próximo técnico de la selección nacional se olvidan lamentablemente de lo más importante: la idea. Muchos han sido los que en los últimos días me preguntan: ¿quién tiene que ser el próximo técnico de la Azul? La pregunta, por congruente, no deja de estar mal ubicada en el orden de prioridades. Antes tendríamos que preguntarnos: ¿a qué jugamos?, ¿cuáles son los grandes objetivos de nuestro fútbol? y ¿qué oferta tiene la estructura nacional para que el candidato elegido crezca al dirigirnos? Que los currículos llenen las páginas deportivas de la prensa nacional es claro indicio de que el proceso arranca torcido desde el banderillazo inicial. La comisión normalizadora de la FESFUT espera que sean los medios quienes propongan o promuevan nombres de aquellos que sobrevuelan, con razón, la vacante dejada por De los Cobos. La definición del perfil y, más importante aún, la instalación de una filosofía de trabajo sostenible, de un plan estratégico para el desarrollo, debe partir desde las oficinas de la precaria organización que persiste al frente del fútbol salvadoreño. Todo lo anterior debe ser prioridad en la lista. Quien hale de la carreta tendría que llegar después. Acá, sin embargo, se busca primero al buey. Sin ninguna alusión personal, por supuesto.