Post by realeagle on Apr 12, 2010 13:34:19 GMT -5
“Quiero dirigir a Águila”
En la mente de “Catalnica” hay recuerdos como el título que ganó con los migueleños en 2001. Cuando oye hablar del Águila actual, Roberto “Catalnica” Martínez prefiere guardar silencio, sobre todo para no emitir comentarios que puedan dañar a segundos. Incluso por ahora prefiere guardar distancia con la dirigencia que encabeza Wilfredo Salgado, alcalde de San Miguel. Lo que sí tiene claro es que el plantel negronaranja no está pasando su mejor momento, principalmente en la parte futbolística. “Mucha afición me pide que vuelva al fútbol, pero le decimos que nosotros ya nos retiramos”, apuntó el ex defensor del cuadro migueleño. Por ahora, la idea de Martínez es prepararse para obtener su licencia C, B y A de entrenador para poder dirigir en un futuro al equipo de sus amores, el Águila. No esconde su afición al conjunto oriental, sobre todo porque fue clave para el título de 2001 ante FAS en el estadio Jorge “Mágico” González, en ese momento Flor Blanca. En esa final el zaguero mandó un potente disparo que no pudo contener el portero de FAS William Machón. Puso la pizarra 2-1 y los emplumados se llevaron la corona ante su archirrival. “Contra FAS tuvimos momentos alegres y tristes. Recuerdo en 1997 cuando perdimos en San Miguel. Recuerdo que estábamos 1-1 y que Marlon Medrano nos robó un balón y se la tocó al finado Óscar “Tito” Díaz y nos anotan para poner el 2-1 con el que perdimos”, dijo. Martínez también recuerda con mucha emoción la eliminatoria a la copa del mundo de Francia 1998 donde tuvo que marcar en el estadio Cuscatlán al mexicano Ramón Ramírez, algo que fue una encomienda especial que le mandó el estratega Milovan D'Joric. Pero el zaguero se sentía con confianza porque sus compañeros le habían dado el apoyo para hacer un buen papel. “Las cosas salieron ese día. Lástima que perdimos contra México, pero recuerdo que no nos quisieron pitar un penalti. Quedamos cerca del avión para ir a Francia 1998”, recordó.
Ahora es el profe “Catalnica”
Roberto Martínez ha iniciado su nuevo proyecto: una escuela de fútbol en San Miguel para formar a la mayor cantidad de jugadores posibles. Roberto Martínez no posee ningún curso de los que otorga la Asociación de Entrenadores de Fútbol de El Salvador (AEFES), pero se ha lanzado a esta nueva faceta con lo que le dejaron 10 años de carrera deportiva, en los que vistió la camisa de Águila, Alianza, Once Municipal y la selección nacional en la eliminatoria a Francia 1998. Su recorrido en el balompié le alcanza para tomar el pito e imitar a los entrenadores de ligas rentadas a la hora de repartir chalecos o dar indicaciones en cuanto al planteamiento en el campo. Uno de los niños, el más pequeño de edad y estatura en la categoría de ocho a 10 años, porta una camisa de Águila. En cinco minutos fue donde su madre para pedirle agua. El profesor se muestra tolerante e incluso sonríe con el acto. Al final de las labores, llega a la cancha el vendedor de panes y refrescos. No todos los pequeños pueden comprar y el que puede debe esperar a que finalice el estiramiento muscular, el cual marca el fin del entrenamiento. “Es que usted le ha dado a los mejores al otro equipo”, le reclama durante el interescuadras uno de sus alumnos al profesor “Catalnica”. “Hey, ‘Fly’, no te he visto, quiero verte corriendo”, es la voz cantante del ex futbolista en el trato con sus muchachos de la escuela de fútbol Club Deportivo Corona que apenas tiene un año de trabajo en una cancha polvosa de papi fútbol de San Miguel. Su hijo, Roberto, conocido como “el Junior”, forma parte de la escuela de fútbol. Usa el número 23, que fue el que utilizó su padre en algunos equipos e incluso en selección nacional. “A este no le gusta perder”, aclaró “el Catalnica” padre, porque a su vástago también lo conocen como “Catita”. Sin embargo, los parentescos quedan de lado en la cancha y “Junior” debe responder igual o mejor que sus compañeros sobre el terreno de juego. Pero el camino para echar a andar este proyecto no ha sido fácil. Los padres de los alumnos deben llevar el agua para cuando “Catalnica” haga la indicación de la hora de hidratarse. Ha habido casos en los que no se ha contado con zapatos deportivos para los muchachos. Pese a los contratiempos, sobre todo de carácter logístico, Martínez cree que esta es una de las formas para poder devolver lo que el fútbol le dio a él. “Estos niños son de pocos recursos económicos. Ojalá que las empresas pudieran colaborar para que ellos se vayan formando mejor. Lo que uno ha recibido hay que compartirlo con los niños porque eso es lo que te queda”. Desde ya, “el Cata” se ha puesto como meta la creación de los dos nuevos niveles. “Empezamos sin zapatos. No teníamos ni pelotas. Nos vamos a sentir satisfechos cuando estos niños puedan ir a equipos profesionales”, apuntó.
En la mente de “Catalnica” hay recuerdos como el título que ganó con los migueleños en 2001. Cuando oye hablar del Águila actual, Roberto “Catalnica” Martínez prefiere guardar silencio, sobre todo para no emitir comentarios que puedan dañar a segundos. Incluso por ahora prefiere guardar distancia con la dirigencia que encabeza Wilfredo Salgado, alcalde de San Miguel. Lo que sí tiene claro es que el plantel negronaranja no está pasando su mejor momento, principalmente en la parte futbolística. “Mucha afición me pide que vuelva al fútbol, pero le decimos que nosotros ya nos retiramos”, apuntó el ex defensor del cuadro migueleño. Por ahora, la idea de Martínez es prepararse para obtener su licencia C, B y A de entrenador para poder dirigir en un futuro al equipo de sus amores, el Águila. No esconde su afición al conjunto oriental, sobre todo porque fue clave para el título de 2001 ante FAS en el estadio Jorge “Mágico” González, en ese momento Flor Blanca. En esa final el zaguero mandó un potente disparo que no pudo contener el portero de FAS William Machón. Puso la pizarra 2-1 y los emplumados se llevaron la corona ante su archirrival. “Contra FAS tuvimos momentos alegres y tristes. Recuerdo en 1997 cuando perdimos en San Miguel. Recuerdo que estábamos 1-1 y que Marlon Medrano nos robó un balón y se la tocó al finado Óscar “Tito” Díaz y nos anotan para poner el 2-1 con el que perdimos”, dijo. Martínez también recuerda con mucha emoción la eliminatoria a la copa del mundo de Francia 1998 donde tuvo que marcar en el estadio Cuscatlán al mexicano Ramón Ramírez, algo que fue una encomienda especial que le mandó el estratega Milovan D'Joric. Pero el zaguero se sentía con confianza porque sus compañeros le habían dado el apoyo para hacer un buen papel. “Las cosas salieron ese día. Lástima que perdimos contra México, pero recuerdo que no nos quisieron pitar un penalti. Quedamos cerca del avión para ir a Francia 1998”, recordó.
Ahora es el profe “Catalnica”
Roberto Martínez ha iniciado su nuevo proyecto: una escuela de fútbol en San Miguel para formar a la mayor cantidad de jugadores posibles. Roberto Martínez no posee ningún curso de los que otorga la Asociación de Entrenadores de Fútbol de El Salvador (AEFES), pero se ha lanzado a esta nueva faceta con lo que le dejaron 10 años de carrera deportiva, en los que vistió la camisa de Águila, Alianza, Once Municipal y la selección nacional en la eliminatoria a Francia 1998. Su recorrido en el balompié le alcanza para tomar el pito e imitar a los entrenadores de ligas rentadas a la hora de repartir chalecos o dar indicaciones en cuanto al planteamiento en el campo. Uno de los niños, el más pequeño de edad y estatura en la categoría de ocho a 10 años, porta una camisa de Águila. En cinco minutos fue donde su madre para pedirle agua. El profesor se muestra tolerante e incluso sonríe con el acto. Al final de las labores, llega a la cancha el vendedor de panes y refrescos. No todos los pequeños pueden comprar y el que puede debe esperar a que finalice el estiramiento muscular, el cual marca el fin del entrenamiento. “Es que usted le ha dado a los mejores al otro equipo”, le reclama durante el interescuadras uno de sus alumnos al profesor “Catalnica”. “Hey, ‘Fly’, no te he visto, quiero verte corriendo”, es la voz cantante del ex futbolista en el trato con sus muchachos de la escuela de fútbol Club Deportivo Corona que apenas tiene un año de trabajo en una cancha polvosa de papi fútbol de San Miguel. Su hijo, Roberto, conocido como “el Junior”, forma parte de la escuela de fútbol. Usa el número 23, que fue el que utilizó su padre en algunos equipos e incluso en selección nacional. “A este no le gusta perder”, aclaró “el Catalnica” padre, porque a su vástago también lo conocen como “Catita”. Sin embargo, los parentescos quedan de lado en la cancha y “Junior” debe responder igual o mejor que sus compañeros sobre el terreno de juego. Pero el camino para echar a andar este proyecto no ha sido fácil. Los padres de los alumnos deben llevar el agua para cuando “Catalnica” haga la indicación de la hora de hidratarse. Ha habido casos en los que no se ha contado con zapatos deportivos para los muchachos. Pese a los contratiempos, sobre todo de carácter logístico, Martínez cree que esta es una de las formas para poder devolver lo que el fútbol le dio a él. “Estos niños son de pocos recursos económicos. Ojalá que las empresas pudieran colaborar para que ellos se vayan formando mejor. Lo que uno ha recibido hay que compartirlo con los niños porque eso es lo que te queda”. Desde ya, “el Cata” se ha puesto como meta la creación de los dos nuevos niveles. “Empezamos sin zapatos. No teníamos ni pelotas. Nos vamos a sentir satisfechos cuando estos niños puedan ir a equipos profesionales”, apuntó.