Post by realeagle on Mar 5, 2010 13:33:06 GMT -5
Y ahora, de retroceso Escrito por Denni Portillo LPG
El Salvador perdió ante Guatemala 1-2 su segundo amistoso en una semana y empezó a dejar en evidencia que la ilusión que tanto costó recuperar, tras conseguir regresar a una hexagonal eliminatoria al mundial, empieza a disiparse, envuelta entre las sombras y las dudas. No es el hecho de haber perdido un partido amistoso o de haber jugado un mal encuentro ante Guatemala. Ni siquiera es porque se bajó una posición en el ranking de la FIFA. No. Si por algo la última semana en el entorno de la selección salvadoreña es la más amarga en los últimos años es porque los últimos siete días han sido como una caminata en reversa, en la que cada paso es hacia atrás y cada golpe es más fuerte que el otro. La selección cuscatleca perdió el pasado miércoles ante Guatemala por 1-2, en un juego en el que tuvo un mal primer tiempo, coronado con haber recibido el primer gol al minuto 44, obra de Marco Pappa; y en que tampoco mejoró en la segunda parte. Resultado: un gol chapín más y el descuento azul, obra de Eliseo Quintanilla, en un tiro libre, al '89. Con la derrota no solo se confirmó que los guatemaltecos le tienen la medida a la Azul —no pierden ante ella desde 2002—, sino que también saltan a la luz muchas, pero muchas, realidades. La primera es el hecho que se perdió ante una selección guatemalteca que no disputaba un partido desde el 30 de junio del año pasado. Ocho meses de inactividad. Ocho meses en los que El Salvador jugó nueve partidos y en los que se mantuvo en competencia, por lo que lo menos que podía esperarse es que tuvieran más ritmo de juego que los chapines. Nada. Si en el amistoso de la semana pasada contra Estados Unidos (derrota por 2-1) hubo ligeros chispazos del juego mostrado durante la hexagonal, ante los centroamericanos ni siquiera fue eso. Guatemala, que es 129.º del mundo en el ranking de la FIFA, siempre se mostró más incisiva, mordedora y pegadora que la Azul, que ocupa el puesto número 72.
Sin respuestas Se esperaba que por ser una fecha FIFA, y poder contar con los legionarios, la Azul tendría una mejor actuación que contra Estados Unidos. Lejos de eso, ninguno de ellos fue determinante en el juego y todos se mostraron desdibujados en el terreno de juego. Un par de corridas de Julio Martínez, toques y dribles de Arturo Álvarez, pases hacia atrás de Cristian Castillo, entre otros. Ninguno mostró el nivel que les ha permitido alcanzar un lugar en la Major League Soccer. Y ante su falta de respuesta, también José Luis Rugamas, quien ocupa el puesto de técnico interino, se quedó sin ella. Las cámaras del estadio y las de la televisión lo mostraron nervioso de principio a fin durante el encuentro, acaso temeroso de perder. Acaso temeroso de que la camiseta de entrenador de la Azul mayor le quede grande. De sobra estaría, quizá, mencionar también que por eso no dio declaraciones ni antes ni después del juego. Así, en medio de las brumas y las derrotas, la única certeza es que la inseguridad de la selección pareciera crecer a cada partido. Y además —y lo peor— también la confianza de la afición, que, definitivamente, no esperaba una derrota ante los guatemaltecos. ¿Podría ser peor? Basta con decir: no hay más juegos amistosos programados. Rugamas dijo después del encuentro con los gringos que solo con partidos se podría lograr tener continuidad, pero los mismos brillan por su ausencia; y cuando lleguen, saltarán las preguntas: ¿y si seguimos perdiendo?, ¿dónde quedó el trabajo hecho hasta la hexagonal?, ¿dónde quedó la identidad que se recuperó?
La Azul quedó en deuda EDH
» La Selecta, en rojo. Lo peor fue la defensa y lo mejor se vio cuando aparecieron los que más saben El azul que pasó por Los Ángeles fue mucho menos intenso del que estábamos acostumbrados a ver. Es cierto que se mejoró en el segundo tiempo y se mereció el empate pero lo preocupante pasó por el flojísimo y olvidable primer tiempo, donde la Selecta fue superada por un rival que hacía más de ocho meses que no jugaba y prácticamente no se entrenó...
EL DEBE La defensa azul en el primer tiempo tuvo una de las actuaciones más débiles de los últimos tiempos. La firmeza que mostraron en varios juegos, esta vez no estuvo presente. Marco Pappa y Tranquilo Montepeque aprovecharon cada uno de los errores. La actuación de Marvin González, otra vez, estuvo lejos de su verdadero nivel. Fue como si todavía acusara ese error (compartido con Montes) del gol del 2-1 de EE.UU. hace nueve días. Tampoco respondieron su compañero Alex Escobar ni Deris Umanzor, lentos e imprecisos. Un escalón arriba estuvo Salazar pero a los cuatro los complicaron jugadores como los guatemaltecos, que están lejos del primer nivel mundial. Montes tuvo algunas fallas infrecuentes en él y algún rebote de más, aunque sigue siendo garantía.
EL HABER Cuando la Selecta encontró el ritmo y el orden que le supo imponer De los Cobos en su etapa, se vio lo mejor del equipo, de tres cuartos de cancha en adelante. Cuando se juntan los jugadores de buen pie, El Salvador puede complicar y lastimar. Por eso, cuando se dedicaron a jugar y tocar, sobresalieron Castillo, Cheyo Quintanilla (con gran tiro libre para el gol de descuento) y, sólo por momentos, Arturo Álvarez. Sin embargo, el gran problema sigue siendo la discontinuidad. No hay regularidad y los habilidosos "desaparecen" por gran cantidad de minutos. El ingreso de Osael Romero le dio otro oxígeno al equipo que necesita más de los jugadores que más saben de la pelota. A mejorar para lo que viene...
El Salvador perdió ante Guatemala 1-2 su segundo amistoso en una semana y empezó a dejar en evidencia que la ilusión que tanto costó recuperar, tras conseguir regresar a una hexagonal eliminatoria al mundial, empieza a disiparse, envuelta entre las sombras y las dudas. No es el hecho de haber perdido un partido amistoso o de haber jugado un mal encuentro ante Guatemala. Ni siquiera es porque se bajó una posición en el ranking de la FIFA. No. Si por algo la última semana en el entorno de la selección salvadoreña es la más amarga en los últimos años es porque los últimos siete días han sido como una caminata en reversa, en la que cada paso es hacia atrás y cada golpe es más fuerte que el otro. La selección cuscatleca perdió el pasado miércoles ante Guatemala por 1-2, en un juego en el que tuvo un mal primer tiempo, coronado con haber recibido el primer gol al minuto 44, obra de Marco Pappa; y en que tampoco mejoró en la segunda parte. Resultado: un gol chapín más y el descuento azul, obra de Eliseo Quintanilla, en un tiro libre, al '89. Con la derrota no solo se confirmó que los guatemaltecos le tienen la medida a la Azul —no pierden ante ella desde 2002—, sino que también saltan a la luz muchas, pero muchas, realidades. La primera es el hecho que se perdió ante una selección guatemalteca que no disputaba un partido desde el 30 de junio del año pasado. Ocho meses de inactividad. Ocho meses en los que El Salvador jugó nueve partidos y en los que se mantuvo en competencia, por lo que lo menos que podía esperarse es que tuvieran más ritmo de juego que los chapines. Nada. Si en el amistoso de la semana pasada contra Estados Unidos (derrota por 2-1) hubo ligeros chispazos del juego mostrado durante la hexagonal, ante los centroamericanos ni siquiera fue eso. Guatemala, que es 129.º del mundo en el ranking de la FIFA, siempre se mostró más incisiva, mordedora y pegadora que la Azul, que ocupa el puesto número 72.
Sin respuestas Se esperaba que por ser una fecha FIFA, y poder contar con los legionarios, la Azul tendría una mejor actuación que contra Estados Unidos. Lejos de eso, ninguno de ellos fue determinante en el juego y todos se mostraron desdibujados en el terreno de juego. Un par de corridas de Julio Martínez, toques y dribles de Arturo Álvarez, pases hacia atrás de Cristian Castillo, entre otros. Ninguno mostró el nivel que les ha permitido alcanzar un lugar en la Major League Soccer. Y ante su falta de respuesta, también José Luis Rugamas, quien ocupa el puesto de técnico interino, se quedó sin ella. Las cámaras del estadio y las de la televisión lo mostraron nervioso de principio a fin durante el encuentro, acaso temeroso de perder. Acaso temeroso de que la camiseta de entrenador de la Azul mayor le quede grande. De sobra estaría, quizá, mencionar también que por eso no dio declaraciones ni antes ni después del juego. Así, en medio de las brumas y las derrotas, la única certeza es que la inseguridad de la selección pareciera crecer a cada partido. Y además —y lo peor— también la confianza de la afición, que, definitivamente, no esperaba una derrota ante los guatemaltecos. ¿Podría ser peor? Basta con decir: no hay más juegos amistosos programados. Rugamas dijo después del encuentro con los gringos que solo con partidos se podría lograr tener continuidad, pero los mismos brillan por su ausencia; y cuando lleguen, saltarán las preguntas: ¿y si seguimos perdiendo?, ¿dónde quedó el trabajo hecho hasta la hexagonal?, ¿dónde quedó la identidad que se recuperó?
La Azul quedó en deuda EDH
» La Selecta, en rojo. Lo peor fue la defensa y lo mejor se vio cuando aparecieron los que más saben El azul que pasó por Los Ángeles fue mucho menos intenso del que estábamos acostumbrados a ver. Es cierto que se mejoró en el segundo tiempo y se mereció el empate pero lo preocupante pasó por el flojísimo y olvidable primer tiempo, donde la Selecta fue superada por un rival que hacía más de ocho meses que no jugaba y prácticamente no se entrenó...
EL DEBE La defensa azul en el primer tiempo tuvo una de las actuaciones más débiles de los últimos tiempos. La firmeza que mostraron en varios juegos, esta vez no estuvo presente. Marco Pappa y Tranquilo Montepeque aprovecharon cada uno de los errores. La actuación de Marvin González, otra vez, estuvo lejos de su verdadero nivel. Fue como si todavía acusara ese error (compartido con Montes) del gol del 2-1 de EE.UU. hace nueve días. Tampoco respondieron su compañero Alex Escobar ni Deris Umanzor, lentos e imprecisos. Un escalón arriba estuvo Salazar pero a los cuatro los complicaron jugadores como los guatemaltecos, que están lejos del primer nivel mundial. Montes tuvo algunas fallas infrecuentes en él y algún rebote de más, aunque sigue siendo garantía.
EL HABER Cuando la Selecta encontró el ritmo y el orden que le supo imponer De los Cobos en su etapa, se vio lo mejor del equipo, de tres cuartos de cancha en adelante. Cuando se juntan los jugadores de buen pie, El Salvador puede complicar y lastimar. Por eso, cuando se dedicaron a jugar y tocar, sobresalieron Castillo, Cheyo Quintanilla (con gran tiro libre para el gol de descuento) y, sólo por momentos, Arturo Álvarez. Sin embargo, el gran problema sigue siendo la discontinuidad. No hay regularidad y los habilidosos "desaparecen" por gran cantidad de minutos. El ingreso de Osael Romero le dio otro oxígeno al equipo que necesita más de los jugadores que más saben de la pelota. A mejorar para lo que viene...